Las asistentes de aula cumplimos una labor fundamental en las escuelas, en especial en los cursos más pequeños y en el apoyo pedagógico para que todos puedan aprender. Muchas veces las autoridades omiten nuestra importancia, más en pandemia.
Viernes 14 de agosto de 2020
Al igual que los profesores, no estamos cómodos como dice el ministro Figueroa y hemos puesto todo nuestro esfuerzo para poyar a nuestros niños y apoderados. Hoy queremos compartir con ustedes como asistentes de aulas la realidad que se vive dentro del sistema de educación, en el cual nos encontramos varias de nosotras trabajando 24/7 vía wasap entregando información, ayudando a los apoderados en sus distintas inquietudes, preguntas que nos hacen a diario apoyando para poder cerrar una gran brecha con las herramientas que hoy toda la comunidad educativa está obligada a manejar sin previa capacitación.
Escuelas con cursos de más de 30 estudiantes, en el mejor de los casos, cada apoderado debió aprender a manejar correos institucionales, plataformas como classroom, y apoyar a sus hijas o hijos en clases online, muchos no sabían y nosotras estamos ahí para apoyar, wasap con cientos de dudas al día.
Algunos apoderados no saben cómo subir fotos o videos a la plataforma, cómo ingresar a las clases online, ya que la modalidad de trabajo es nueva tanto para nosotros como trabajadores, pero igual para los padres y los alumnos, los cuales muchos no entienden el sistema y se les apoya guiándolos y explicándoles cómo acceder a las plataformas; muchas veces por llamados telefónicos cuando no se puede hacer vía wasap, los que son costeados el 100% por nosotros, llamadas vía internet el cual es costeado 100 % igual por nosotras. Conociendo la realidad de nuestras familias, hemos accedido a apoyar después de las jornadas laborales de los apoderados.
El abandono, del que han sido víctimas algunas de nuestras colegas, por parte de sus escuelas son grande, siendo tanto así que desde que la pandemia comenzó, hay jefaturas que ni siquiera han consultado las condiciones en las que nos encontramos; pero, no obstante, se sienten con el derecho de cuestionar nuestro trabajo creyendo que no hacemos nada cuando la verdad es que estamos al pendiente de todo lo que nuestros apoderados y alumnos puedan necesitar.
Por último, y para terminar esta nota, me gustaría decirles a los señores sostenedores de las municipalidades y autoridades ministeriales que, así como se dan el tiempo de cuestionar nuestro trabajo y pensar que no hacemos nada, deberían preocuparse de darnos las herramientas necesarias para poder hacer nuestro trabajo como corresponde. Nosotras al igual que nuestras profesoras y profesores estamos al más del 100% de nuestras fuerzas, así también el resto de los trabajadores de la educación.