El gobierno intenta una maniobra para irse con una base de mayor apoyo estos meses que le quedan, y un libreto para desviar la atención en temas claves hoy como la pandemia, la crisis social o la causa por la libertad de las y los presos políticos de la revuelta, a la vez que mantener la impunidad de los responsables políticos y materiales de la represión.
Lunes 7 de junio de 2021
En el programa Tolerancia 0 el ministro secretario general de Gobierno, Jaime Bellolio (UDI), quedó en ridículo y de mentiroso, al afirmar: “yo nunca he estado en contra del matrimonio igualitario”. El hecho fue negado por la periodista Mónica Rincón que mencionó una entrevista del ministro en el año 2013 cuando señaló que “el matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer”.
Como buen mentiroso, parecido a Piñera, intentó sacarse el bochorno diciendo que en 8 años él también había cambiado. ¿Por qué cambió su discurso? ¿Qué hay detrás de esta política anunciada el 01 de junio en la cuenta pública en favor del matrimonio igualitario?
Muchos sectores pertenecientes a la comunidad LGBTI+ denunciaron que el anuncio del gobierno se trataba de “lavado rosa”, es decir, tomar una medida progresista para quedar bien con sectores de la sociedad para desviar el foco de la crisis que vive su gobierno para remontar algunos puntos en la encuestas, más aun en el marco del aumento de casos de contagio de Covid.
Se trata de una maniobra para irse con una base de mayor estabilidad en los meses que quedan, pero además, buscar un libreto para desviar la atención en temas claves hoy como la pandemia, la crisis social o la causa por la libertad de las y los presos políticos de la revuelta, a la vez que mantener la impunidad de los responsables políticos y materiales de la represión.
Según Cadem del día de hoy, el oráculo del propio gobierno, esta jugada ya le generó un efecto a favor subiendo al 18%. Sin embargo, como se ha venido viendo los últimos años, la Cadem no le ha achuntado a una, más bien todos sus pronósticos electorales siempre quedan mal. Es parte de la operación para salir del foso del enorme rechazo y bajo apoyo.
¿Le resultaré? Hay quienes dicen que puede que sí. Está por verse Incluso, porque se trata de una maniobra a costa de perder base más derechista ligada a la UDI que se opuso frontalmente a la medida, incluso con amenazas al gobierno de boicotear las ayudas económicas. Se trata de una visión parecida al último año de Piñera I cuando un 11 de septiembre, aniversario del golpe militar encabezado por Pinochet, pidió perdón y señaló que en la derecha hubo “cómplices pasivos” con la violación de Derechos Humanos, en esas típicas maniobras piñeristas para dejar bloqueado a algunos de su sector para remontar un poco más en las encuestas y que le dé mayor margen de maniobra.
Sin embargo, hay que tener en consideración que esto lo puede hacer gracias a la vieja Concertación, y también a la izquierda “institucional”. Esto porque Piñera habría podido caer hace rato del gobierno. Primero con la revuelta tras los momentos de la huelga general el 2019, tras la cual corrieron todos los partidos de la derecha y la concertación para rescatar a Piñera e impedir que la lucha de calles se desarrollara en una verdadera huelga general que lo tirara abajo, el llamado Acuerdo por la Paz, que fue firmado no solo por la UDI y la DC, sino también por el Frente Amplio encabezado por Boric y Jackson, concertacionistas 2.0. Y después ha sido así durante toda la crisis, como la última crisis del retiro del 10% cuando Yasna Provoste con la DC y el PS fueron rápidamente a dialogar con Piñera en búsqueda de “mínimos comunes” cuando nuevamente las calles, los cacerolazos, y en particular la huelga portuaria, abrían el fantasma de la rebelión. Ahí, el FA y el PC ni siquiera llamaron a alguna movilización nacional, como siempre buscan llevar todo al camino “institucional” y no a la lucha de clases.
Piñera sigue gobernando por el apoyo de la centro-izquierda y el rescate que siempre le entrega la izquierda “institucional” del PC y el FA, opuestas a la lucha de clases, y cuando movilizan lo hacen para controlar el desborde y contener una radicalización.
Piñera sigue gobernando con sus bonos de miseria mientras millones han perdido trabajo e ingresos, exponiéndonos a los contagios sin ninguna estrategia clara para enfrentar la pandemia salvo solamente la vacuna, manteniendo cientos de compañeros de la revuelta presos en las caréceles del estado y miles de procesados, mientras los represores como el mismo siguen en la total impunidad. La lucha por Fuera Piñera ha sido un motor claro. Pero el viejo régimen y sus ayudantes de la izquierda institucional del PC-FA han buscar no mover las aguas que permita su caída.