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Red Internacional
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Caso Nisman. Berni en apuros

El secretario de Seguridad cayó en desgracia. Lo derrotó la lucha de los obreros de Lear, lo ninguneó la Presidenta, lo rechazó La Cámpora y se burló de él Luis Barrionuevo. ¿Qué más?

Rosa D'Alesio

Rosa D’Alesio @rosaquiara

Martes 3 de febrero de 2015

El caso Nisman amenaza con llevarse “puesto” al débil Sergio Berni. El día que apareció muerto el fiscal de la causa AMIA el secretario de seguridad se encontraba en el lugar. Cuando fue entrevistada por el periodista Nelson Castro, quien entre otras cosas le preguntó si tuvo acceso a la escena del “crimen” antes que la fiscal Viviana Fein, Berni sostuvo que "No entré al baño y no dejé que nadie entrara", y afirmó que “Garanticé que nadie ingrese al living, donde estaba la documentación, y cuando digo nadie me incluyo a mí” (actualmente Berni está en la mira porque se habría llevado una valija del departamento de Nisman).

Sus respuestas fueron tan confusas y contradictorias, que terminó complicado aún más la imagen del gobierno frente a la opinión pública. Días después, en una reunión en Olivos de la que participaron el “Cuervo” Andrés Larroque, Wado de Pedro, Carlos Zannini, Máximo Kirchner y la Presidenta, hubo un llamado de Berni que Cristina le contestó a los gritos y con insultos, por su mal manejo del caso desde el inicio y las sospechas que se derivaron de ello. En el primer mensaje público que dio Cristina de Kirchner en cadena Nacional, después de la muerte de Nisman, ninguneo a Berni, y lo contradijo cuando aseveró que se había enterado por la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, de lo ocurrido.

Posteriormente salió a la luz que la agrupación que dirige Máximo Kirchner, pretendía echar al secretario de Seguridad. Si algo le faltaba a Berni es que se hicieran públicas las diferencias que mantienen con La Cámpora. Las primeras discrepancias surgieron porque Berni siempre fue refractario a compartir espacios de poder con La Cámpora. La ministra Rodríguez, que responde a esta estructura juvenil, quedó ensombrecida porque el secretario acumuló mayor poder y protagonismo dentro de Ministerio de Seguridad. Esto se los permitió su íntima relación con los Kirchner. Pero los tiempos cambian. Después del impresentable operativo que montó el día que murió Nisman, más sus declaraciones a la prensa, terminaron de sepultar su privilegiado lugar junto a la Presidenta. Los camporistas interpretaron las palabras de Cristina, en la Cadena Nacional, que era momento para enfrentarse al debilitado Berni y pretenden recuperar el control dentro del Ministerio de Seguridad.

Hasta el viejo “dirigente” gastronómico, Luis Barrionuevo, salió a pegarle a Berni cuando habló del caso Nisman, lo calificó de “inútil” y agregó “Tenemos una presidenta que está desinformada totalmente. Tienen un secretario de Seguridad que llega al velatorio de todos los hechos, un inútil total como es Berni”.

Nada es para siempre

La estrella de rock &roll de la Seguridad, que supo gozar de días de gloria, se encuentra jaqueado por conflicto internos y externos al kirchnerismo y por su incapacidad para enfrentarlos.

En sus días de gloria, cuando hablaba que tenía un programa para terminar con la inseguridad y que podía echar definitivamente a los trabajadores de Lear de la Panamericana, contaba con el apoyo de propios y ajenos. Era la figura mimada de periodistas, hasta el francotirador anti kirchnerista, Jorge Lanata sostuvo, en su programa radial, que Berni era el único funcionario del gobierno que respetaba. Mauricio Macri y Sergio Massa también le prodigaron elogios, a pesar que les había robado la agenda de mano dura contra la inseguridad y los inmigrantes.

Pero pronto su lucida participación en la Panamericana, donde desplegaba la agenda, se terminó. Los indomables de Lear pudieron derrotarlo, porque su lucha era legítima y persistente. Berni subestimó a los trabajadores, creyó que con el gendarme carancho, López Torales, más un infiltrado, el canoso de barba, Galeano, podía terminar con su lucha. Pero no, los espías y el gendarme carancho fueron filmados en plena acción, y las imágenes pronto llegaron a los medios de todo el país y el mundo entero. Este fue el comienzo de su futuro fin. Después vendrá el fallo a favor de los trabajadores de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Berni no pudo poner un pie más en la Panamericana.

Berni se la creyó subido al endeble barco oficialista. Ahora le toca enfrentar, además de futuro juicio por enriquecimiento ilícito, las acusaciones que recaen sobre personal que está bajo su órbita y que debían custodiar al ex fiscal Alberto Nisman. Por ahora el secretario de Seguridad busca desligarse de toda responsabilidad y aseguró que el fiscal pidió manejar su custodia porque “no quería que nadie se enterara de sus movimientos”. Berni, ¿Sobrevivirá a esta crisis? ¿O el gobierno en su actual infortunio le soltará la mano?


Rosa D’Alesio

Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.

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