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Red Internacional
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CONVOCATORIA A ASAMBLEA ABIERTA. Asistamos junt@s a una gran asamblea y fortalezcamos un amplio, combativo e independiente movimiento de mujeres y feministas

Para discutir diversos temas dentro del movimiento de mujeres y feministas en Bolivia, como la organización de un potente 8M a nivel nacional, avanzar hacia un plan de emergencia construido colectivamente frente a la violencia patriarcal para imponerlo al Estado, plantear la posibilidad de un gran Encuentro de Mujeres a nivel nacional y dejar un temario abierto, Pan y Rosas convoca a una Asamblea abierta a todas las agrupaciones de mujeres, feministas, organizaciones vecinales, sindicales y estudiantiles, para este sábado 19, a las 4 de la tarde, vía zoom. Desde La Izquierda Diario, reproducimos este llamado.

Jueves 17 de febrero de 2022

No es un hecho aislado, se llama patriarcado
Miles en todo el país salimos a las calles el pasado #31E para manifestar potentemente nuestra indignación frente a la brutalidad de la violencia patriarcal tras descubrirse el caso ampliamente conocido que sacudió al país: el feminicida Richard Choque y una amplia lista de víctimas violentadas no aisladamente por este individuo, sino también por su contubernio con este Estado patriarcal, con el aparato judicial machista y mercantil y con todo un sistema que nos hace víctimas acentuadas de la opresión y explotación imperantes.

Este hecho se circunscribe en una amplia lista de expresiones de violencia patriarcal, legitimadas por todas las instituciones socialmente establecidas, empezando por el Estado. Hemos cerrado el 2021 con 108 casos de feminicidio y, según Fiscalía, solo durante el mes de enero se ejecutaron 8 casos más en diferentes departamentos del país. Y la violencia sexual, física y psicológica, no dejan de ascender.

El caso de Richard Choque no solo confirmó lo que desde el movimiento de mujeres y feministas venimos denunciando desde hace años atrás: el sistema judicial tiene un carácter de clase y es solo accesible a quienes pueden costear sus altos costos, y está al servicio de la reproducción de la impunidad patriarcal. Además de ello develó con mayor amplitud frente al conjunto de la sociedad, la total ausencia de políticas reales para combatir y prevenir efectivamente el feminicidio, que es el último eslabón en una larga cadena de violencias que muchísimas veces fueron denunciadas, sin ningún eco por parte del Estado. Adicionalmente, está la violencia propiciada y ejercida por el Estado y quienes lo administran desde el gobierno, al negarles a las mujeres el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos, al excluir de plenos derechos a las diversidades sexuales y disidencias, al ignorar las necesidades materiales de las mujeres trabajadoras que ganan menos por igual trabajo realizado y situarse del lado de la patronal frente a sus elementales derechos etc.

Tras las masivas movilizaciones departamentales del 31E#, la única vergonzosa respuesta que tuvimos fue una Comisión instalada por el gobierno, solamente para revisar casos de feminicidios con sentencias no ejecutoriadas y conformada absolutamente al margen de las familias de víctimas, de las sobrevivientes de violencia, de las organizaciones de mujeres y feministas y, además, a la cabeza del propio gabinete ministerial que es el que dirige las instituciones que solamente garantizan impunidad, con agentes como el Ministro de Gobierno, Del Castillo, que por ejemplo negó el emblemático feminicidio policial de María Fernanda Paucara, señalando que fue suicidio antes de que se tengan si quiera las pericias investigativas.

Por su parte, el continuo avance de sectores conservadores, de ultraderecha y antiderechos, opuestos directamente a los derechos de las mujeres y de las diversidades sexuales y disidencias, es un caldo de cultivo mayor para la reproducción de la violencia patriarcal. No sorprende, por tanto, que las únicas salidas que puedan plantear diputados como Erick Morón, de la extrema derecha de CREEMOS, sean incrementar el carácter punitivista judicial. Sabemos que las salidas planteadas con carácter de incremento punitivo (pena de muerte, castración química, cadena perpetua etc.), que empezaron en CREEMOS y se ampliaron a diversos sectores del MAS, no darán una salida real a un problema estructural y solo refuerzan el poder represivo del Estado.

Organizar la rabia

Creemos que el movimiento de mujeres y feministas en Bolivia, que aún tiene un carácter potencial pero embrionario, puede dar un enorme salto en esta crítica coyuntura, poniendo firme su real capacidad de organización y respuesta en unidad de acción. El 31E# fue una muestra de la urgencia latente y potencial de ocupar las calles, pues solo así se logró presionar al gobierno en una movilización que terminó conducida hacia espacios institucionales, ante la ausencia de propuestas colectivas amplias que hayan sido discutidas y por tanto peladas democráticamente y sin caudillismos autoproclamativos, sectarios u oportunistas, que solo debilitan el avance colectivo.

