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Red Internacional
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Peronismo. Asumiendo en la derrota: Máximo es el nuevo presidente del PJ bonaerense

Lo que a principio de año se pensó como un gran lanzamiento, terminó siendo una asunción rodeada de crisis. Alberto Fernández finalmente estuvo presente en la Quinta de San Vicente. Mensaje de unidad y un discurso para justificar el ajuste.

Sábado 18 de diciembre de 2021 16:54

Después de una novela de varios meses en la justicia con Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, Máximo Kirchner logró convertirse en el presidente del PJ. Desde las 10:30 de la mañana, asumió el cargo con un acto en la histórica Quinta de San Vicente, donde estuvo acompañado por Alberto Fernández, Gustavo Menéndez y Verónica Magario, entre otros.

Así, Máximo Kirchner asume el cargo que viene buscando desde que el peronismo ganó en 2019 y que es parte del reparto -o “loteo”- de poder al interior del Frente de Todos, con el cristinismo haciéndose fuerte en la Provincia de Buenos Aires. A su vez, la idea de que sea el jefe de La Cámpora quien asuma la presidencia del viejo aparato del PJ también responde al objetivo de avanzar en una estructura de poder que trascienda a la agrupación, buscando expandirse hacia otros territorios y hacer pie en el interior de la provincia de Buenos Aires, algo que por ahora le es esquivo. "Tenemos un gran desafío por delante no sólo quienes tenemos responsabilidades institucionales, sino cada compañero. El peronismo de la provincia es central para el Frente de Todos y no hay que cerrarlo, sino abrirlo", remarcó en su discurso.

Pero el plan a principio de año era otro: con un peronismo unido desde el 2019, se creía que la asunción se daría tras una victoria en las legislativas de 2021, la que en el PJ daban por garantizada. Tampoco estaba previsto asumir luego de la derrota por el presupuesto que lo tuvo como principal artífice, comandando el bloque oficial y manejándose como si en verdad se hubiera creído el relato de la victoria que no fue. El resultado ya es historia conocida: perdieron la votación del Presupuesto 2022 que el Gobierno presentó como un pilar clave de la negociación con el FMI, incluso a pesar de que la oposición de derecha había aceptado volver a discutir el proyecto en comisiones.

Un discurso para justificar el ajuste

Del acto participaron referentes de los distintos sectores que integran el Frente de Todos, tras haber armado una lista unitaria que reunió a todos los sectores de la coalición.

"Han sido años muy duros, no solo la presidencia de Macri, sino agregar algo que nadie tenía en el menú, esta pandemia que pareciera no querer irse, que tanto dolor trajo a todos los argentinos y argentinas, más allá de las obvias consecuencias económicas que provocaron las restricciones que hubo que tomar para cuidar a nuestro pueblo" dijo Máximo en su discurso. Aunque enseguida agregó el repetido argumento con el que vienen insistiendo de parte del oficialismo: “Venía para acá y veía como la economía se empieza a mover”.

Pero rápidamente buscó poner el centro en el cuestionamiento a la oposición de derecha y expresó: "Encontramos la paciencia de la gente, pero no con la oposición que hace poco viene de ser Gobierno”. Y continuó: "Cuando vi que Macri volvía al Fondo sin desparpajo me acordé mucho de mi viejo. Ellos quieren un país para pocos, pero nosotros queremos un país para todos". En busca de reconstruir algo de épica militante, dejó una frase para la tribuna: "No nos dan miedo las peleas ni las tapas de los diarios".

Pasaron cosas

El ajuste que el Gobierno intentó dibujar en el Presupuesto y el que viene llevando adelante durante estos dos años de gestión calaron hondo en los sectores populares. Las consecuencias llevaron al peronismo unido a una inédita derrota electoral en lo que se creía su fuerte imbatible.

La provincia de Buenos Aires, y sobre todo el conurbano, es un hervidero de problemas y crisis estructurales. 6 de cada 10 niños son pobres, altos niveles de hacinamiento en barrios populares que se expresó en distintas tomas de terrenos durante toda la cuarentena y que el Gobierno reprimió a todas, un 40% de trabajadores informales que apenas alcanzan a subsistir y el trabajo formal que escasea a gran escala. Con ese escenario, es necesario contener a los grandes sectores de la población que sufren las políticas de ajuste. Ese intentara ser el gran rol de Máximo desde el aparato del partido. Con un peso cada vez más gravitante en el ejecutivo provincial de Axel kicillof, que luego de la derrota electoral tuvo que resignar gran parte de su gabinete a manos de los intendentes con Insaurralde (socio de Máximo) a la cabeza.

La asunción al frente del PJ llega en pleno ajuste y cogobierno con el FMI, con un acuerdo bajo siete llaves que se intentará cerrar en breve. Así es como toma el timón del viejo aparato de la contención. Si la agrupación La Cámpora en algún momento fue pensada como un proyecto del kirchnerismo, creado desde el poder del Estado y pensado para aglutinar fuerza propia por fuera de la estructura del PJ, con un discurso que buscaba construir un perfil más “progresista” y se diferenciara del desprestigiado aparato de la burocracia y los barones del conurbano, hace rato que ese proyecto llegó a su fin. Con el correr de los años esa diferencia se fue haciendo cada vez menos visible, y la asunción del principal dirigente de la agrupación al frente del PJ bonaerense solo viene a confirmarlo.

El ajuste del FMI vino para quedarse y, a pesar de la retórica progresista y la épica que buscan imprimir en los discursos, el rol de La Cámpora y Máximo al frente del PJ estará puesto en función de garantizarlo.