Ninguno de los salarios mensuales de lo que se considera como “medio tiempo” alcanza para algo más que los pasajes. Cambios repentinos de turno y rotación de “site” son algunas de las condiciones que viven diariamente miles de jóvenes en México.
Sábado 10 de marzo de 2018
Atento es uno de los centros de reclutamiento y de prestación de servicio de Call Center más importantes del país. Presentes en una docena de ciudades en la República Mexicana, la capital es en donde diariamente miles de jóvenes, madres y hasta algunos adultos mayores acuden a sus instalaciones para vivir una de las formas más precarias de jornada laboral del siglo XXI.
Acudo a este empleo porque tengo dos hijos y es el único lugar que me permite una jornada “flexible” para llegar temprano a casa, aunque el salario se me termina siempre en la primera semana
Mari, al igual que decenas de sus compañeras, es madre. Aunque cría a sus dos hijos junto con su esposo, ambos saben que el salario de uno es insuficiente para atender las necesidades de su familia. Por este motivo y a pesar de las dificultades que pueda causarle en las tareas de la casa (las cuales sigue garantizando mayoritariamente ella) decidió emplearse en Atento. Ahí el horario que presentan como “flexible” se ha vuelto la única opción para poder solventar, de manera menos tortuosa, las necesidades de su familia. Sin embargo, comenta que el salario, que en su caso es de poco más de 1,500 pesos, incluso trabajando en domingos, no alcanza.
Los sueldos de la mayoría de los trabajadores de esta empresa nunca rebasan los 4 mil pesos, esto sin tomar en cuenta descuentos por productividad, retrasos, rebasar los minutos permitidos para ir al baño, entre otras medidas profundamente degradantes y humillantes para la mayoría de los jóvenes que nutren las filas de esta empresa.
Hay que mencionar también que en muchos de los “puestos” inexistentes oficialmente en la empresa, como secretarias o los famosos team leader se exige la realización de tareas mucho más específicas y de un grado de complejidad superior. Estas tareas extra, en su gran mayoría, son pagados de manera diferente con relación a los demás laborantes.
Tardo muchas veces casi 2 horas en llegar a este site. Los días que ha colapsado la ciudad por la lluvias, como el año pasado, tuve la horrible experiencia de tardar hasta 3 horas o más. Estoy aquí porque no me quedé en la uni que quería y mis papás me dijeron que buscara un trabajo.
Luego de ser rechazados mediante filtros arbitrarios y antipedagógicos como el examen CENEVAL, cientos de jóvenes, principalmente de las zonas más marginales de la ciudad, son quienes acuden a estos empleos. Ante la imposibilidad por parte de sus familias de seguir costeando sus gastos, tienen que dejar sus “proyectos” para dedicarle más de 36 horas semanales a este trabajo. Muchas veces deben laborar los fines de semana, todo para ganar un salario que no alcanza ni para solventar los gastos de una casa y muchas veces ni siquiera de sí mismos.
Los gerentes tampoco se salvan de este desgaste, dejando de lado sus salarios, que aunque son relativamente más altos que los de los recién contratados, éstos tampoco alcanzan o superan lo necesario para vivir dignamente y por supuesto de manera independiente. Es notable que estos puestos también son ocupados por personas jóvenes. También deben rotar turnos sin previo aviso, así como cubrir jornadas mucho más largas de las estipuladas en el contrato. Esto sin contar las “juntas” y demás reuniones, las cuales incluso pueden ser en su día de descanso.
Se puede considerar que más del 90% de la planta de trabajo de esta importante empresa española trabaja y vive en la precariedad. El sometimiento y la enorme presión del ritmo con el que se atienden las llamadas, hacen de este lugar el mejor lugar para sufrir la explotación.
Saliendo de aquí corro a mi segundo empleo porque si no, no me alcanza para nada.