Miércoles 25 de mayo de 2016 23:29
En las calles del mundo se vuelve carne una ausencia atroz. Arde en los cartones fríos, en la adultez prematura, en las miradas negadas. Se alimenta del egoísmo despiadado, de la demagógica hipocresía, de la explotación. Es rentable para las multinacionales, para las iglesias, para la violencia institucional. Se paga con tabiques desintegrados, con corazones desgarrados, con caños fríos en la sien. En las calles del mundo... Marca su ausencia el amor.
Nicolás Gerola