En la Casa Cultural Socialista Karl Marx se reunieron trabajadoras y trabajadores de salud, discapacidad, educación, judiciales, jóvenes que trabajan en las apps y estudiantes de la UNS y el Avanza. Cruzó la jornada la necesidad de coordinar a todos los sectores en lucha, y mostrar una alternativa a la resignación que impone el peronismo aplicando el ajuste que pide el FMI, y a la derecha que quiere profundizarlo más.
Sábado 12 de noviembre de 2022 21:52
Este sábado 12 de noviembre en la Casa Cultural Socialista Karl Marx (Zelarrayan 685) se llevó adelante la 3ª asamblea abierta del PTS en Bahía Blanca, en el marco de las 100 asambleas que a lo largo y ancho del país se están realizando entre el viernes 11 y el domingo 13.
Abrieron la asamblea Daniela Rodríguez, docente de la agrupación Marrón y secretaria de DDHH del Suteba local y Lucas Cuenca, joven trabajador, estudiante de la agrupación estudiantil Tesis XI, y secretario de DDHH del Centro de Estudiantes de Humanidades de la UNS. El puntapié para el debate fue pensar la crisis social y política actual y la inflación que no se detienen como parte de una situación internacional inestable, en la que los gobiernos de derecha no pueden conseguir su reelección, pero los gobiernos progresistas rápidamente generan desilusión al intentar administrar un sistema en crisis, que sólo ofrece ajuste y precariedad para las grandes mayorías trabajadoras.
La gran lucha de residentes de salud que explotó en Buenos Aires esta semana y que está empezando a impactar en la ciudad, ocurre mientras la falta de personal y las guardias colapsadas son la marca del ajuste en el sistema de salud en Bahía Blanca. Por eso fue central durante la asamblea la necesidad urgente de "unir desde abajo todas las peleas que tanto las burocracias sindicales como los gobiernos y patronales quieren que permanezcan aisladas entre sí" como señalaba Daniela Rodríguez. Por eso desde La Marrón propusimos a las conducciones Multicolores del Suteba un paro provincial este 17 de noviembre, confluyendo con el paro de CICOP (trabajadorxs de la salud).
Las trabajadoras de salud y discapacidad (que vienen de jornadas provinciales de lucha) que participaron de la asamblea señalaron la profunda precarización de sectores como enfermería y acompañamiento terapéutico, y la importancia de ligarse con las y los residentes que están empezando a enfrentar sus condiciones de trabajo y el ajuste en salud.
En la UNS, Tesis XI dio una gran pelea política contra las agrupaciones del rectorado de la universidad, ligadas al gobierno y otras que difundieron una charla en el Departamento de Economía del ultraderechista José Luis Espert porque así se lo indica su subordinación a los gobiernos universitarios. En contrapartida, los espacios conquistados por Tesis XI en la UNS (3 secretarías del CEHum y una consejera departamental de Humanidades) se proponen como puntos de apoyo para todas las luchas de las y los trabajadores y jóvenes: como planteaba Lucas Cuenca "nuestros espacios los queremos poner al servicio de la lucha, de la coordinación y la organización por otra salida, contra la idea de que lo que crece es la derecha y el kirchnerismo como mal menor, que sigue llevando adelante el ajuste del FMI".
En la ciudad venimos de grandes jornadas de lucha por la educación pública, en las que La Marrón peleó desde el Suteba por hacer asambleas en cada establecimiento y convocar a las familias de esas comunidades, en la perspectiva de que el ajuste lo podemos enfrentar uniendo toda esa fuerza. Esas jornadas fortalecieron también la pelea contra el cierre de las Formaciones Básicas de las escuelas provinciales de arte, en las que se sumaron cientos de estudiantes con grandes acciones en la calle.
Las trabajadoras de salud y educación en la asamblea discutieron sobre la importancia de la lucha por el tiempo; es decir pelear la idea de que las y los trabajadores podemos pensar cómo construir otra sociedad donde el arte, el acceso a la salud, a la educación de calidad y al tiempo de ocio para desarrollarnos como personas no sean un privilegio sino un derecho elemental. Partiendo de la necesidad de reducir la jornada laboral a 6 horas 5 días por semana, con un salario que cubra la canasta familiar y repartiendo así las horas de trabajo entre ocupadxs y desocupadxs.
La asamblea finalmente resolvió: