La mandataria salió nuevamente en defensa de la reforma educacional, apelando a no caer en la desinformación. El escenario de incertidumbre se extiende ante fenómenos aislados de movilización, pero con un potencial subterráneo sumamente progresivo.
E.E. Vergara Valparaíso, Chile
Jueves 15 de junio de 2017
En la inauguración del Jardín Infantil y Sala Cuna “Rinconcito Feliz”, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dio a conocer su respaldo a la reforma educacional llevada adelante por el MINEDUC en conjunto con el gobierno, la cual genera hoy bastante expectación e incertidumbre en un importante sector del movimiento estudiantil.
Es así como la mandataria se refirió al tema llamando a “no desinformar” sobre ese aspecto y señalando que “hay diferentes opiniones, nosotros hemos llevado adelante una reforma educacional que alguna gente ha criticado muy fuertemente, otra gente puede apoyar fuertemente pero la verdad es que en democracia a mí no me asusta que pueda haber opiniones diferentes, eso es parte de la democracia” según expresa el medio La Tercera.
A su vez se refirió a la ley de inclusión que pasa a transformar los recintos educacionales subvencionados a corporaciones sin fines de lucro, manifestando como falsa la idea de los cierres de colegio. Sin embargo lo cierto es que dicha iniciativa que sigue promoviendo el sostenimiento y financiamiento del Estado a intereses ajenos al desarrollo integral de las comunidades educativas, ha generado un tensionamiento significativo en el debate educacional, aludiendo a la falta de autonomía.
“Es falso que la ley de inclusión obliga a cerrar colegios, lo que va a pasar es que algunos colegios particulares subvencionados se van a convertir en corporaciones sin fines de lucro, y eso es lo mismo que decir que la plata que el Estado está colocando tiene que ser usada para mejorar la calidad de la educación de sus hijos e hijas” señaló la presidenta.
El movimiento estudiantil en suspensión ante una reforma estructuralmente neoliberal
Sin embargo a pesar de las mil y una formas que ha visto Bachelet y su gobierno por sacar adelante la reforma neoliberal, una serie de factores han aparecido en su camino impidiendo la tramitación del proyecto. A la defensa acérrima de la derecha del mercado educacional -apelando hipócritamente a los sectores más postergados de la educación- se suma el gallito entre los rectores del CRUCH con el MINEDUC, y el movimiento estudiantil, que si bien se ha manifestado en contra de la reforma, la adaptación y confianza de las JJ.CC y las direcciones del Frente Amplio a ciertas indicaciones parciales, han mantenido en el letargo al movimiento en las calles y universidades.
Pero el movimiento estudiantil no puede subordinarse a la impotencia superestructural del CONFECH y sus direcciones conciliadoras, sino aprovechar el escenario de tomas y paros provenientes sobre todo desde el sector secundario, donde a pesar de ser aislados -por el momento- expresan una cuestión de fondo, alentados por demandas progresivas como una educación no sexista, gratuidad universal y desmunicipalización.
Aparte, la brutalidad represiva con la que Carabineros –apoyados sobre todo en el alcalde de Santiago Felipe Alessandri- la cual ha generado el repudio del conjunto del movimiento estudiantil, y grupos de padres que se niegan a soportar esa clase de provocaciones, debe servir para promover la organización espontánea de los estudiantes en alianza con las comunidades educativas ya cansadas de la precariedad y postergación de sus demandas año tras año.
Esa es la delicada situación actual, en la que se vuelve determinante discutir en plenos de Federación, asambleas y cada espacio de organización un plan estratégico para este periodo, donde la reforma del gobierno parece a todas luces, mantener su estructura neoliberal en el sostenimiento y financiamiento de los privados, que puede pasar por encima ante la débil resistencia de las mediaciones estudiantiles, que aún insisten con dialogar con las autoridades.