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Red Internacional
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NEUQUÉN. Así comenzó el paro de 48 horas de los petroleros de Neuquén

Esta mañana comenzó la medida de fuerza llevada adelante por los sindicatos petroleros de Neuquén, Río Negro y la Pampa. La medida intenta volver marcha atrás con los despidos en el sector. A pesar de la calma, la situación es tensa.

Lunes 5 de diciembre de 2016 12:27

Durante la noche los bateristas trabajaban intensamente en el apagado de las bombas, y con esta medida se garantizaba un apagado completo de los yacimientos. Al contrario de otras huelgas, esta vez no quedaron ni las guardias, que suelen mantener el yacimiento en un funcionamiento mínimo, como si fuera un termotanque en piloto. Al apagar toda la maquinarias el paro se ha vuelto una realidad, así hubiera una conciliación durante la mañana, la producción tardará más de 48 horas en volver a los niveles normales. En algunos casos, las bombas tardan semanas en normalizar, y algunos sectores con bombas que arrastran sedimentos pesados no se recuperan sino en meses. A lo lejos se ven las fosas de quema largando un espeso humo, señal de que los últimos operarios han abandonado los lugares de trabajo y las maquinas que separan residuos ya están apagadas. Es un escenario de guerra.

Los operarios ya en sus casas esperan informes, observan el Facebook de grupos de trabajadores, esperan noticias en el grupo de WhatsApp de la empresa. A pesar de insistir a los delegados, ellos también parecen esperar noticias. Prenden las radios, escuchan a los periodistas de cada localidad, en las comarcas petroleras no se habla de otra cosa. Estos despidos masivos nunca se habían visto más cercanos, todos tienen un conocido, un sobrino, un hijo, un padre al que le llegó el despido.

Contrariamente a lo que todos se imaginan, esto fue sorpresivo. Cada uno subió a trabajar normalmente, al llegar o incluso luego de comenzar la faena les avisaron que se tenían que ir a la casa. El motivo: ¡despido! Sin telegrama, sin aviso previo.
YPF, la empresa de producción energética de bandera Argentina, no fue la que despidió en forma directa, pero al terminar de forma abrupta los contratos (que ya estaban caducos) con distintas empresas de servicios, éstas decidieron despedir automáticamente a sus empleados. Ayer era el comentario en cualquier centro comercial o donde se juntaran dos vecinos o compañeros. La cara de preocupación se traslada hasta el almacenero, de esta actividad subsiste toda la economía de estos pueblos.

En toda la comarca arrecia un viento implacable, el senador Pereyra cambia su discurso y dice por radio que va a pelear por mejores indemnizaciones, los gestos se distorsionan mas, este viento insoportable parece que va a durar varios días.