Cinco años después de ser denunciado por haberse infiltrado durante más de una década en la Agencia periodística Rodolfo Wlash, finalmente acaba de ser procesado.
Jueves 21 de marzo de 2019 21:29
Apenas recibió la noticia, la diputada porteña Myriam Bregman (PTS-FIT) la difundió desde su cuenta de Twitter. La dirigente de izquierda y abogada está entre los denunciantes del agente de espionaje. El procesamiento de este espía se dio a conocer en horas de la mañana.
Américo Balbuena es un policía del cuerpo especial de espías de la Policía Federal que entre los años 2002 y 2013 cumplió sus “tareas” infiltrado en la Agencia Rodolfo Walsh.
La actuación de Balbuena, como la de todos los espías, está amparada por la “Ley Orgánica del Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal Argentina”, reglamentada por decretos de 1967, firmados por el dictador Juan Carlos Onganía.
Como se denunció en este diario en reiteradas oportunidades, el caso de Balbuena es un claro ejemplo de cómo el Estado destina miles de empleados sin nombre y millones de pesos en recursos para realizar espionaje ilegal sobre organizaciones políticas, sociales, de derechos humanos, sindicales, estudiantiles y demás actores de la sociedad.
Y por si fuera poco cuando alguno de esos buchones es descubierto, inmediatamente el Poder Judicial interviene con sus maniobras. Por caso, los allanamientos y pericias en el caso Balbuena quedaron a cargo, por orden judicial, nada menos que de la Gendarmería Nacional, fuerza represiva “compañera” de la Federal bajo la órbita del Ministerio de Seguridad.
La Gendarmería, como se recordará, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner fue la encargada de llevar adelante el Proyecto X de infiltración y espionaje. Y también, comandada por el excarapintada Sergio Berni, se encargó de reprimir cuanta protesta hubo en las rutas y autopistas argentinas, “gendarme carancho” incluido.
Vale agregar que durante el conflicto de la autopartista Lear en 2014, Berni le asignó a un coronel retirado del Ejército la tarea de infiltrarse entre los manifestantes en la Panamericana. A ese mismo militar, Roberto Galeano, de lo registró dando órdenes a los gendarmes para que detengan ilegalmente a varias personas.
No es difícil imaginar el resultado de los allanamientos a cargo de Gendarmería en el caso Balbuena: nulo
Te puede interesar: https://www.laizquierdadiario.com/Hoy-sera-indagado-Americo-Balbuena-uno-de-los-mil-buchones-de-la-Policia-Federal
El rentable “oficio” de ser buchón
La denuncia contra Balbuena fue radicada hace cinco años por la diputada porteña del PTS-FIT Myriam Bregman y el abogado Matías Aufieri (ambos integrantes del CeProDH), con el acompañamiento de las organizaciones que integran el Encuentro Memoria Verdad y Justicia. Fue la persistencia de los denunciantes la que llevó a este procesamiento. Si hubiera dependido del Poder Judicial federal, ya estaría cajoneada.
En aquel momento Bregman señaló que “cuando la verdad salió a la luz la Federal le abrió un sumario interno a Balbuena donde no se investigó nada, salvo a las organizaciones ya espiadas por él. Centenares de fojas con artículos periodísticos de nuestras denuncias del espionaje, como si quisieran dar el mensaje que sólo saben investigar a las organizaciones y que no dejarán de hacerlo”.
En su declaración en noviembre de 2018, Balbuena negó ser un agente de inteligencia, dijo que se retiró de la fuerza en 2014 y que cobra $ 60 mil de jubilación. Sin dudas, una muy buena remuneración para quien durante años se dedicó a perseguir a cientos de activistas, dirigentes y militantes para luego pasarle información a sus superiores, quienes con esos datos armarían causas contra los mismos espiados.
Te puede interesar: https://www.laizquierdadiario.com/D...
A la fuerza, Américo Balbuena terminó saliendo de la cueva y ahora enfrentará un juicio. Pero a pesar del escándalo y las evidencias, hasta el momento los otros 999 como él siguen espiando en las sombras.
Andrea Lopez
@lopez76_andrea Cronista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario, miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos.