El domingo luego de haber finalizado las elecciones legislativas efectivos de la policía local atacaron con saña a un joven que venía de fiscalizar para el Frente de Izquierda
Miércoles 25 de octubre de 2017
Facundo Frontera es un joven de 21 años militante del Partido Obrero, el domingo luego de fiscalizar durante todo el día se dirigió a la parada de taxi ubicada en Chiclana y Alsina, a pocas cuadras del local partidario, para regresar a su casa. Previamente había arreglado con su padre que lo esperaba en Grumbein para abonar el taxi.
Facundo tiene una discapacidad motriz y dificultades en el habla, no obstante logra hacerse entender bien, sin embargo los dos taxistas que se encontraban en la parada se negaron a llevarlo y ante su insistencia optaron por llamar a la policía que pasaba por el lugar. Rápida de reflejos para reprimir entre 5 y 6 efectivos, lo interceptan, lo cruzan de calle y lo reducen, lo tiran al suelo y le ponen un pie en la cabeza lastimándole todo rostro. Sumado a esto lo amenazan con llevarlo a un hogar o a un calabozo, a pesar de que Facundo dijo que tenía documentos y que en su casa pagarían el taxi. Este episodio finaliza ante la solidaridad de una señora que llama por una ambulancia y llegan sus compañeros.
La familia de Facundo realizó una denuncia penal contra los policías por la figura de apremios ilegales y no descartan denunciar a los taxistas por discriminación ante el INADI. Según declaraciones de Ángel Frontera su padre a La Nueva “Además de los golpes, lo que peor tiene a mi hijo estos primeros días es el miedo, la inhibición que le generaron. Él tiene muchas actividades alrededor de la plaza, va al partido, a la escuela nocturna y ahora no se anima a volverse en colectivo como hace siempre o ni hablar de tomarse un taxi porque tiene miedo de volver a cruzarse tanto a los taxistas como a los policías y que agarren de nuevo”.
Este accionar no fue un hecho aislado, durante toda la jornada electoral se registraron números casos de violencia policial en diferentes lugares de la provincia. En Mar del Plata la bonaerense allanó el local del PTS de manera ilegal y detuvo a militantes, entre ellos, candidatos de la lista del Frente de Izquierda
En Pilar, un grupo de policías agredieron a un fiscal del Frente de Izquierda dentro de la escuela porque no quiso mostrar el contenido de su mochila.
En Tres Arroyos, una chica menor de 18 años no la dejaron votar en la Escuela Primaria nº 14 porque había asistido con un parche de la cara de Santiago Maldonado al establecimiento. Las fuerzas policiales golpearon al padre de la menor, a quienes sacaron a la fuerza de la institución educativa. Luego de la intervención de varias personas pudo finalmente emitir su voto.
No es una sensación, es una política del gobierno.
La crudeza con la que las fuerzas de “seguridad” vienen perpetrando los distintos ataques no sólo al activismo sino a los sectores populares se dan en el marco de una política del gobierno de fomentar, justificar y normalizar una atmósfera represiva y de mano dura a nivel nacional.
Así se sucedieron infiltraciones a locales del Frente de Izquierda por parte de policía de civil, escraches a actividades culturales por la exigencia de la aparición con vida de Santiago Maldonado y, no solamente eso, sino que además, en la última movilización por la exigencia de justicia por la muerte de Santiago un grupo de policías de civil como uniformados intimidaron, quisieron infiltrarse y tomaron registros fotográficos de los manifestantes el sábado previo a las elecciones.
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En consonancia con este clima represivo, el intendente Héctor Gay, el día después de la aparición del cuerpo en el rio Chubut y que posteriormente se confirmaría que era el de Santiago Maldonado, declaró a un medio local “…apenas recobrada la democracia tuvimos un incremento paulatino de los índices de inseguridad” caracterizando a la última dictadura militar como “una época de no democracia” en la que “la preocupación y la inseguridad era otra” reeditando con cierta nostalgia el viejo slogan de la derecha que con la dictadura estábamos mejor.
No es la primer vez que un representante de cambiemos minimiza y justifica lo que fue el genocidio de Estado. Macri hace un tiempo habló de la dictadura como una “guerra sucia”, y ahora Gay la nombra como “una época no democrática" intentando generar un sentido común y una atmósfera que legitima los hechos de violencia por parte de las fuerzas de “seguridad”.
Es por eso que la responsabilidad de estos hechos violentos, como el de Facundo, recae directamente en el gobierno, que desde su asunción no hace más que fortalecer un discurso y un contexto represivo dándole más libertad de acción y de impunidad a la policía y la gendarmería.