Ante este escenario, desde Pan y Rosas consideramos que se requiere avanzar en dos sentidos:

  • Una respuesta inmediata, efectiva y de emergencia, que sea discutida amplia y democráticamente con todo el movimiento de mujeres y feministas en Bolivia para imponerla colectivamente al Estado desde las calles;
  • y una salida estructural, que requiere de una lucha férrea, constante y de largo aliento, desde todos los flancos, contra los sistemas vigentes de opresión y explotación y las instituciones sociales que los reproducen, tarea para la cual fortalecer este movimiento potencial es clave y soldar las lucha de las mujeres, del feminismo, de las diversidades y disidencias sexuales, con el movimiento obrero, campesino, indígena y sectores populares, cuyas filas y por tanto luchas también están integradas por una altísimas composición femenina.

Amplitud democrática e independencia política

Desde Pan y Rosas planteamos la necesidad de que en estos pasos y para el fortalecimiento del movimiento de mujeres y feministas, se sostenga independencia política, porque creemos que es la única forma de avanzar sin cadenas por todos nuestros objetivos. Este planteamiento, que compartimos con numerosas organizaciones de mujeres, fue discutido en múltiples asambleas feministas y creemos que es momento de debatir a mayor profundidad, ¿cómo entendemos la independencia política?

El movimiento de mujeres y feministas está conformado por una multiplicidad enorme de tendencias, posiciones y afinidades. Sabemos que no existe EL feminismo, sino LOS feminismos. En ese sentido, comprendemos que de conjunto, en esta heterogeneidad, podemos actuar con aquell@s quienes no tengan intereses antagónicos a la lucha de las mujeres y diversidades sexuales y disidencias y ello significa golpear en unidad de acción, sin que ello represente ocultar las múltiples diferencias entre las organizaciones y activistas, en debate sobre posiciones ideológicas, salidas políticas propuestas, críticas y polémicas posibles etc.

Ello implica considerar que al interior del movimiento estarán afinidades múltiples por corrientes ideológicas, tendencias políticas y partidos (que estén o no dentro del régimen político), más ninguna de ellas debe significar que se comprometa de conjunto la capacidad y acción crítica del movimiento frente a las instituciones patriarcales, burguesas y racistas, y los/las agentes que lo reproducen, sean del partido, color o espacio que sean. Y lo que a su vez no significa exigir a ningún grupo o activista, renunciar a sus afinidades políticas para ir en unidad de acción, sino actuar sin ocultar las diferencias en debate. El mejor ejemplo de la necesidad de dicha independencia está en la imposibilidad de ceder o negociar nuestras críticas y acciones frente al Estado, gobiernos central, departamentales, locales, administradores del poder institucional en todas sus formas etc., si se desea sostener una lucha antipatriarcal verdaderamente coherente.

Creemos que se trata de tener una gran amplitud democrática para la unidad de acción en esta heterogeneidad, bajo demandas básicas compartidas de forma general, mientras planteamos sostener la capacidad de luchar sin cadenas, esto es sin comprometer la independencia política del conjunto del movimiento. Debemos tener el coraje de hacer frente a nuestras diferencias, porque cuestionar críticamente “las diferencias entre las mismas mujeres” no destruye la política feminista, sino que la complejiza y la enriquece.

Por un contundente 8M y un gran Encuentro Nacional de Mujeres

Creemos que ante esta coyuntura, se hace indispensable abrir un espacio de discusión a nivel nacional, una gran Asamblea del movimiento de mujeres y feministas, donde los temas acá planteados y los que se deseen incorporar, sean abordados.

Desde Pan y Rosas proponemos que esta instancia pueda abrir también los siguiente temas de discusión:

  • Coordinar acciones nacionales rumbo al 8 de marzo, para lograr una masiva, contundente y combativa movilización. La organización y presencia en el 8M será vital para mantener la lucha feminista.
  • Plantear la posibilidad de avanzar colectivamente hacia un gran Encuentro Nacional del Movimiento de Mujeres y Feministas en Bolivia, donde se puedan discutir diversos temas como por ejemplo propuestas para un Plan de Emergencia frente a los feminicidios y violencia patriarcal, además de retomar la lucha por el derecho al aborto legal, que se abordó interrumpidamente en asambleas colectivas el pasado año. Estos entre otros posibles acuerdos básicos que podrían ser arribados para impulsar una lucha activa por puntos concretos, en las calles.

Proponemos como fecha para esta importante asamblea abierta el sábado 19 de febrero, a las 4 de la tarde. Convocamos a todas las organizaciones y activistas que deseen participar, a ser parte de este espacio colectivo de discusión y organización.

Agrupación de Mujeres Pan y Rosas