A 43 años de su desaparición, restituyeron a Berisso los restos de Hilda Margarita Farías, asesinada por la última dictadura militar.
Sábado 21 de diciembre de 2019 20:34
Foto: Berisso Ciudad
La Flaca, como le decían quienes la querían, estudiaba Trabajo Social en Cáritas y era militante de Montoneros en el barrio Villa Argüello de Berisso, donde vivía. El 20 de diciembre de 1976 fue desaparecida por la dictadura cívico-eclesiástico-militar en La Plata a la salida de su trabajo de la Clínica Avenida. Hilda tenía 22 años.
Su nombre como el de tantos, salió en los diarios bajo lo que los militares y la prensa presentaban como “enfrentamientos” con las fuerzas armadas. Pero su verdadera historia es que la fusilaron en Ciudadela junto a otros 35 compañeros de diferentes centros clandestinos de detención el 3 de febrero de 1977.
Desde entonces hasta ayer, 20 de diciembre de 2019, a 43 años exactos del secuestro, familiares, vecinos y vecinas del barrio, compañeras y compañeros de militancia, organismos de Derechos Humanos y la Comisión Permanente de Homenaje a Hilda “Flaca” Farías, lucharon por restituirla a su Berisso natal.
Sus restos fueron hallados este año en el cementerio de San Martín enterrados como “NN”, identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) de entre los más de 1.400 cuerpos que han sido recuperados, de los cuales aun sólo se lograron identificar a 795. Entre ellos el de Miguel Ángel Soria, trabajador del Astillero Río Santiago secuestrado en su casa en Berisso y fusilado junto a Hilda en el mismo operativo, de quien también se recuperaron los restos en 2011.
Al día de hoy ningún gobierno abrió los archivos de la última dictadura. Según un nuevo informe de la Procuraduría sobre Crímenes contra la Humanidad de marzo de este año, los juicios a los genocidas no alcanzan a condenar siquiera a dos militares por cada uno de los 600 centros clandestinos de detención (hay 901 genocidas condenados), a la vez que alrededor de 2.000 tienen causa judicial pero están fuera de la cárcel. El macrismo intentó profundizar la impunidad negando el genocidio y ensayando el beneficio del 2x1.
Gracias a la lucha de los organismos de Derechos Humanos y los testimonios de las víctimas en esos juicios se pudo llegar a las condenas; solo por su lucha se pudo recuperar la identidad de 130 niños y niñas apropiados; y por el esfuerzo incansable de las y los científicos del EAAF recuperar la identidad de todos los cuerpos hallados y enterrados como NN o en fosas comunes. Todo siempre con el apoyo de las familias y compañeras y compañeros de las víctimas.
“Después de 43 años de búsqueda volvés a tu Berisso querido. Aquí tus sueños y tu lucha siguen tan intactos como el amor que te tenemos”, dijeron sus compañeres y familiares en un emotivo homenaje entre abrazos, lágrimas y lluvia. Sus restos fueron inhumados en el cementerio local, su tumba ya tiene su nombre, su identidad fue restituida, su militancia revolucionaria reivindicada, sus afectos abrazados.
La causa de les 30.000, continúa en pie.