Aunque no hay anuncio oficial del Vaticano, la casta política mexicana se apresta a recibir en 2016 a Jorge Mario Bergoglio (papa Francisco), que acaba de otorgar la indulgencia papal a la Legión de Cristo del pedófilo Marcial Maciel.

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3
Viernes 13 de noviembre de 2015
Foto: AFP
El cardenal Norberto Rivera Carrera, muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, dirigente del partido Morena, dio a conocer hace poco que Mario Bergoglio llegará a México 12 de febrero de 2016.
Se adelantó así a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que hasta ahora prepara la agenda del pontífice en silencio.
Por su parte, Claudia Ruiz Massieu, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, dio a conocer que el papa visitará San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Ciudad Juárez, Chihuahua, Michoacán, y la ciudad de México. Asimismo, se anunció la preparación de un acto en Ecatepec, Estado de México.
El objetivo: aplacar el descontento
Así pretende posar para la foto Jorge Bergoglio: junto a indígenas en San Cristóbal de las Casas, a migrantes en Ciudad Juárez y a la popular Virgen de Guadalupe, aunque hace apenas unos meses afirmó que era un invento.
Pero mientras jura estar por la defensa de los pueblos indígenas, este año hizo canonizar a Junípero Serra, un fraile que fundó numerosas misiones en la región de california, y sojuzgó con ayuda de los militares españoles a los pueblos indígenas de la región.
Andrew Salas, presidente tribal de la nación Kizh, denunció “Las misiones eran prisiones y campos de exterminio para mi gente.” A uno de esos misioneros canonizó el “humanitario” Jorge Bergoglio, una forma de legitimar el genocidio que implicó la conquista de América.
Por otra parte, declama misericordia y un trato humano para los migrantes, pero en los hechos avala la política de Barack Obama, el presidente estadounidense que ostenta el récord de deportaciones. Se dice que en la visita a Ciudad Juárez tenderá su mano a los migrantes, pero en los hechos legitima la política migratoria de México, estado tapón cuya función por orden de Obama es impedir la travesía de los migrantes hacia Estados Unidos, con persecución, encarcelamiento, deportaciones y criminalización.
Tras la máscara humanista: defensa de la barbarie capitalista
El semanario Desde la Fe señaló que “México es la segunda población católica más grande del mundo, y que el pontífice versará sobre la preservación del matrimonio y la familia, el respeto a la vida desde la concepción, la construcción de instituciones políticas y jurídicas más justas y modelos económicos al servicio del bien común, y que también abordará el tema de la reconciliación, de la paz y de las víctimas.”
Mientras continúa con su cruzada contra las mujeres y la comunidad sexodiversa –a través de la lucha contra el aborto y el matrimonio igualitario- el papa Francisco pretende acallar el descontento social que persiste en México tras la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Según distintos medios, en la reciente gira por Cuba y Estados Unidos Jorge Bergoglio no habría pasado por México porque no quería “legitimar al gobierno de Peña Nieto” y porque no le permitían ir a Ayotzinapa.
Cortina de humo: en Filadelfia, en septiembre, se negó a recibir a madres de los normalistas desaparecidos.
Ahora, la próxima parada es dar un espaldarazo al represor gobierno de Enrique Peña Nieto y el régimen descompuesto del PRI, PAN y PRD, cuya colusión con el crimen organizado ha quedado al desnudo con la masacre de Iguala en 2014.
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el “progresista” más conservador, que hace un tiempo declaró con desparpajo que “el matrimonio igualitario y el aborto no son temas tan importantes”, busca el respaldo del Vaticano hacia las elecciones de 2018.
Y por eso viajó en octubre a entrevistarse con el dirigente de la iglesia católica, quien recientemente dio la indulgencia papal a la poderosa Legión de Cristo, cuna y refugio de adinerados pederastas como el fallecido Marcial Maciel.
Porque si hay algo en lo que coincide AMLO con Jorge Bergoglio es en que no se modifique de raíz este sistema de explotación y opresión, sino en que se maquillen un poco las instituciones, se hagan más “digeribles” para el gran público.
El papa sigue adelante con su plan de recomponer la fachada de la Iglesia: con la impunidad de los curas y monjas abusadores de niños y la bendición a organizaciones como la Legión de Cristo es poco probable que lo consiga.
Él quiere posar de “amigo de los humildes”, pero en realidad se alinea con los gobiernos imperialistas y con los represores de las democracias degradadas, como en el pasado se alineó con los militares de las sangrientas dictaduras de América Latina.