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Red Internacional
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Tucumán. Bella Vista marcha por Héctor Coronel, atropellado por un policía

El joven perdió la vida luego de ser embestido por un policía que conducía alcoholizado. Sus familiares y amigos salen a las calles a reclamar que sea encarcelado.

Viernes 6 de mayo de 2016

Héctor Coronel tenía 29 años, vivía en la localidad de Bella Vista y trabajaba en Latin Citrus como operario. El domingo 24 de Abril iba camino al trabajo en su auto por la ruta 157, cuando fue embestido de frente por el auto de un policía. Los testigos aseguran que además del policía Luis Ferreyra, viajaba un segundo integrante de la fuerza; ambos se encontraban en estado de ebriedad.

“Yo esperanzado porque tenía vida mi hijo”

Miguel, el padre de Héctor, nos relató lo sucedido: “Héctor no fue asistido en ningún momento por el servicio de emergencia. Estuvimos quince minutos pidiendo auxilio. Entre amigos y compañeros lo sacamos del auto, y lo pusimos al costadito en el pasto. Cuando mi otro hijo llegó fue a buscar la ambulancia… Yo esperanzado porque tenía vida mi hijo.”

“Les pregunté qué era lo que estaban haciendo si mi hijo estaba más grave; me dijeron ‘que querés que hagamos por tu hijo si ya está muerto’. Mi hijo estaba vivo. Le pidieron a los milicos que me retiren. Los bomberos también llegaron y se fueron con las camillas para el milico asesino. Mi hijo murió en mis piernas. Hicieron abandono y lo cubrieron en todo momento al milico, él sólo tenía raspones. Ferreyra no estaba perdido ni nada, sabía lo que había hecho. Igual que Veliz, otro policía, que venían juntos, y se escapó”.

Alta tasa de alcohol en sangre y desaparición de evidencia

La causa se encuentra en la Fiscalía de Instrucción en lo Penal – X° Nominación, a cargo de la Fiscal María del Carmen Reuter, bajo la caratula de Homicidio culposo y lesiones culposas. De las pericias realizadas, consta que el policía Luis Ferreyra tenía una tasa de alcohol de 1,45 gramos litros en sangre, y que había consumido estupefacientes.

La familia de Héctor denuncia que al momento del choque, había en el auto de Ferreyra envases de cervezas, y que los oficiales que llegaron al lugar intentaron deshacerse de la evidencia. Soledad, hermana de Héctor, recuerda: “cuando llegué al lugar del accidente, me dicen sacá fotos, filmá porque están sacando evidencias que hay en el vehículo. Eran botellas de cerveza. La misma policía, sus mismos compañeros. Se creen que son dueños de la vida de los demás por llevar un uniforme.”

“El martes a la mañana, se presentó el comisario en mi casa, a decirle a mi mamá que lo trataron tanto al policía como a mi hermano como un caso civil y que no hubo privilegios. Cuando intentaron ocultar pruebas. Él tiene está enterado de lo que hicieron, porque es algo que es muy evidente, que no sólo lo sé yo y mi familia, sino muchos que han intentado ayudarlo a mi hermano ese día.”

Ferreyra fue trasladado, luego del accidente, a un sanatorio privado. Una semana después la familia de Héctor no sabía en dónde se encontraba Ferreyra. Al día de la fecha, no cambió la situación, ya que se ha informado a la familia que el policía se encuentra detenido, pero sin especificar en qué lugar.

La pelea por Justicia es en las calles

“Alguien le arrebató la vida a mi hermano. Espero que haya justicia, mi hermano era una persona que tenía mucho por lo que vivir. Él iba a trabajar y no puede ser que haya terminado así por un policía que cada vez que tenía un descanso se dedicaba a tomar sin importarle nada”, dice Sole abrazada al cartel que hoy tiene que levantar, como lo han levantado tantas antes que ella.

Se han realizado ya dos marchas, y este viernes 6 de Mayo realizarán la tercera, que parte a las 18:30 horas desde el escenario ubicado en la avenida Pedro Fernando Riera (Bella Vista)

Seguramente se encontraran con la fila de más de 20 policías que custodian la comisaría ante cada una de las movilizaciones que familiares y amigos de Héctor han organizado, sin que esto los amedrente.

A pesar de todo el dolor, quienes conocían y querían a Héctor salen a las calles de Bella Vista a reclamar por justicia, para que el responsable de su muerte vaya preso. Tienen claro que hay que plantarse y gritar: los policías no van presos tan sencillamente. Pero se puede lograr. La reciente condena a prisión perpetua al asesino de Ismael Lucena es una muestra de ello, sentó un precedente y es hoy un enorme punto de apoyo para seguir peleando.