Dos bombas explotaron en la noche del lunes frente a una mezquita en Dresde, Alemania. Las autoridades señalaron que se trataría de un ataque xenófobo.
Martes 27 de septiembre de 2016 14:11
Las autoridades de Dresde informaron este martes de la explosión, el lunes por la noche, de dos artefactos colocados ante una mezquita y un centro de congresos en Dresde (este de Alemania), sin que se registraran heridos, y apuntaron a un ataque xenófobo.
El ataque se produjo un día antes del acto festivo con motivo de los diez años de la Conferencia Alemana sobre el Islam, foro de debate entre las asociaciones islámicas presentes en el país y el Estado, los estados federados y los municipios.
Según la agencia Efe el jefe de la Polícia, Horst Kretzschmar, informó en un comunicado de que "los dos atentados tuvieron lugar al mismo tiempo". "Aunque por el momento nadie ha asumido la autoría, debemos partir de una motivación xenófoba", manifestó.
Las sospechas sobre una acción de la extrema derecha tienen que ver con que los ataques se producen a pocos días de la celebración, este fin de semana en Dresde, capital del estado de Sajonia, de las festividades organizadas con motivo del Día de la Unidad.
Xenofobia y racismo en Dresde
Estos ataques son un golpe para las autoridades que esperaban que la celebración de estas fiestas mejoraran la reputación de la ciudad, tras haberse convertido en el centro de las protestas de la extrema derecha contra los refugiados desde el año pasado.
Dresde vivió en 2015 la protesta más grande de la organización ultraderechista, xenofoba y racista, PEGIDA, que llegó a movilizar a más de 20.000 personas en contra de los refugiados. Durante este año PEGIDA y otros grupos de extrema derecha protagonizaron miles de ataques a refugiados e inmigrantes en todo el país.
Los ataques se producen a pocas semanas de la profunda crisis política abierta tras la derrota electoral del partido de Merkel, que fue superado por la formación de extrema derecha, Alternativa por Alemania, en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, y los desastrosos resultados en las elecciones de Berlín.
La extrema derecha se alimenta del sentimiento de "miedo" hacia los refugiados que está inscrito en política migratoria de Merkel, que incluye el hacinamiento de inmigrantes durante años en distintos refugios, sin trabajo ni futuro, y la incorporación de parte de esos refugiados como mano de obra barata en el mercado de trabajo. Esta política, que busca precarizar al máximo la fuerza laboral bajo la modalidad de empleo subvencionado y barato, es aprovechado también por la ultra derecha de forma demagógica para agitar el odio hacia los migrantes entre los trabajadores alemanes.
Al igual que en otros países de Europa las consecuencias de las políticas securitarias y las guerras en el extranjero, llevadas adelante por los actuales gobiernos, son el principal punto de apoyo para la emergencia de formaciones de extrema derecha y para la profundización de tendencias xenofobas, racistas, antiimigrantes e islamófobas. Como se acaba de ver, una vez más, en los ataques de Dresde.