La irracionalidad capitalista se ha dejado ver en sus peores facetas en estos años de pandemia, guerra y crisis, y Chile no es la excepción, donde mientras el salario se destruye frente a la inflación, los bancos ganan como nunca incluso sobre esa misma inflación. La factura de la inflación se la cobran al salario del pueblo trabajador y pobre, mientras las grandes familias dueñas de los bancos se hacen aún más ricos, como la familia Matte, o los Luksic.
Martes 31 de mayo de 2022
Las cifras entregadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) arrojaron que para el mes de abril la industria bancaria ganó 680 millones de dólares, o 582.480 millones de pesos, un crecimiento de un 113% con respecto a abril pasado, y con un acumulado de lo que va del año de 2.200 millones de dólares, un 45,4% más que el 2021 hasta la misma fecha. O sea, en medio de una crisis mundial, con una economía nacional debilitada por la pandemia, donde la inflación pulveriza el salario, millones de familias apenas llegando a fin de mes, que se tiene que endeudar, en esas condiciones sucede que los dueños de la banca duplican ganancias. Solo el banco de Luksic, el Chile, en lo que va del año con respecto a la misma fecha, ya lleva un aumento de sus ganancias en un ¡103%!.
Las políticas fiscales del Estado, que siguen siendo una continuación de las políticas económicas de los 30 años, mantenidas por Boric, y por supuesto su flamante y concertacionista ministro de Hacienda Mario Marcel, quedan también desnudadas con estas cifras que entrega la CMF, donde las subidas de tasas fueron en beneficio no solo de la estabilidad de la banca y las finanzas, sino de llegar incluso a duplicar sus ganancias, la estabilidad de millones de familias no eran prioridad. La misma banca reconoció a través del banco de Luksic, que en gran medida este salto en ganancias fue gracias a la inflación: “En el período, la entidad exhibe una mejora en el margen operacional beneficiado principalmente por el avance de los intereses y reajustes, un contenido incremento del costo fondo, así como un gasto en riesgo comparativamente bajo”.
Entonces quien esta pagando la crisis cuando a la banca ni le resbala lo que esta pasando, esto lo paga quienes trabajan y sus familias por supuesto; a veces se nos presentan como si Estado y Mercado fueran antítesis, eso no es verdad, el Estado le asegura las ganancias al Mercado, es una dicotomía falsa, el mercado sin el Estado no funciona, necesita su organización, y el Estado se organiza para que los negocios de los grandes capitales funcionen, todos elementos que el borrador de la Nueva Constitución no toca, partiendo por la sacrosanta autonomia del Banco Central, que se encarga de la "estabilidad de la moneda", un eufemismo para proteger la ganancia financiera.
Y es que este sistema económico no se toca, la Nueva Constitución reconoce derechos que son mínimos, que se actualiza con la realidad del siglo XXI, pero en materia de grandes capitales, de su propiedad, eso se mantiene, tan así que una vez salido el borrador de la Nueva Constitución las Calificadoras de Riesgo que hablan por el capital financiero, como Morgan Stanley y Fitch, se mostraron conformes, donde no había nada “radical”.
Hoy que nos acercamos aceleradamente a una discusión por el apruebo o el rechazo del nuevo borrador, con una derecha que ladra contra la Convención, grandes empresarios que aun no se terminan de decidir, pero que ya los capitales financieros les marcan la pauta, incluso advirtiéndoles que un rechazo les puede traer más incertidumbre (Fitch Ratings), la llamada izquierda en la Convención levanta el borrador como una victoria, pero que no termina de resolver los problemas de fondo de las grandes mayorías, que siempre se ven obligadas a llevarse todas la cargas de la sociedad de conjunto (y sus crisis), pero no sus riquezas, donde los dueños de los bancos, de las fábricas, de los explotadores de nuestros grandes recursos naturales se comienzan ya a ventilar con la Nueva Constitución.
