Ningún modelo de democracia. Así viola los derechos del pueblo palestino el Estado de Israel

La Franja de Gaza permanece bajo un cerco y bloqueo israelí reforzado desde 2007, cuando unilateralmente retiró a los colonos que vivían allí. Tiene una extensión de 62 kilómetros de largo, y entre 6 y 12 kilómetros, según la zona, de ancho. En ese estrecho territorio viven 2 millones de palestinas y palestinos (uno de los territorios más densamente poblados del mundo), con casi el 50% de su población menor de 18. Niños y niñas que solo conocen la escasez –de todo tipo-, cuyos juegos de infancia, son entre escombros que dejan las bombas arrojadas por Israel, muchos crecieron mutilados por esas mismas bombas o perdieron a sus familias. Uno de los últimos bombardeos, antes del actual fue en agosto de este año, bajo la excusa de perseguir objetivos militares de la Yihad Islámica Palestina, que no había realizado ningún hecho de violencia. En esa oportunidad murieron al menos 8 palestinos, incluyendo una niña, y hubo 44 heridos.

Meses antes -en abril- ya Israel efectuó bombardeos sobre Gaza, en los ataques aéreos más intensos desde 2014. Las autoridades sanitarias dijeron que más de 100 personas murieron y cientos más fueron heridas desde que comenzó la ofensiva. La excusa que utilizó Israel en esa oportunidad fue un ultimátum que emitió Hamas exigiendo que Israel retirara sus fuerzas de seguridad del complejo de la Mezquita Al-Aqsa -en la Jerusalén Oriental- ocupada después de días de represión contra los palestinos, cuando estaba por finalizar el mes sagrado de Ramadán.

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Pero en Gaza, no solo están expuestos a las bombas israelíes. Cuando el Estado de Israel lo define, refuerza el bloqueo sobre ese territorio, esto significa que controla y puede impedir el suministro de alimentos, insumos básicos para los hospitales, corta la electricidad, lo cual hace que los gazatíes tengan luz, vía un generador, solo 4 horas al día. Si se acaba el combustible, ni eso les queda. Hasta hace poco Israel no renovaba los permisos –tarjetas verdes- para que los palestinos de la Franja puedan cruzar y trabajar en territorio israelí. Ahora, en su despiadada ofensiva, Israel selló los pasos fronterizos, aislando completamente a sus habitantes. Por eso la Franja de Gaza es considerada la mayor prisión a cielo abierto.

Israel venía permitiendo que la ayuda humanitaria de organismos internacionales pasara por los puestos de control en dos de los pasos: Erez en el norte y Kerem Shalom en el sur, que ahora están totalmente cerrados. Eso no es todo: también impuso a los habitantes de la Franja de Gaza una zona de acceso restringida –dentro del territorio gazatí- a lo largo de la frontera-, que siempre varió entre 500 y 1500 mtrs.

Fue en 2018, cuando se organizó la pacífica “marcha del retorno” (para recordar a palestinas y palestinos expulsados de su territorio en 1948), y manifestantes de Gaza quisieron llegar hasta esa zona de exclusión, fueron asesinados por las fuerzas de seguridad israelíes. Mataron a 164 palestinos e hirieron a 17.000. En 2021, el mundo vio, otra vez, las atroces imágenes de una Gaza devastada por los bombardeos, en esa oportunidad murieron aproximadamente 260 palestinos, incluidos 67 niños.

Estamos hablando de una población, que debido al fuerte bloqueo del Estado de Israel, además de todas estas penurias, tiene a más de la mitad de sus habitantes desocupados y tres cuartos de ellos, bajo la línea de pobreza.

Ahora el gobierno de Netanyahu, con esta bestial ofensiva cerró completamente el paso a esos insumos, alimentos y a los camiones cisternas que transportan agua. Además amenazó con bombardear camiones egipcios -aunque llevaran alimentos-, que entraran por el paso de ese país. Hasta la propia Organización de Naciones Unidas (ONU), dirigiéndose a Israel dijo que "El derecho internacional humanitario y las normas internacionales de derechos humanos deben respetarse".

¿Y en Jerusalén este y Cisjordania?

Después de que en 1967 el Estado de Israel se apropiara de Jerusalén Este -que ni la ONU le reconoce como territorio propio-, a través de los años, las familias que viven en barrios de esa región fueron constantemente asediadas.

También en 2021 se conoció internacionalmente el nombre del poblado Sheik Jarrah, por ser un poblado que Israel viene intentando desalojar para judaizar esa zona, algo resistido por los pobladores palestinos. Son hostigados constantemente por colonos ultranacionalistas, con la venia de la Policía israelí. La mayoría de sus habitantes son descendientes de familias palestinas expulsadas de otros barrios, también en 1948. Hoy continúa pendiendo sobre ellos, amenazas de desalojos violentos.

