Esperando ver por fin un recambio de jugadores, este plantel parece mostrar un grupo interesante para trabajar a futuro. Apuntalados por dos “viejos” campeones (Scola y Nocioni) aparecen estos jóvenes dispuestos a aprender y entender la ya marcada escuela argentina de Básquet.
Sábado 5 de septiembre de 2015
Se fue la primera fase del “Torneo de la Américas” que clasifica a dos equipos para Río 2016. Se llegó a este torneo con más dudas que certezas. Lesiones, renuncias (algo que también marcó a esta selección) y otras tantas bajas plantearon un fuerte y NECESARIO recambio. Así es como aparecieron apellidos para empezar a tener en cuenta. Garino, Laprovíttola, Deck, son gratas revelaciones. Los acompañan Mainoldi, Brussino y Richotti. Esperando aún por D’elía y Gallizzi se hagan fuertes en la pintura.
Concretamente, el puesto de base parece estar bien cubierto en mucho tiempo. Hacía rato que no alcanzaba sólo con la experiencia de Prigioni. Con estilos bien diferentes Campazzo y Laprovíttola se reparten buenos minutos. El perímetro aparece también bien nutrido, Garino es el nuevo más destacado, Deck aporta sacrificio, Mainoldi tiro externo y Richotti desequilibrio en la penetración.
Nocioni se sigue disfrazando de 4 y Scola de 5, esto por nuestra histórica falencia en centímetros y talento conjugados. D’elia y Gallizzi no terminan de cerrar ese puesto para ellos, de todas maneras se los seguirá esperando, otros no hay.
En la victoria inicial ante el siempre difícil Puerto Rico se gestó la confianza para derrotar sorpresivamente luego al favorito Canadá (con muchos jugadores NBA). Luego con Cuba fue un trámite y sirvió para rotar y probar jugadores. Se cerró con una trabajosa victoria sobre Venezuela, dónde Nocioni y Scola se hicieron cargo, para terminar invictos y con puntaje ideal la primera fase.
Más allá de datos técnicos y estadísticos se pudo ver que hay buen material y por sobre todo una idea de juego y de grupo que no se negocia. No se permiten tonterías, se es solidario cien por cien y se pasa la pelota de la mejor manera posible o si cabe el caso se desequilibra individualmente cuando así se lo requiere. Aún se clasifique o no se avanzó mucho en el recambio y esto es lo importante. No sabemos si estos apellidos son los que van a destacar nuevamente nuestro básquet, pero este es el camino. Crecer sin dejar las convicciones de lado y esperar que el talento surja naturalmente, hay escuela y proyectos altamente probados. Párrafo aparte para el técnico Sergio Hernández quien parece estar un escalón arriba de su antecesor Julio Lamas, sin desmerecerlo.
