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Red Internacional
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Fue el estado. Ayotzinapa 6 años: AMLO, el Ejército y el poder judicial

Aspiraciones de justicia de los familiares, pocos avances y críticas de AMLO contra el poder judicial.

Bárbara Funes

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3

Sábado 26 de septiembre de 2020

Del acto del informe participaron la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación, vía remota un investigador del GIEI, el fiscal general Alejandro Gertz Manero, y María Ceferino, madre de Miguel Ángel Hernández Martínez, uno de los normalistas desaparecidos, fue la representante de los familiares que estuvo en el podio.

Encinas fue uno de los primeros en tomar la palabra, e informó que hay pruebas de la participación de las de fuerzas de seguridad en la desaparición de los jóvenes.

“Esto evidencia científicamente que la ‘Verdad Histórica’ carece de respaldo comprobable y demuestra que en ningún momento los 43 estudiantes estuvieron juntos durante su desaparición”, señaló.

En un conmovedor discurso, María Ceferino habló en nombre de los padres de Ayotzinapa. “Seis años y no tenemos nada… Nos quitaron lo que más queremos. Que nos ayude a llegar a nuestra meta… Es nuestro derecho son nuestros hijos. No nos defraude… Se los llevaron policías, militares. Cuándo le van a llegar a los militares” denunció.

Los familiares entregaron unos bordados a los funcionarios, y les pidieron tengan presente el caso, por los 43 de Ayotzinapa y por los miles de desaparecidos que hay en el país.

AMLO y sus promesas

Cerró el acto AMLO, con un discurso marcado por su confrontación con el poder judicial, que de nuevo rechazó una consulta popular del gobierno, esta vez sobre el enjuiciamiento a expresidentes.

“No termina de irse viejo régimen corrupto y autoritario… Hay en el poder judicial muchos vicios y corrupción que ha quedado demostrada hace poco, uno de los principales responsables en la desaparición de los jóvenes, le iba a dar su libertad a cambio de dinero. Hubo elementos y se frenó”, afirmó en referencia a la acción negligente y corrupta de jueces que intervinieron en el caso y dejaron libres a varios de los detenidos.

Así se enfrenta a la oposición de derecha que encarna el poder judicial, ya que parte de la Suprema Corte fue nombrada durante sexenios panistas y priistas.

El hecho que es que hasta ahora no se ha resuelto la demanda de justicia de los familiares, lo cual demuestra que no se quiere ir a fondo sobre los sectores implicados, y no sólo los responsables materiales, sino intelectuales y políticos, ya que eso apunta a ir contra las instituciones, cuando el objetivo de AMLO es fortalecerlas.

El presidente sostuvo también que “Decían que se tenía que proteger al Ejército, era necesario aclarar los hechos. Saber, castigar a los responsables, eso en vez de debilitar a las FFAA las fortalece. Eso es fundamental para la institución”.

Como si se tratara de un par de manzanas podridas, cuando es claro que la institución es el brazo armado del Estado y su función es proteger los intereses de los poderosos al costo que sea, esto mientras se han hecho públicos sus vínculos con el crimen organizado, algo ampliamente repudiado en las calles durante las movilizaciones por Ayotzinapa.

Pero mientras el ejército es responsable de masacres y operativos represivos brutales, como en Tlatelolco, el Halconazo, Atenco, Acteal y tantos más, el mismo presidente que promete resolver el caso de Ayotzinapa cada vez da más poder a las fuerzas armadas, como la entrega del control de los puertos en condiciones que facilitan la administración opaca de los mismos, y al inicio de la pandemia, la entrega de hospitales, militarizando la crisis sanitaria en forma preventiva para contener protestas.

Porque no olvidamos Ayotzinapa ni la responsabilidad de Peña Nieto, de Ángel Aguirre -entonces gobernador de Guerrero- ni la del Ejército y la policía, hoy como ayer exigimos juicio y castigo a los responsables materiales, políticos e intelectuales de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de la masacre de Iguala. Acompañamos a los familiares en su demanda “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” y denunciamos ¡Fue el Estado!