Desde el reaccionario gobierno golpista peruano de Boluarte pasando por por el rey de España, 19 jefes de Estado, varios vienen reprimiendo luchas por todo el mundo.
Domingo 1ro de enero de 2023 15:38
Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros de Perú, representa a la presidenta golpista Dina Boluarte en la asunción del presidente del Brasil, Luis Inácio Lula da Silva este domingo 1 de enero de 2023.
Tras cuatro años del ultraderechista gobierno de Jair Bolsonaro, asume este domingo Lula da Silva junto a su vicepresidente Geraldo Alckmin, un exponente de la derecha tradicional brasileña.
Entre los jefes de Estado que lo acompañan hay ajustadores y enemigos de movilizaciones populares en sus países. Hay 65 delegaciones confirmadas para un evento que tendrá más representantes internacionales que la apertura de las Olimpiadas de Rio de Janeiro en 2016.
Empezando por los representantes del golpista gobierno de Dina Baluarte de Perú, que enfrenta en las calles al pueblo peruano con una dura represión y cuyo golpe reaccionario recibió el apoyo del flamante presidente brasileño, y pasando por el rey de España, la lista de reaccionarios es larga: 19 presidentes, jefes de gobierno, del Poder Legislativo y cancilleres. Varios de ellos vienen reprimiendo luchas por todo el mundo y promoviendo políticas reaccionarias para que sean los trabajadores los que paguen la crisis capitalista.
Alemania, Angola, Argentina, Bolivia, Cabo Verde, Chile, Colombia, Ecuador, Estado español, Guyana, Guinea Bissau, Honduras, Paraguay, Perú, Portugal, Suriname, Timor Oriental, Togo y Uruguay.
Todavía hay controversias en la prensa sobre la presencia de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Estarán en el evento la primera dama de México, Beatriz Gutiérrez Müller y los vicepresidentes de El Salvador, Cuba, Chile y Panamá.
Ecuador también fue escenario de protestas masivas en el último período, al igual que otros países que son parte de una Latinoamérica convulsionada luego de la crisis capitalista. Además del presidente Guillermo Lasso, otros presidentes de derecha como también los considerados "progresistas" participarán del evento. Muchos de estos últimos, parte de la mal llamada "marea rosa" han encontrado dificultades para estabilizar los regímenes políticos, entre los ajustes antipopulares llevados adelante para favorecer a los capitalistas y las revueltas populares.
También confirmaron su presencia los jefes de Gobierno de la República de Guinea, Mali, Marruecos, San Vicente y Granadinas y los vice primer ministros de Azerbaijan y Ucrania.
Los cancilleres confirmados son los de Turquía, Costa Rica, Palestina, Guatemala, Gabon, Zimbabwe, Haití, Nicaragua, Sudáfrica, Camerún y Arabia Saudita.
Entre los representantes de poderes legislativos estarían los jefes de poder del Consejo de la Federación rusa, de la Asamblea Nacional Popular argelina, la Asamblea Consultiva Islámica iraní, Senado y Asamblea Nacional dominicana, Asamblea de la República mozambiqueña, del Senado de Jamaica y de Guinea Ecuatorial, y del Parlamento nacional serbio.
Así, estarán los jefes de poder que protagonizaron algunos de los principales conflictos en el mundo actualmente, empezando por la reaccionaria guerra en Ucrania. El régimen gobernado por Vladimir Putin, cuya política reaccionaria desató la guerra, tiene como opositor en ese país a un gobierno subordinado a los intereses del imperialismo y la OTAN, y Volodimir Zelenzky también estará representado en la asunción. Se trata de una disputa que la pagan los trabajadores ucranianos y de todo el mundo, profundizando la crisis económica.
También Irán, que estará representado, viene siendo escenario de importantes protestas luego del asesinato de Mahsa Amini mientras estaba bajo custodia policial. La joven de 22 años fue detenida por la Policía Moral iraní supuestamente por vestirse de manera inadecuada según el código de vestimenta del país, marcado por el uso obligatorio del velo. Su muerte provocó una explosión de protestas en todo el país que empezaron pidiendo la caída del régimen político. Meses después, manifestantes vienen siendo perseguidos con pena de muerte, algunas ejecuciones ya tuvieron lugar y uno de los blancos fue el jugador de futbol Sardar Azmoun, que expresó su apoyo a la lucha de las mujeres y del pueblo iraní durante los hechos. En la asunción, serán los enemigos de las mujeres quienes estarán representados.
Por su parte, la delegación del imperialismo estadounidense será liderada por Deb Haaland, secretaria de Interior del gobierno de Joe Biden. Haaland es señalada por la prensa como una figura indígena crítica de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, habiendo declarado que esos gobiernos de extrema derecha representan "retrocesos". Sin embargo, la política del imperialismo estadounidense con el partido Demócrata a la cabeza fue un pilar central para el golpe institucional de 2016 que allanó el camino a la extrema derecha, degradando los derechos de los trabajadores con las reformas antiobreras y avanzando contra los pueblos originarios. Es esa misma política la que hoy avanza en Perú, con el apoyo del imperialismo. No en vano Haaland apoyó en 2019 el presupuesto multimillonario de Defensa del país, que significa la intervención reaccionaria de esa potencia alrededor del mundo.
Además de Haaland, la Casa Blanca tendrá una comitiva compuesta por Douglas Koneff, el encargado de negocios de Estados Unidos en Brasil, interesado en la entrega de recursos naturales y en los ajustes contra los trabajadores. Finalmente estará Juan González, asistente especial del presidente y director senior para Asuntos del Hemisferio Occidental, Consejo de Seguridad Nacional.
Embajadores y jefes de Estado se ubican en el Salón Negro de la Cámara de Diputados, donde Lula llegó junto al convoy presidencial al Congreso cerca de las 14:25. En el Palacio del Itamaraty habrá a las 19 hora local una recepción y un cóctel para las autoridades nacionales y extranjeras.
El discurso de retorno al multilateralismo fue una marca importante de la campaña de Lula en relación a la política exterior, contra la política de Bolsonaro de alineamiento con la extrema derecha internacional y enfrentamiento a los llamados gobiernos progresistas con mayor aislamiento diplomático. La presencia masiva de jefes de Estado en la asunción de Lula-Alckmin es expresión de ese cambio.
Al mismo tiempo, frente a la crisis capitalista, en una arena internacional marcada por la guerra de Ucrania y la tendencia a mayores enfrentamientos entre los Estados, hay que tener claro que Lula y Alckmin no romperán con la subordinación a los intereses del imperialismo en Brasil y en toda Latinoamérica. Al contrario, son un sustento de esos intereses en la región. Solo la lucha de los trabajadores y de todos los oprimidos del mundo, de la que varios representantes reaccionarios presentes en la ceremonia son enemigos, puede enfrentar a la extrema derecha y hacer que sean los capitalistas los que paguen la crisis. Es en estas luchas que la clase trabajadora brasileña, la juventud, las mujeres y el pueblo negro deben inspirarse, de manera independiente del nuevo gobierno que hoy asume.
