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Red Internacional
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Ensenada. Astillero Río Santiago: Trabajadores se solidarizan con inmigrante despedido, el debate y la foto

La campaña por la reincorporación de Arturo, joven peruano despedido por el Hipermercado Nini, sigue generando apoyo entre los trabajadores y también debates sobre la discriminación y la solidaridad de clase.

Jueves 4 de agosto de 2016

Mientras tomamos unos mates para calentar el cuerpo y nos preparamos para afrontar el frío en el Astillero Río Santiago, surgen charlas y polémicas que despiertan pasiones y ayudan a entrar en calor.

Esta vez fue la solidaridad con Arturo la que encendió la chispa en la covacha. La campaña por su reincorporación, luego que Nini lo despidiera acusándolo de vender drogas por el simple hecho de ser peruano, se cuela en cientos de lugares de trabajo en La Plata. Y el Astillero no fue la excepción.

Todo empezó cuando en la covacha, donde trabajamos unos doce compañeros, con Juancito dijimos “¿vamos a hacer un cartel en apoyo a Arturo y contra el despido persecutorio en Nini?” y ahí nomás se armó el debate.

Dos compañeros se plantaron y dijeron “yo no me saco ninguna foto y menos por los inmigrantes”. Con los mismos argumentos que solemos escuchar en otros compañeros, y a diario en la televisión y en los políticos tradicionales, se tiraron cosas como “esa gente se tiene que volver a su país, no tienen nada que hacer acá”, “les sacan el trabajo a los argentinos”, “dejan abrir la frontera para que entre cualquiera”.

La discriminación y los prejuicios son alentados también por el propio Estado, que avala que las personas migrantes sólo consigan los peores trabajos, en condiciones de extrema precarización, que vivan en los peores barrios, que siempre estén bajo sospecha. Eso es lo que hizo Nini con Arturo. Super explotarlo hasta generarle una hernia de disco y después despedirlo con acusaciones xenófobas.

Lamentablemente la reacción de los dos compañeros no es una sorpresa. El INADI dio a conocer el año pasado una investigación que hizo junto a la UNLP, donde surge que en La Plata los más discriminados son los inmigrantes.

Pero hay otras voces que empiezan a tomar la posta. Arturo y su familia ya son un ejemplo de lucha contra el despotismo patronal y la discriminación. Y muchos trabajadores se suman a la campaña #TodosSomosArtur por su reincorporación y por todos los hermanos inmigrantes.

Por eso fueron un montón de compañeros los que se plantaron esa mañana: “¿vos que pensás? ¿Que la gente viene acá dejando su familia, amigos, sus seres queridos, lo poco que tenía en otro país, para llenarse de guita? No, acá vienen a trabajar, a ganarse el mango nada más porque en su país hay menos laburo que acá. Pero no lo hacen contentos de la vida sino dejando atrás un montón de cosas” saltó el primero.

Ahí nomás se fueron sumando todos “que raro que cuando los empresarios se llenan de guita, no decís nada. No críticas a los políticos que te afanan, a los que tienen talleres clandestinos como la señora de Macri, con un montón de bolivianos como esclavos a los que les saca el jugo, y vos no decís nada de eso. La ropa que compras en la salada, vos nunca te quejas”.

“Yo cerraría todas las verdulerías porque los bolivianos no pagan impuestos” largo el único que intento seguir defendiendo su postura.

Y ahí me tocó a mí meter un bocado, porque todos se amontonaban para responder: “La Plata es la ciudad hortícola más grande de la Argentina, toda la verdura que vos consumís, la cosechan bolivianos. En Olmos está la colectividad más grande de bolivianos con más de diez mil trabajadores. Nunca te escuche quejarte de las verduras que comes…”.

“La inmigración pasa en todas las partes del mundo” me interrumpieron, “Este país está fundado sobre bases inmigrantes que llegaron después de la guerra en Europa. Hoy en todo el mundo hay inmigrantes, en EEUU son los que manejan los taxis, los mexicanos que tienen los peores trabajos. En Europa van de un país a otro. El problema es el laburo”.

“Los chilenos nos traicionaron” dijo el primero para sumar leña a la polémica. El debate daba para seguirlo, porque es clave que los trabajadores discutamos la solidaridad de clase. Porque como decimos siempre “la clase obrera es una y sin fronteras” Pero había que volver a trabajar, así que la respuesta quedaba para otro momento. Mientras tanto el resto nos poníamos para la foto.