La Izquierda Diario entrevistó a seis militantes obreros del Partido de Trabajadores Socialistas, para conocer desde adentro el surgimiento de la nueva vanguardia obrera en el 2014, los ataques y resistencias en los conflictos de los últimos meses, y el debate sobre cómo construir una izquierda de los trabajadores.
Viernes 31 de octubre de 2014
Desde que la multinacional española Gestamp lanzó suspensiones masivas y discriminatorias, comenzó un ataque al activismo obrero de la Zona Norte.
Esto desencadenó una serie de respuestas por parte de los trabajadores. Aunque el final de la pulseada está abierto, es posible hacer un balance provisional sobre los resultados de la ofensiva patronal y cómo va quedando configurado un nuevo mapa de la vanguardia y el movimiento obrero en la zona. Con ese objetivo, La Izquierda Diario entrevistó a seis militantes obreros del Partido de los Trabajadores Socialistas, que han sido protagonistas de distintos procesos de lucha en la zona: Lorena Gentile (CI de Kraft-Mondelez), Eduardo Ayala (MadyGraf, Ex Donnelley), Rubén Matu (CI Lear), Víctor Ottoboni (Delegado de Fate), Roberto (activista despedido de Gestamp) y Gabriela Macauda (Secretaria Adjunta del SUTEBA Tigre).
PARTE I - 2014: LA VANGUARDIA OBRERA ANTE LOS ATAQUES
ID: ¿Cuáles fueron para ustedes los hechos que permiten ver el renovado protagonismo de la vanguardia obrera este año?
Eduardo (Donnelley): en los primeros meses del año los sectores combativos de la Zona Norte tuvimos un gran protagonismo y una tendencia a unificarnos, a que todos nos sintamos parte de algo en común. El año empezó con el corte del 27 de Febrero por los presos de Las Heras, que fue reprimido en la Panamericana, participaron contingentes obreros de distintas fábricas, donde nos destacamos los de Donnelley y la militancia obrera del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Esta tendencia ya se había insinuado en el conflicto de Kromberg unos meses antes. Allí subieron a la Pana unos 60 obreros de Donnelley y 30 de Kraft y 20 de Lear junto con “las obreras de Lila” y delegaciones de distintas fábricas como WorldColor de Pilar y varias corrientes de izquierda como el PTS, el MAS y Opinión Socialista.
Al mismo tiempo en el Parque Industrial de Pilar se formó la Intersindical que agrupó a delegados de Unilever, WorldColor, Procter & Gamble y a las compañeras de Kromberg entre otros. Junto con las corrientes de izquierda organizaron los bloqueos al Parque que provocó la reacción de las patronales.
El Encuentro de Atlanta en marzo, que reunió a 4 mil trabajadores y dirigentes combativos de todo el país, fue otro paso importante. Pocas semanas después, tuvimos una aparición más decidida en el piquete de la Panamericana durante el paro del 10 de Abril. Ese día muchos se dieron cuenta que había un polo alternativo a la burocracia, que iba al paro nacional pero con otras banderas. Moyano y Barrionuevo también tomaron nota.Luego se hizo el Encuentro de Norte a fines de mayo. Con todo esto, como te decía, nos íbamos sintiendo todos parte de una fuerza común y por eso levantamos la consigna de “nos tocan a uno, nos tocan a todos” con la intención de hacer de toda la Zona Norte un lugar donde los ataques fueran respondidos de forma unificada.
Esto va a seguir hasta ahora con las luchas de Gestamp, Lear y Donnelley. El PTS tuvo en todos estos hechos un importante protagonismo. La relación de la izquierda y el PTS con los sectores combativos de la clase obrera de norte avanzó enormemente porque en estos meses peleamos en común. Esta relación ya se había visto en el 2011 y el 2013 cuando sectores importantes votaron y algunos incluso militaron con el Frente de Izquierda, pero esto es un salto mayor.
Este año, con el inicio de la recesión, comienzan algunos ataques en industrias claves como la automotriz…
Roberto (Gestamp): a partir de abril comienza la ofensiva. Las empresas, la burocracia y el gobierno deciden avanzar con sus planes de ajuste y golpear a los sectores que no los aceptamos. El primer palo son las suspensiones y luego despidos en Gestamp. Allí había una organización incipiente y ante una asamblea por suspensiones despiden 67 compañeros. Se inicia un conflicto. El Encuentro Sindical Clasista de Zona Norte reunió a 1000 compañeros, la mayoría obreros de la zona. Allí se votó la solidaridad activa nuestra lucha que pegó un salto tres días después. Esa importante reunión sirvió para que trabajadores de distintas fábricas se sintieran parte de un todo que tenía que defenderse en común.
