×
×
Red Internacional
lid bot

Monocultivo de pinos y eucaliptos. Avance extractivista forestal en Corrientes: Central Puerto adquiere 88.000 hectáreas de bosques a Harvard

Central Puerto, de las familias Reca, Miguens-Bemberg y Escasany las compró al fondo de inversión de la Universidad de Harvard y se convirtió en la principal industria forestal del país. Avanza así el monocultivo de pinos y eucaliptos, especies exóticas que acaparan el agua, aumentan la probabilidad de incendios y extinguen la biodiversidad.

Jueves 4 de mayo de 2023 18:49

Mientras los titulares de los grandes medios ponen el acento en la venta de decenas de miles de hectáreas ubicadas en la provincia de Corrientes por parte del fondo de inversión de la Universidad de Harvard (EE. UU.)
las posibles consecuencias socioambientales, gravísimas, quedan en segundo plano. Es que un 56 % del territorio adquirido está conformado por bosques nativos, humedales, pastizales y zonas de amortiguación enmarcadas en la protección de la Ley de bosques, y pasan a engrosar el patrimonio de la ahora mayor industria forestal del país, dedicada fuertemente al monocultivo de pinos y eucaliptos.

Además del peligro de avance de estas sobre bosques nativos de altísima importancia ecológica (dada la flexibilidad de la Ley de bosques), estas últimas son especies que consumen cantidades desmesuradas de agua y son pirófitas, cuentan con el fuego como parte de su metabolismo, constituyendo una amenaza de incendios sobre bosques, humedales y poblaciones.

Incendios en Corrientes. Foto: Telam.

La superficie vendida estaba administrada por EVASA S.A. (Empresas Verdes Argentina S.A.) empresa con campos ubicados entre las localidades de Concepción y Chavarría a 180 kilómetros de la capital correntina; Las Misiones S.A., cercana a la localidad de San Miguel, a unos 160 kilómetros de Corrientes capital; y Estancia Celina. Central puerto, por su parte, es propiedad de capitales de las familias Reca, Miguens-Bemberg y Escassany, cotiza en las bolsas de Nueva York y Buenos Aires y cuenta entre sus accionistas al Estado, a través de la ANSeS, con el 8% de acciones.

Con esta operación, Central Puerto se transforma en la mayor empresa forestal del país, disponiendo de 166 000 hectáreas de bosques. A su vez, ya era la principal productora de energía eléctrica a nivel nacional, con 14 plantas de generación, más de 1000 empleados, el 16,2% de la participación en la energía producida y la propiedad de Central Costanera, la termoeléctrica más grande del país (alimentada con combustible fósil).

En la página de Central Puerto destacan la compra afirmando que "Argentina tiene una de las tasas de crecimiento más altas no solo de la región, sino del mundo: los árboles crecen aproximadamente diez veces más rápido que en el hemisferio norte. Es por eso que el sector forestal en el que continúa expandiéndose Central Puerto proporciona uno de los negocios con mayores ventajas competitivas y mayor potencial de crecimiento como generador de divisas de la Argentina."

Lo que no dice Central Puerto es que la contracara de ese crecimiento implica secar literalmente los territorios, transformándolos en así llamados "desiertos verdes", y aumentar el peligro de incendios sobre bosques nativos, humedales y poblaciones. Y todo esto en medio una crisis climática por calentamiento global que aumenta las sequías y probabilidades de incendios, y de un ajuste económico a pedido del FMI por parte del Frente de Todos que impacta directamente en los recursos para combatir el fuego.

Los incendios que sufrió la provincia de Corrientes el año pasado, que arrasaron con más del 10 % de la superficie total de la provincia incluyendo a zonas de humedales como los Esteros del Iberá, tienen todo que ver con esto. Son verdaderos crímenes sociales, producto de una estructura productiva centrada en la ganancias de empresas como Pomera Maderas (Hugo Sigman) y multinacionales belgas y austríacas (HS Timber Group), a las que ahora se suman estas familias emblemáticas de la burguesía argentina con Central Puerto.

Según la agrupación Defensores del Pastizal, solo en los dos primeros meses del 2023 ya se han quemado más de 100 566 de hectáreas. La misma organización denuncia que en el presupuesto provincial aprobado en diciembre de 2022 por el gobierno de Gustavo Valdés (UCR), para el área de Ecología y Medio Ambiente se destinaron solo 48 millones de pesos, mientras que para la expansión forestal la suma se fijó en 86 millones de pesos. A nivel nacional, el cajoneo de la Ley de Humedales por parte del Frente de Todos hace los suyo permitiendo el avance extractivista sobre estos ecosistemas.

Desde la empresa, Fernando Bonnet, su gerente, festeja desplegando un discurso capitalista "verdes" y desarrollista ya conocido: “esta adquisición representa un gran hito para nosotros y nuestra estrategia de desarrollo de la actividad forestal, que creemos que es clave en el potencial de crecimiento de Argentina. Este sector puede ser fuente de oportunidades de negocio futuras, ligadas al procesamiento e industrialización de la madera, bonos de carbono y generación de energía con biomasa”.

La energía con biomasa implica avanzar aún más pinos y eucaliptos, con las consecuencias mencionadas, mientras que la alusión a los "bonos de carbono", por la cual Central Puerto puede vender a otros capitales la posibilidad de producir gases de efecto invernadero (GEI), revela que la estrategia de apostar al mercado capitalista para resolver la crisis climática solo desplazan las crisis, las exacerban: no es solo que no disminuya así la emisión de GEI, sino que los incendios destruyen sumideros de carbono y liberan aún más dióxido de carbono a la atmósfera. Mientras, la devastación se externaliza a países dependientes y atrasados como Argentina.

Identificar las operaciones de los actores e intereses capitalistas detrás de los desastres socioambientales descubre su insostenibilidad intrínseca y lleva a poner en discusión la propiedad de la tierra como una medida básica para evitarlos.

Te puede interesar: Monocultivo: las plantaciones forestales detrás de los devastadores incendios en Chile


Juan Duarte

Psicólogo y docente universitario en la UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Editó y prologó Genes, células y cerebros (Hilary y Steven Rose), La biología en cuestión (Richard Lewontin y Richard Levins), La ecología de Marx (John Bellamy Foster), El significado histórico de la crisis de la psicología y Lecciones de paidología (Lev Vigotski), La naturaleza contra el capital (Kohei Saito) y León Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917), de Harold Nelson (2017), en Ediciones IPS.

X