En Jerusalén Este se encuentra la ciudad vieja de Jerusalén y allí la mezquita Al Aqsa (uno de los lugares sagrados para los musulmanes). A lo largo de los años, distintos gobiernos de Israel llevaron adelante en ese lugar provocaciones hacia los palestinos, reprimiendo sobre todo a la juventud que tiene por costumbre reunirse en una pequeña plaza que está en frente de la “puerta de Damasco”, una de las salidas de la ciudad vieja. Además la Policía varias veces entró por la fuerza a la mezquita, tirando gases lacrimógenos y balas de goma, con la excusa de perseguir activistas.

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Pero es en el territorio de Cisjordania donde fue avanzando la mayor cantidad de colonias israelíes, habitadas muchas de ellas, por religiosos ultra nacionalistas. Estas colonias, en un principio asentamientos, lograron imponer su presencia a base de daños a las propiedades de campesinos u otro pobladores palestinos. También con la anuencia del Ejército o la Policía israelí, esos colonos fuertemente armados, van con topadoras para destruir los viñedos y casas palestinas, con el fin de echar a sus pobladores a otras zonas menos favorecidas, con poco acceso al agua, etc. Israel con estas colonias logró crear verdaderos bantustanes (recordando los territorios –los menos productivos- a donde era segregada la población de color en Sudáfrica, formando “ghetos”, ese fue el comienzo del apartheid sudafricano) Así, una familia palestina, pudo haberse quedado con su casa, pero con sus tierras robadas por los colonos, entonces “el patio de atrás” ya no le pertenecía.

También provocó que miembros de una misma familia que vivían en un poblado, por ejemplo, unos fueran expulsados a punta de pistola, o bombas molotov por parte de los colonos, la aldea o pueblo partida al medio, sus casas robadas, y un asentamiento emplazado allí, así muchas familias se vieron separadas. Porque recordemos, así como no hay una unidad territorial entre Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, hay poblados, aldeas o ciudades cisjordanas que quedaron divididas por este avance territorial. Entre dos aldeas puede haber una colonia israelí o pudo haber quedado un puñado de casas palestinas, rodeadas de asentamientos sionistas, lo que en los hechos les impide hasta salir libremente.

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Tal es así que el Estado Nacional Judío de Israel -tal su denominación legal- controla administrativa y militarmente el 60 % de Cisjordania y lo hace con uno de los ejércitos más poderosos de la región. Otro 21% está bajo la administración de la Autoridad Palestina, pero ejerce el control militar el mismo Ejército israelí. Todos los días mujeres y varones palestinos, tienen que pasar varios check points (y contar con una tarjeta que los habilita) para poder ingresar a Israel e ir a sus trabajos, entre puesto y puesto de control las humillaciones de los soldados israelíes pueden ser innumerables. Desde octubre del año pasado, Israel le revocó a 2500 palestinas y palestinos el permiso para ingresar a trabajar. Amnistía Internacional consideró este hecho como una forma de castigo colectivo.

Por eso Israel es un verdadero Estado colonial. Y no hemos mencionado hasta acá la cantidad de presos y presas palestinas que están en cárceles israelíes, sin ningún tipo de prueba o juicio. Porque a ciudadanas y ciudadanos israelíes sí los juzgan jueces civiles, cuando cometen un delito y tienen el legítimo derecho a defensa, pero ni los dos millones de gazatíes, ni los más de tres millones de cisjordanos tienen ese derecho, cuando son arrestados por el ejército o Policía israelí, los puede juzgar un tribunal militar, pero por lo general van directo a las cárceles, como dijimos. Y el derecho al retorno a sus tierras, que nunca dejó de exigir el pueblo palestino, es algo completamente vedado por Israel y sus socios imperiales.

A esto hay que sumarle que los ciudadanos árabes israelíes, son ciudadanos de segunda a pesar de contar con esa nacionalidad. No hay que olvidarse los pogromos que judíos nacionalistas lanzaron sobre ellos en 2021, atacando sus casas y a ellos mismos, sembrando el terror en ciudades dentro del territorio israelí. Pero cuando esto no sucede, de todas maneras tienen leyes restrictivas, como que una persona árabe israelí no puede casarse ni convivir legalmente en Israel con otra persona que provenga de Cisjordania o Gaza, por nombrar solo un ejemplo.

Esto solo nos habla del cinismo de las potencias imperialistas y todos sus "súbditos" (partidos políticos tradicionales, empresas de comunicación hegemónicas) que por estas horas en muchos países salen en defensa de este Estado colonial, llamándola falsamente una "democracia", a pesar de que viene cometiendo, desde su creación, innumerables vejámenes hacia el pueblo palestino. Cómo no va a rebelarse, sobre todo una juventud que nació con cadenas, y solo eso tiene para perder.

Para el Estado de Israel los derechos no se aplican al pueblo palestino.

Es fundamental la solidaridad internacional con las palestinas y palestinos, un pueblo que no abandonó nunca la lucha por su autodeterminación.

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