La baja del metal rojo ha desencadenado una seguidilla de ataques a los trabajadores del mineral. desde despidos masivos hasta la muerte de un trabajador. Las Empresas ligadas a a extracción del cobre han cargado sobre los trabajadores el peso de sus bolsillos.
Miércoles 20 de enero de 2016
La baja de precio del cobre sigue en su curva descendente, hemos visto su baja paulatina, llegando a niveles dramático, la semana pasada se cierra el precio en los U$1,9 la libra, muy por debajo del U$2,2 estimado para este año, los gritos de los economistas hablan de un oro rojo que tambalea. Gran parte de esta crisis se explica en los vaivenes del gigante asiático, su desaceleración que ha hecho tambalear la economía global, sumado al vuelco que tomo su política financiera al desarrollo de inversión interna, ha dado como resultado apretados números para los empresarios, pero a esto se siguen sumando factores: Brasil el cuarto comprador de cobre cae en una dura recesión que se compara a la de 1901. Los empresarios hablan de un escenario entre el 2017 y el 2018 en que se va a recuperar el precio del metal, aunque con dudas, ya que el escenario económico internacional de hoy, no les promete nada a los capitalistas, ellos esperan que se recupere el escenario para el bienestar de sus bolsillos, y mientras, el gobierno, Codelco y las privadas se preparan para tiempos malos en la industria, los trabajadores de la mina siguen todos los días al calor de la producción frenética. finalmente esta introducción del escenario económico termina por preguntarnos, ¿Y qué pasa con los empleos?; ¿Cómo están los bolsillos de los mineros?; ¿Qué efectos tienen los recortes en los trabajadores del mineral?.
Las empresas vuelven una y otra vez a replantearse su política de reducción de costos, que es en palabras simples y grandes rasgos: precarizar y despedir, obviamente de manera impune. Desde el plan de retiro voluntario de principios del 2015 de escondida, pasando por la muerte de Nelson Quichillao durante la negociación del acuerdo Marco, hasta los 20.000 despidos en el sector. Hemos visto una constante y es que los ataques a los trabajadores se agudizaron a medida de que la crisis se exacerbaba. Hoy Codelco habla de reajustar costos en el orden nuevamente de los 1.000 millones de dólares, las mineras privadas venden acciones y despiden, siguiendo el mismo cuento del 2015, los efectos no son ligeros, un ejemplo de ello son las ciudades mineras que se han visto golpeadas por la crisis del precio del mineral, cayendo directamente a un escenario donde aumenta la cesantía en las ciudades y por lo tanto aumentan los niveles de pobreza, como la gran ciudad de Antofagasta, que siguiendo el mismo ejemplo, fue del orden de los 6500 los despidos que afectaron a los trabajadores de la zona; de las 16 grandes mineras al menos 7 plantearon despidos masivos y dentro de estas, 3 cerraron su producción, también afectando a ramas de la industria y la construcción.
Pero esto no es todo, a la interna de las mineras, los niveles de producción casi no varían y la ecuación inversa de menos personal y menos sueldo igual a intensificación de la jornada, deja como resultado en Codelco la muerte de un trabajador en la división El Teniente y otros 5 accidentes de gravedad en lo que lleva del año. Se precariza el trabajo, y se apuran los ritmos. Eustaquio Moreno, minero de la empresa de Geovita muerto el pasado 13 de Enero, es el reflejo de lo que nos llena de rabia e impotencia, el reflejo de una industria millonaria que te subcontrata, te despide, te enferma y te mata. La política de golpear a los trabajadores con la crisis ya había dejado muertos durante el 2015 en producción y en la lucha, respecto a esto último tenemos en la memoria el caso de Nelson Quichillao asesinado por la policía en la lucha por mejorar la condiciones del contratista. En el fondo el asesinato se respalda en la política de intransigencia por no entregar ni un beneficio desde la estatal y es que siguiendo la marcha de los acontecimientos, la movilización del acuerdo marco termina de la mano de mesas de negociación que impulso la dirección sindical de la CTC en conjunto con Agema y Codelco, bajo la promesa del acuerdo, que finalmente culmina en la disolución de la mesa y abre el punto de partida para los despidos. El Balance del proceso reajuste 2015 para la Estatal fue que se logró ahorrar 1.000 millones de dólares, ¡Y tan solo les costó matar, despedir y reprimir, para lograr mantener la ganancia!
Hoy el escenario sigue dictando bajas en el precio del mineral y no cabe la menor duda que los planes de recorte y reajustes se seguirán reafirmando bajo la bandera de la crisis, los ataques seguirán. Es tarea de hoy que los trabajadores de la minería y de todos los sectores discutan medidas para defenderse de los ataques de los empresarios y del gobierno. Pronto se celebrara el congreso CUT y es de suma importancia que se articulen acciones coordinadas a nivel nacional por la defensa de nuestro trabajos y para derribar toda la herencia de la dictadura que defiende nada más que los intereses de los empresarios.
