Miércoles 20 de mayo de 2015
Fotografía: Telam
El día de ayer, desde La Izquierda Diario estuvimos presentes en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) mientras el ministro de Economía, acompañado por la comisión directiva de AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de Argentina), dio inicio al Sexto Congreso de la AEDA; en esta ocasión debatiendo sobre “El Futuro del desarrollo argentino”. Acompañaron a Kicillof, el rector de la UMET y Mariano Recalde, quien aprovechó el momento para impulsar su campaña como Jefe de Gobierno.
El ministro arremetió contra la ideología clásica declarando: "Los economistas ortodoxos son eunucos de la teoría económica; los han dejado sin instrumentos para comprender lo que pasa". Argumentando que la realidad le da la espalda al neoliberalismo, siendo este un modelo que no puede pronosticar el futuro al estar estancado desde su base teórica, y por ende limitado a explicar la situación económica que viven los países emergentes como es el caso de Argentina
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Criticó la idea ortodoxa de un estado ausente y la teoría de que una mayor ganancia empresarial se desvía naturalmente hacia la inversión aumentando su riqueza e incentivando la demanda desde la oferta. Propone, en contraposición, la redistribución de las riquezas que aumentando el consumo impulsaría la oferta haciendo fluir la economía. A su vez alegó que en el caso de los países periféricos, estos deben permitir que el Estado sea el que controle los mercados.
“Ya no se puede permitir que solo se siga enseñando una teoría que no puede explicar la realidad”. El Ministro realizó una fuerte crítica a los programas de las facultades, donde aún prima la ideología dominante reforzando un ciclo donde nacen nuevos economistas que, según Kicillof, volverían a equivocarse producto de las falencias de la teoría económica clásica
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Contradictoriamente con lo que plantea Kicillof con respecto a la teoría neoclásica, fue el ministro que aplicó en su gestión una devaluación brutal de 27% en enero de 2014 y quien está a cargo en la actualidad, de ponerle techo a los salarios en las paritarias. La tarea prioritaria del conocimiento científico debe ser aportar a la construcción de una perspectiva política de los trabajadores independiente de las burguesías y sus estados, aspecto “olvidado” por las corrientes de la heterodoxia y por supuesto también de la ortodoxia.
Es cierto que es necesaria una reforma profunda de los planes de estudio de las carreras de economía, atravesadas enteramente por el pensamiento único neoclásico, cuyo objetivo es sostener el “statu quo” y dar los fundamentos a las clases dominantes para legitimar el orden social. Esta reforma requiere contemplar la pluralidad de voces y perspectivas, así como las variantes de la heterodoxia y la economía crítica. Sin embargo, la lucha es por poner en primer lugar las ideas que subvierten el orden establecido, para que no haya más explotadores ni explotados.
En ese sentido, la heterodoxia que derrochó Kicillof en AEDA se ubica en las antípodas, aportando sus ideas para seguir justificando el orden capitalista imperante.