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Red Internacional
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Literatura. Aunque a nadie ya le importe, novela de Matías Segreti

El autor logra una novela corta, de lectura ágil y muy divertida. Provoca muchas sensaciones en su recorrido, dónde no faltan momentos de bronca o tristeza. Aunque basada en los 90, nos agasaja con perlitas de mucha actualidad.

Sábado 22 de septiembre de 2018

Aunque a nadie ya le importe es la opera prima de Matías Segreti. Es la primera novela que el cronista lee antes de que se encuentre disponible para el público. En este libro, Matías logra una novela corta, de lectura ágil y muy divertida. Provocando muchas sensaciones en su recorrido, dónde no faltan los momentos de bronca o tristeza.

Si bien está basada en la década de los 90, el autor nos agasaja con perlitas de mucha actualidad que sorprenderá a más de uno. El libro, de la editorial El Colectivo, va a ser presentado el sábado 6 de octubre en Wecabbeer (Gorriti 5615 - Ciudad de Buenos Aires) y ya se encuentra a la venta en librerías.

¿Quién sos, qué haces, a qué te dedicás, además de escribir tu primer libro?

  •  Bueno, si bien no provengo del universo estrictamente literario, ni tengo la formación académica de escritor, soy un trabajador, hijo de trabajadores, que escribe. Durante este última etapa pude hacerme el espacio y el tiempo y encontrar el placer en la construcción de algunas ficciones que me parecían relevantes compartir, convidar a otros.

    Soy un trabajador de la educación que cree que cualquiera puede escribir si se lo propone. Al ser educador considero que tenemos la posibilidad de aportar a la transformación de la sociedad y construir cierta emancipación de los sujetos a través de la ampliación del universo cultural.

    Estoy convencido de que cualquiera de nuestros estudiantes puede escribir, sin importar el grado de formación, la edad, o procedencia social. Y que además de escribir, puede contar algo que sea significativo en la vida de otros.

    ¿Por qué el título, cómo lo elegiste?

  •  El origen del título tiene dos vertientes. La primera, y más referenciable, es porque es el título de una canción de una banda que nace en la década de los 90, en el barrio de Lugano, y que se llamaba Viejas Locas. El tema es una baladita preciosa, que tiene como trama la desazón que atraviesan los jóvenes de la época cuando se encontraban con algún otro, distinto, y ni siquiera los miraban o reconocían como personas.

    Por otro lado, es la idea de poder recuperar algo de la estética de los 90, como el lenguaje, las costumbres, el hábito de convivir en el espacio público que parecería que hoy no se encuentra en discusión, como si no importara.

    Entre Viejas Locas, como signo musical y estético de una época, y mi pasado vinculado a la lógica barrial es que termino definiendo el título.

    ¿Con qué se van a encontrar los lectores que consigan tu libro?

  •  Los lectores se van a encontrar con una novela corta, bastante dinámica, por momentos divertida, mezclada con la densidad de algunas tragedias. Está ambientada en la época de los 90, en un barrio porteño, Villa Crespo.

    Los protagonistas son un grupo de jóvenes que encuentran en “la esquina” su lugar de pertenencia, incluso como una institución, después de haber sido expulsado de varios lugares. Estos pibes y pibas atraviesan la desgracia social de esa década, con una lógica de contención vinculada en la amistad y lealtad por el barrio. Situaciones que de alguna manera les pasa a los jóvenes de hoy.

    Los temas recurrentes son las drogas, el sexo, la delincuencia, la calle, los miedos, las inseguridades, los clubes de barrio como centro de la identidad.

    El libro tiene rasgos de actualidad, sobre todo en los primeros y últimos capítulos. Hay criticas directas a este modelo de gobierno que las van a encontrar, aveces de manera sutil, y otras de manera directa, pero desde una perspectiva satírica y divertida.

    ¿Te divertiste escribiendo el libro?

  •  Muchísimo. Porque en realidad es un compendio de anécdotas. Lo cierto es que el año pasado tuve la posibilidad de juntarme con muchos de los pibes y pibas con los que viví mi infancia y adolescencia, con procedencias muy heterogéneas. Pibes que son hijos de abogados y hoy representan jugadores de fútbol, o trabajan en la Legislatura, otros que son fleteros, motoqueros. Pibes que hacen changas, trabajadores del subte, pibes que coquetean o sobreviven en el ámbito de la delincuencia, y pibes que están presos. Pibas que son trabajadoras sociales, pibas que construyen cultura a través de la murga, de todo.

    Incluso, todo eso acompañado por muchas ausencias de jóvenes que fueron devorados durante esos años, por las drogas y la inseguridad social. La idea fue reconstruir algunos episodios de la historia de muchos jóvenes del barrio y encontrarle un hilo narrativo a la ficción.

    ¿Como creés que afectan las políticas de Cambiemos a la actividad cultural?

  •  Hay una ofensiva contra los trabajadores que hace que haya un repliegue necesario hacia otras preocupaciones, otra búsqueda, limitando el acceso a los bienes culturales y su consumo. Por derechos que hoy están cada vez mas cercenados, como el de la vivienda, alimentación, educación, trabajo o salud.

    Por otro lado, el ajuste que lleva el macrismo adelante, en términos de las políticas que desarrolla, son regresivas para la cultura. La expulsión del Estado de miles de trabajadores de la cultura para reducir el presupuesto en el área, la degradación del Ministerio de Cultura en secretaría, son gestos políticos que consideran a la cultura popular de acceso universal cada vez mas imposible, menos accesible. Construyen una escena cada vez más elitista.

    Por último, el signo de este gobierno está muy vinculado a las expectativas de mercado y reproduce cierto formato estético cultural, de productos que se terminan distribuyendo de manera homogénea, sin reconocer otras alternativas culturales.

    El ataque contra el arte callejero, el ataque contra las murgas, a centros culturales que estaban abiertos en muchos barrios hace que se imponga, en términos generales, una lógica dominante por el mercado, que tiene el poder económico para penetrar en todos los sectores y distribuirse horizontalmente como si fuera democrático.

    ¿Estás trabajando en un nuevo proyecto?

  •  Sí, estamos trabajando. Y digo “estamos” por que cada vez que diseño un relato voy en búsqueda de otros. No de otros escritores, más bien otras personas que me puedan ayudar a construir las imágenes, los diálogos, lo que busco.

    Estamos preparando una novela que se narra cerca del año 2000, y es una crítica a la burocracia sindical de fines de los 90. Señores que permanecieron gobernando los sindicatos y aún se encuentran en algunas estructuras sindicales, mas preocupados por seguir en sus cargos que por defender los derechos de los trabajadores.

    Es una parodia completa, con fuerte contenido político, pero con elementos de la sátira, que la hacen atractiva y ágil.

    La idea es pensar mundos posibles, imaginarios que se construyen de manera absurda, irreal. Mi intención es contar una historia que sea agradable y a su vez introducir un mensaje político a lectores que no están acostumbrados a dar una discusión política. Construir una ficción que vincule los problemas históricos y lograr una novela pícara, burlona, satírica.