En la lucha de Gestamp se vió esta unidad. Los piquetes fueron garantizados no solo por militantes partidarios - del PTS y en menor medida el MAS - sino también por una militancia obrera bastante extendida. Estaba allí el "piquete de Donnelley", que se mantuvo el tiempo que los compañeros de Gestamp estuvimos subidos al mítico "puente grúa", y los suspendidos de Lear trasladaron su acampe a Gestamp en un gesto de unidad muy importante.
En Gestamp nos derrotaron cuando el gobierno provincial revocó su propia conciliación obligatoria, y con nosotros abajo del puente grúa no era posible volver a una posición de poder similar. Al mismo tiempo, se pusieron de manifiesto los límites de la organización del activismo en esa fábrica.
El mismo día que subimos al puente grúa, una idea espectacular que se le ocurrió a un compañero despedido, empezaron también las suspensiones en Lear y pocos días después el cierre de Paty. En esta última no se ofreció casi resistencia. Luego de una toma muy minoritaria, el 90% de los trabajadores arregló su desvinculación en menos de 24 horas.
Eduardo (Donnelley): dejame agregar algo. El Encuentro fue parte de la propuesta que habíamos hecho desde el PTS en Atlanta, de impulsar encuentros regionales. La idea de "blindar" la Zona Norte, apoyados en la genuina coordinación obrera, fue uno de los motores de estos reagrupamientos. Ese era el objetivo del PTS al menos, que tiene peso de dirección en varias fábricas donde existen sectores antiburocráticos. Esas reuniones, convocadas en común por varias organizaciones, delegados e internas, sirvieron para mejorar la organización y conciencia de los sectores de vanguardia.
Fue el caso de Donnelley que concurrió con una delegación de más de 100 obreros. Esas instancias, más allá de su desarrollo posterior, fueron parte de la preparación de los combates que vinieron luego.
Pero la decisión de las patronales y la burocracia estaba “Tomada”…
Ruben (Lear): El día que ellos suben al puente grúa, comienzan las suspensiones en Lear. Nosotros discutimos con los compañeros no entrar en provocaciones y prepararnos para una lucha larga. Ya habíamos hecho una experiencia con la burocracia, y forjando un activismo en las luchas previas.
Pero la “santa alianza” contra los trabajadores se iba a hacer más dura, con el objetivo de golpear a los sectores que nos veníamos organizando. La burocracia sindical en general - y el SMATA en particular - mostraron su papel como agentes directos de las empresas y apoyaron los despidos del activismo. El discurso “antizurdo” se hizo oír con solicitadas, e incluso en nuestra fábrica con carteles que pasaban por la televisión.
Roberto (Gestamp): no sólo en Lear. También empiezan las persecuciones en VolksWagen contra los delegados que no responden al SMATA. Los acusan de “traidores” porque habían salido de testigos en los juicios que algunos despedidos estaban haciendo contra la empresa. El SMATA aparece como la avanzada para “barrer a la izquierda de las fábricas”.
Y el gobierno, más allá de todo su relato, aparece abiertamente pro patronal. Se vió en Gestamp de manera escandalosa. Scioli y su Ministro de Trabajo dictan y revocan la conciliación obligatoria en Gestamp. Cristina Kirchner se tira contra nosotros por cadena nacional. Nos acusa de “querer tomar el Palacio de Invierno”. Era como dice Matu: se forma una Santa Alianza entre las patronales, la burocracia y los gobiernos. Para los que votaban a los K, es una novedad ver al gobierno tan pegado a una burocracia tan patotera e incluso es una novedad ver el rol de la burocracia de forma tan clara, tan agencia de la patronal. Porque cuando había crecimiento la verde no se mostraba tan claramente como lo que es y muchos pensaban que se podía ser independiente de ellos sin formar una corriente que los enfrente. Hoy no hay más “independientes” de ese tipo en el SMATA: o estás con la verde y la patota o te organizás contra ellos. Sino fuiste. Y el que se organiza sabe también que va a tener que pelear contra el gobierno porque lo vio en las luchas del lado de las empresas. Y eso que son todas extranjeras, buitres como pocos.
ID: Ahí se inicia otra etapa, la lucha de Lear, una de las más importantes de la década
Rubén (Lear): Si, ahí comienza nuestra lucha, que aún sigue.
