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Red Internacional
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Crimen imperialista. Así participa el Estado español en la masacre del pueblo yemení

Este jueves en los astilleros gaditanos de Navantia se entrega la primera de las cinco corbetas comprometidas con Arabia Saudí a pesar del recrudecimiento de los bombardeos contra Yemen que han causado ya 9000 muertos civiles.

Santiago Lupe

Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN

Jueves 31 de marzo de 2022 11:15

El Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada española, Antonio Martorell Lacave junto a la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, han presidido este jueves en los astilleros de Navantia de Cádiz la entrega de la corbeta Al-Jubail, al comandante el vicealmirante de la Marina saudí, Fahad Bin Abdullah Al-Ghofail.

Se trata de la primera de las cinco embarcaciones pactadas con la dictadura saudí con el aval del gobierno “progresista” y hasta del “anticapitalista” alcalde de Cádiz, José María González, “Kichi. Una fragata que se sumará a las fuerzas saudíes que desde marzo de 2015 encabezan una coalición de monarquías árabes que bombardean y bloquean la entrada de productos de primera necesidad a Yemen.

Según la ONG Yemen Data Project, hasta la fecha se han producido más de 24 mil ataques aéreos que han dejado un dramático saldo de 9000 civiles muertos, de los que más de 1400 serían niños y niñas. Además, fragatas como la que se botará esta semana en Cádiz, llevan adelante un bloqueo que según datos la ONU ha llevado a que actualmente 24 millones de personas necesiten ayuda humanitaria urgente, entre ellas 13 millones de niños.

El régimen saudí ha sido señalado por diversas organizaciones humanitarias por su sistemática violación de los derechos humanos. En 2019, de estas varias organizaciones de ante la Corte Penal Internacional una comunicación denunciando la comisión de crímenes de guerra por parte de la coalición saudí.

Nada de esto ha hecho replantearse al gobierno “más progresista de la historia” la venta de armas y fragatas a la dictadura saudí. Tampoco que desde octubre se hayan incrementado los ataques, llegando a los 200 bombardeos mensuales y hasta 400 en enero pasado. En uno de ellos se produjo una de las últimas matanzas con 70 civiles asesinados.

La complicidad del imperialismo español, y en particular del gobierno “progresista”, con estos crímenes se viene tapando haciendo uso de la franquista Ley de Secretos Oficiales de 1968 y un decreto aprobado por el gobierno de Felipe González en 1987 que blinda toda la información relativa a la exportación de armamento.

Organizaciones como Amnistía Internacional vienen denunciando este tráfico de armas que ascendería a un monto de 2.700 millones si sumamos todo lo vendido a los países de la coalición que bombardea al pueblo yemení.

Esta opacidad podría estar cubriendo los incumplimientos por parte del Estado español del Tratado de Comercio de Armas suscrito por él, por el que se prohíben la venta de armas que se emplean en ataques contra civiles.

Si con algún tema se le está cayendo del todo la careta al gobierno "progresista" es sin duda con su política exterior. La encabeza el PSOE, pero Podemos, IU y el PCE, aunque la critiquen en algún twit o intervención parlamentaria, la avalan todos los días con su presencia en el Consejo de Ministros y Ministras.

A la adhesión sin fisuras a la escalada armamentistica de la UE y la guerra económica, al reconocimiento de la ocupación de Mohamed VI del Sáhara Occidental y a su política migratoria que nada tiene que enviar a las propuestas de Vox, como vimos con el despliegue del Ejército en Ceuta, se suma su respaldo a una de las dictaduras más sanguinarias.

Todo se vale para defensa de los intereses del imperialismo español, sus empresas multinacionales y, ya de paso, mantener las excelentes relaciones de la Corona con las monarquías árabes que tan buenos servicios le han prestado siempre que ha estado en apuros.


Santiago Lupe

Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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