La dirigenta nacional de Pan y Rosas y ex vicepresidenta FeCh propone levantar un feminismo socialista que luche para que el movimiento de mujeres esté al frente del combate contra la opresión de género, “pero que al mismo tiempo impulse las demandas de las trabajadoras y revolucione las estructuras sindicales corporativas y machistas, poniéndolas al servicio de la lucha contra la explotación y la opresión”.
Sábado 17 de noviembre de 2018
Una de las referentes del feminismo en el país, Bárbara Brito, dirigenta nacional de la agrupación de mujeres y diversidad sexual Pan y Rosas, y ex vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FeCh), fue una de las oradoras en el Acto por una Izquierda Anticapitalista e Internacionalista de las y los Trabajadores, convocado por el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), y realizado en el Foro Griego de la Usach.
Brito, quien impulsa un feminismo socialista, afirmó en la instancia que “hemos sido parte de ese gran movimiento de mujeres internacional que en Argentina y en Chile se levantó por Ni Una Menos y por el derecho al aborto. Lo hicimos peleando para que este movimiento se enraice en los lugares de trabajo y estudio revolucionando las organizaciones estudiantiles y sindicales. Y peleando para que las mujeres trabajadoras se pongan al frente uniéndose a las miles de jóvenes que han sacudido las calles”.
Para la dirigenta, “la Nueva Mayoría aunque ahora se ubique como opositora, mientras gobernó nos negó el derecho al aborto, y la conquista del aborto en tres causales que solo responde a un 3% de los abortos, fue una política para desviar el movimiento en las calles por el aborto legal, seguro y gratuito. Además, profundizaron la herencia de la dictadura militar que para las mujeres significa más precarización laboral, peores pensiones y salarios más bajos”, asegurando que no son ninguna alternativa para las mujeres trabajadoras, la juventud y el pueblo trabajador.
El feminismo socialista que propone Brito desde la agrupación Pan y Rosas “nos pone en la línea de frente de combate por cada lucha contra la opresión de género, pero al mismo tiempo pelea para que el movimiento de mujeres levante las demandas de las mujeres trabajadoras y sea una palanca para revolucionar las estructuras sindicales corporativas y machistas y ponerlas a servicio de la lucha contra la explotación y la opresión”, concluyó la joven.
Revisa el discurso completo de Bárbara Brito, dirigenta nacional de Pan y Rosas y ex vicepresidenta FeCh
Compañeras y compañeros, quisiera comenzar saludando este acto, especialmente a mis compañeras de Pan y Rosas. Patricia Romo, dirigenta del comunal de Antofagasta del Colegio de Profesores; Joseffe Cáceres, trabajadora del aseo y dirigenta sindical del ex Pedagógico; Beatriz Bravo, delegada del Sindicato de Operadores Postales; Pamela Contreras, dirigente sindical del Colegio Winterhill en lucha contra el cierre. Y un saludo a todas las trabajadoras de base, estudiantes y jóvenes presentes. También a mis compañeras de Pan y Rosas de Argentina, Bolivia, Brasil y Perú que viajaron a este acto, y a mis compañeras del Estado Español, Francia, Costa Rica, México, Uruguay, Alemania, e Italia.
Hemos sido parte de ese gran movimiento de mujeres internacional que en Argentina y en Chile se levantó por Ni Una Menos y por el derecho al aborto. Lo hicimos peleando para que este movimiento se enraice en los lugares de trabajo y estudio revolucionando las organizaciones estudiantiles y sindicales. Y peleando para que las mujeres trabajadoras se pongan al frente uniéndose a las miles de jóvenes que han sacudido las calles.
Las y los políticos burgueses, buscan arrebatarnos esta fuerza haciendo demagogia con nuestros derechos. Isabel Plá que se declaró feminista en las movilizaciones universitarias por una educación no sexista, es la misma que está contra el derecho al aborto igualándolo con la esclavitud y son los mismos que hoy vienen reprimiendo a mujeres y niños en el Wallmapu. Los únicos que buscan poner grilletes a las mujeres para arrebatarnos el derecho a decidir son ellos: Piñera anunció que haría de todo para frenar el derecho al aborto; Van Rysselberghe, se reunió con el misógino Bolsonaro. Ellas y ellos son los mayores defensores del legado de Pinochet y Jaime Guzmán, quien dijo que “la madre debe tener el hijo aunque salga anormal, no lo haya deseado, sea producto de una violación o aunque de tenerlo, derive su muerte”, mientras asesinaban, torturaban y violaban a mujeres embarazadas en dictadura.
Pero no nos confundimos, la Nueva Mayoría aunque ahora se ubique como opositora, mientras gobernó nos negó el derecho al aborto, y la conquista del aborto en tres causales que solo responde a un 3% de los abortos, fue una política para desviar el movimiento en las calles por el aborto legal, seguro y gratuito. Además, profundizaron la herencia de la dictadura militar que para las mujeres significa más precarización laboral, peores pensiones y salarios más bajos.
El Frente Amplio que se presenta como una alternativa sustituyó la lucha por el derecho al aborto en la calle para negociar la despenalización, a través de una alianza con la vieja concertación y la derecha liberal.
Nosotras luchamos porque el impacto que tuvo la marea verde argentina, que en nuestro país motorizó la movilización de decenas de miles, se convirtiera en millones en las calles y en un gran movimiento en los lugares de estudio y trabajo para triunfar.
Adentro del feminismo está abierto un debate central. Muchas compañeras que despiertan para la política se encuentran con ideologías que defienden mantener nuestras demandas contra la opresión separadas del conjunto de las demandas de los explotados y oprimidos. E incluso algunos sectores llegan al extremo de considerar a los hombres como enemigos. Son los capitalistas los que quieren que luchemos por reivindicaciones parciales que no cuestionen este sistema de fondo y separados. Los hombres trabajadores y jóvenes son nuestros aliados en la lucha contra la explotación y la opresión. Nuestras enemigas son Hillary Clinton, Ángela Merkel, sus socias menores como Bachelet y las mujeres empresarias que oprimen y explotan todos los días a la clase trabajadora como la matriarca Iris Fontbona del grupo Luksic contra el cual se enfrentaron nuestras compañeras y compañeros del Ferrocarril Antofagasta Bolivia.
Porque tenemos enemigos de este tamaño, es que la estrategia de crear espacios autónomos es totalmente impotente para luchar contra la opresión. Es por eso que el feminismo socialista por el cuál luchamos adentro del movimiento de mujeres nos pone en la línea de frente de combate por cada lucha contra la opresión de género, pero al mismo tiempo pelea para que el movimiento de mujeres levante las demandas de las mujeres trabajadoras y sea una palanca para revolucionar las estructuras sindicales corporativas y machistas y ponerlas a servicio de la lucha contra la explotación y la opresión.
Ese es el feminismo socialista por el que pelea Pan y Rosas. Te invitamos a formar esta organización junto a Ruth, que se puso al frente de la lucha contra los despidos en el Ferro; a Joseffe y a Patricia, a Leticia de Brasil y Nathalia de Argentina. Te llamamos organizarnos en cada lugar de trabajo y estudio y a construir Pan y Rosas en Chile, como parte una poderosa organización internacional.