Muchos conocen el conflicto porque ha tenido una trascendencia inédita, así que no quiero repetir. Pero hicimos 12 cortes de Panamericana, cortes en la 9 de Julio, marchas al Ministerio de Trabajo, 15 bloqueos, hubo 20 detenciones, represiones que incluyeron a los diputados del PTS Christian Castillo y Nicolás del Caño. Y con todo eso no pudieron sacarnos de la calle. Por eso nos dicen “los indomables”, es un orgullo.
Además provocamos la caída del militar infiltrado Galeano, la crisis del “gendarme carancho”, y pusimos en pie un fondo de lucha que superó al millón de pesos. Todos esos son eslabones de una pelea enorme sin lo cual no se entiende por qué - a casi 5 meses de las suspensiones - seguimos en pie y miles y miles de trabajadores, vecinos y estudiantes simpatizan o se han solidarizado con nosotros.
Nuestra pelea, con la ayuda enorme de organizaciones políticas, estudiantiles y obreras, ya logró la reincorporación de 61 trabajadores. Y además, que los delegados que habíamos sido depuestos ilegalmente en una asamblea trucha del SMATA, estemos dentro de la planta peleando y contra esa destitución. Hemos conquistado un lugar, una posición dentro de Lear pese a los golpes sufridos para pelear dentro de la fábrica para que haya una corriente de oposición y de ahí pelear en todo el gremio. No es poco lo logrado y no vamos a bajar los brazos en nuestra pelea para que reincorporen a los compañeros que siguen peleando. Ahora además empieza otra lucha contra el SMATA que en su Congreso del 19 de Noviembre puso como primer punto las sanciones y a nosotros nos abrió un sumario. En el año de los despidos y suspensiones el sindicato va a discutir como punto central como sancionan a los que enfrentamos esos ataques y van a querer expulsarnos.
Otra cosa que me parece importante rescatar es el impacto que ha tenido nuestra lucha en trabajadores de todo el país. Todo el tiempo nos llegan las repercusiones de nuestras jornadas de lucha. El método del piquete, una vieja tradición obrera, tomó mucha fuerza en los 90 con los desocupados que querían hacer visible su reclamo desde el interior del país. Nosotros nunca dejamos de tratar de organizar, de todas las formas posibles, a los compañeros en las fábricas que estamos. Pero también apelamos a los piquetes y acciones en la Panamericana para llegar a miles y miles de trabajadores que se concentran en la zona, una de las más importantes en la economía del país. Antes lo habían hecho los trabajadores de Kraft en el conflicto de 2009. Nosotros lo volvimos a hacer y apelamos a nuevos métodos. Con la creatividad que aportó la izquierda, por ejemplo, para hacer los piquetes móviles con caravanas solidarias. Contra lo que dicen muchos medios, esto ha generado una simpatía inmensa, que ven en la bandera de “Familias en la calle nunca más” una barrera contra los despidos. Incluso muchos periodistas y movileros se han impactado con nuestra pelea y la represión de la Gendarmería.
ID: Otro de los emblemas de esta etapa es el conflicto de Donnelley
Eduardo (Donnelley): En el caso de Donnelley, la empresa presentó un Preventivo de Crisis para despedir a 123 obreros, más o menos en la misma época que se daban los conflictos de Gestamp y luego Lear. Pero tenía un problema: enfrente había una organización obrera ejemplar. Durante años, con la Agrupación Gráfica Clasista habíamos forjado un activismo que decidía todo en asamblea, discutía de cuestiones gremiales pero también políticas, se solidarizaba con otros sectores, no solo trabajadores. Y durante esos últimos meses, organizamos un sistema de guardias para evitar el vaciamiento en Donnelley, y bloqueos a otras empresas para evitar el desvío de la producción, hicimos asambleas y movilizaciones. Además estaba el conflicto de Lear muy candente y abrir otro tan cerca, otra vez por despidos era un problema muy grande para el gobierno. Ante este panorama, la patronal optó por decretar la quiebra y fugarse.
Pero en 24 horas la planta estaba en funcionamiento sin patrones. Es que de alguna manera nos habíamos preparado durante los años previos. La bandera de “familias en la calle nunca más” que levantábamos con los compañeros de Lear, en nuestro caso significó la ocupación y la puesta en producción bajo gestión obrera. Tomábamos la salida que ante la crisis de 2001 tomaron nuestros hermanos de Zanon. Hoy conseguimos la cooperativa y estamos produciendo, pero como norte nos planteamos la expropiación y estatización de la gráfica, para que gestionada por nosotros los trabajadores pueda ponerse al servicio de la comunidad, imprimiendo manuales, cuadernos y libros para que los sectores más necesitados puedan acceder a la educación y la cultura.
Por la ubicación de la burocracia, a diferencia de Pignanelli, la Verde de Ongaro se ubica como "amiga de los obreros". Quería intentar hacer pie y desarrollar una tendencia moderada, pero no lo logra.
Además de estos procesos dieron una lucha muy dura los compañeros de Emfer y Tatsa con cortes y toma de fábrica. Con los compañeros de Lear fueron solidarios y fueron muy combativos en su lucha. Con ellos estuvimos en el Encuentro Obrero en la puerta de nuestra fábrica. Desgraciadamente ellos aceptaron la propuesta del gobierno de desmantelar la planta y que los trabajadores vayan al FFCC.
ID: En la Alimentación, otro de los sectores combativos de la zona, ¿qué sucedió?
Lorena (Kraft): En la Alimentación es distinto. Por ahora no hay fuertes ataques, al nivel de lo que pasa en el SMATA. En PepsiCo hay desinversión en la planta de Florida y retiros voluntarios pero si lo comparás con lo que pasa en la industria automotriz todavía no se llegó a esa situación.
No es que acá no busquen la forma de derrotarnos pero lo quieren hacer de otra manera. Daer empezó a levantar demagógicamente consignas históricas de la base como terminar con el domingo en el Turno Noche de Kraft, se une al moyanismo en el Paro del 28A y debate con Pignanelli acerca de la táctica con la que enfrentar a "los zurdos", aconsejando que se los derrote mostrando conquistas y no a través del terror y la patota. Daer no hace más que aconsejarles a sus amigos que no repitan su historia porque él hizo intentos de fraude pero esa política terminó al final facilitando la construcción de una oposición de izquierda que tiene el 40% de los votos en su gremio.
Pero este año hemos sido parte de este proceso de vanguardia en la zona, apoyando cada lucha, la organización de los sectores combativos en las paritarias y los dos paros nacionales, y apoyando las luchas más duras.
Pero además de esto creo yo que la novedad es el papel de la izquierda y del PTS.
Nosotros en Kraft tuvimos un conflicto durísimo en 2009, que tuvo mucha repercusión nacional, aunque todavía no había tantos procesos como los que vemos ahora. Siempre intentamos impulsar la organización de los sectores combativos y antiburocráticos de la zona, incluso impulsando encuentro de coordinación con otros sectores.
Pero lo nuevo en este último tiempo fue la presencia de la izquierda ligada a estos procesos, en especial el PTS y la influencia electoral del Frente de Izquierda en sectores de trabajadores.
En aquel conflicto de Kraft la presencia de la izquierda fue menos clara y la del PTS también, porque era el PCR el que dirigía la mayoría de la Interna. Mi compañero el “Poke” Hermosilla fue el único delegado que tuvo una posición consecuente en 2009, negándose a firmar el acta que dejaba muchos compañeros afuera. Esa actitud fue clave para recuperar la interna meses después. Pero desde el 2011 empieza una influencia política de la izquierda. Con la votación del FIT ya no sólo se trataba de la influencia sindical a través de delegados militantes de los partidos de izquierda sino de una influencia cada vez más política. Importantes franjas de trabajadores votaron al FIT y una cantidad nada despreciable de obreros militó las campañas tanto en el 2011 como en el 2013, con la intención de conseguir legisladores que apoyen las luchas por sus reclamos. Nosotros calculamos que en muchas fábricas en que estamos el 30 o 40% de los trabajadores votó al Frente de Izquierda. Pero esto era algo, momentáneo, ya que la influencia política de la izquierda y la militancia política de los obreros que no estaban en ningún partido se concentraba en los procesos electorales principalmente, teniendo en el día a día una relación y una actividad más que nada sindical en la masa de trabajadores. Ahora si tomás Lear y Donnelley, el PTS apareció con todo apoyando esas luchas con sus diputados a la cabeza, defensa de los puestos de trabajo y contra la represión, contra la burocracia y el gobierno que se mostró del lado de la empresa en Lear y usó la Gendarmería. Con esto la izquierda, y en especial el PTS, luchando en común con un sector combativo de trabajadores levantó banderas que son compartidas por millones que ven con simpatía a estas luchas que son atacadas por el gobierno.