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Red Internacional
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Crisis Migratoria. Austria advierte que usará la fuerza en las fronteras para frenar a refugiados

Austria advirtió que podría usar la fuerza contra los inmigrantes si Alemania decide no permitirles más la entrada a través de su frontera compartida.

Miércoles 30 de septiembre de 2015

Foto: REUTERS-Dominic-Ebenbichler

Alemania ha vuelto a imponer los controles fronterizos y limitó el tráfico ferroviario desde Austria, en un intento por frenar el flujo de inmigrantes, que llegan de a miles por día a territorio germano.

Hasta ahora Austria estaba permitiendo sin restricciones el ingreso de personas que buscan asilo -la mayoría tras huir de los conflictos en Oriente Medio- luego de su paso por Hungría, habilitando su traslado hacia Alemania.

Consultado por un periodista sobre qué pasaría si Alemania "sella la frontera", la ministra del Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, dijo: "Entonces habrá una acumulación masiva (de inmigrantes) acá en Austria y, por lo tanto, necesitaremos una pronta respuesta europea".

"O seguimos como hasta ahora, o habrá controles estrictos en las fronteras", dijo la ministra a periodistas antes de una reunión de Gabinete. "Pero entonces debemos suponer que surgirán imágenes de (uso de la) fuerza, que el uso de la fuerza será necesario", agregó.

La suspensión en Alemania del flujo habitual en una de las principales redes de trenes que la unen con Austria ha generado que muchos inmigrantes crucen la frontera de otras maneras. Cientos hacen fila a diario en un punto limítrofe cercano a la ciudad austríaca de Salzburgo.

Alemania endurece su legislación para los refugiados

Alemania, la principal economía de la UE y destino final al que aspira la mayoría de los inmigrantes que llegan a Austria, espera que la cantidad de arribos a su territorio este año alcance los 800.000, y advirtió el martes que había un límite a la cantidad de personas que podía recibir.

El Gobierno alemán acordó este martes reformar por el procedimiento de urgencia su legislación de asilo para afrontar la llegada masiva de refugiados al país mientras aumentan las críticas internas a la canciller, Angela Merkel, ante la situación de emergencia.

En las últimas tres semanas, pese a la introducción de controles fronterizos, han ingresado al país alrededor de 230.000 peticionarios de asilo, según diversos cálculos difundidos ayer.

Sólo a la ciudad de Passau, fronteriza con Austria, llegaron el martes 10.000 refugiados, según información de la policía federal, encargada del control de las fronteras.

La situación ha generado un reguero de críticas a la canciller Merkel, especialmente de parte de sus socios bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU), pero también dentro de su propio partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).
Las reformas aprobadas cumplen con algunas de las exigencias de los críticos al acelerar el proceso para el reconocimiento de asilo y reducir el número de posibles candidatos.

Así, Albania, Kosovo y Montenegro pasan a ser países de origen "seguros", lo que deja a sus nacionales casi sin oportunidades reales de acogerse al asilo en Alemania.
"Es una manera de decirles a los que quieran venir de esos países que no se pongan en camino, ya que tendrán que retornar a casa", dijo De Maizière.

Las tasas de aceptación de los demandantes de asilo de estos países estaba ya por debajo del 1 %, según cifras de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF), ya que se estima que los motivos de su emigración son “meramente económicos”.

El paquete aprobado también contempla reducir al máximo el dinero en efectivo que se entrega a los peticionarios de asilo y aumentar todo lo que sea posible las ayudas en especie, en bienes concretos y servicios, medidas restrictivas cuestionadas por las ONG al considerar que suponen recortes de derechos fundamentales.

No obstante, las reformas se quedan cortas para los críticos más duros, sobre todo de Baviera y del este de Alemania, donde se ha llegado a plantear que no se esté obligado a pagar el salario mínimo a los refugiados que consigan un puesto de trabajo.

El Gobierno ha justificado las reformas legales con la necesidad de centrar los esfuerzos en ayudar a aquellos que realmente tienen derecho al asilo y en acelerar su integración.

"A la vez, nos permite enviar de regreso a sus países a aquellos que no sean perseguidos políticos ni vengan de países en guerra civil", insistió.
El Gobierno aspira a que el paquete entre en vigor en noviembre y lo ha enviado al Legislativo por procedimiento urgente.