Desplegará EE.UU. 280 marines en Honduras, Belice, El Salvador y Guatemala, para entrenar a las fuerzas represivas de la región. Se dice que es para luchar contra el crimen organizado: en realidad es la amenaza armada para contener y reprimir la protesta social.

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3
Miércoles 27 de mayo de 2015
Tropas de tierra, aire y mar, de 180 efectivos que integran la fuerza de tarea especial, fueron asignados a la base militar estadounidense de Palmerola, que dista 70 kilómetros de Tegucigalpa, la capital hondureña.
Mientras tanto, los 100 marines restantes serán distribuidos entre El Salvador, Belice y Guatemala.
Asimismo, en estos días, la corona española envió a la reina Letizia de gira a Honduras, una manera de manifestar su interés político y económico en la castigada Centroamérica.
Esta ofensiva del imperialismo estadounidense trae el recuerdo terrible del Plan Cóndor aplicado en el Cono sur entre 1976-1982, la guerra sucia en México, la guerra civil en El Salvador y la de Guatemala, y antes de eso el asesoramiento estadounidense para crear la Organización Democrática Nacionalista (Orden), que agrupó a las fuerzas paramilitares en ese país.
Es el recuerdo de cientos de miles de desapariciones forzadas, tortura, ejecuciones sumarias, de la violación de los derechos democráticos más elementales.
Y estos verdaderos genocidios, aunados a la brutal expoliación de las riquezas de los países del istmo centroamericano, en el marco de la aplicación de los planes neoliberales fueron la base para el surgimiento y desarrollo de bandas como las maras, y de la actual miseria de estas naciones.
Ambos factores fueron determinantes en impulsar la migración de millones de hombres, mujeres y niños hacia Estados Unidos, en busca de salvar su vida y tener un futuro menos malo que en su tierra.
Esta migración es la que ahora quiere evitar a toda costa el imperialismo estadounidense, y para eso ordenó blindar sus fronteras, y también blindar la frontera sur de México, con el apoyo de Enrique Peña Nieto, su fiel gerente.
Criminalización de la protesta social y de los migrantes: eso es lo que encarnan los marines, hoy con la máscara de la democracia de los ricos y de las trasnacionales que ansían ampliar la explotación y el robo de los recursos de Centroamérica.
Son estos marines los que entrenarán a las fuerzas represivas centroamericanas para que repriman más y mejor, mientras solapan al crimen organizado y extienden la militarización por el continente.
Crisis guatemalteca: exigen la renuncia del presidente
Este nuevo despliegue militar en la región se da en el marco de una profunda crisis de la decadente democracia de los poderosos en Guatemala, que estalló cuando se hicieron públicos casos corrupción en los niveles más altos de gobierno.
Decenas de miles en las calles exigen la renuncia del presidente Otto Pérez, quien intenta desviar el movimiento hacia las próximas elecciones. Mientras tanto, la resistencia contra los mega proyectos continúa en pie, aun con la ofensiva gubernamental, como es el caso de la comunidad en resistencia de La Puya, que defienden sus tierras de la empresa Exploraciones Mineras de Guatemala, S.A. (Exmingua), subsidiaria de la canadiense Radius Explorations Ltd., ávida de explotar el oro de la región.
Las protestas en Guatemala continúan. La militarización se extiende.
Con información de La Jornada, El País y SinEmbargo.mx.