Billy Elliot es la ópera prima del director británico Stephen Daldry, la cual le significó una serie de premios a nivel internacional el año 2001.
E.E. Vergara Valparaíso, Chile
Domingo 26 de julio de 2015
Billy, interpretado por Jamie Bell, es un niño de 11 años, que vive en un pequeño pueblo de Durham, Inglaterra, junto a su familia. Tanto su papá (Jacky) como hermano (Tony), participan activamente de la huelga efectuada por más de 150.000 mineros del Reino Unido, entre los años 1984 y 1985, quienes se enfrentaron a la política neoliberal de la entonces primera ministra Margaret Thatcher.
Billy como tantos niños del pueblo, es enviado por su padre a practicar boxeo al gimnasio local, práctica que no le gusta y en la que no es bueno. Sin embargo, un día su vida cambiará cuando debido a la ocupación de uno de los salones por el sindicato de mineros, comparta el mismo espacio con una clase de ballet.
Desde entonces la vida de Billy dará un giro total, cambiando las clases de boxeo de 50 peniques por las clases de Ballet de la maestra Wilkinson. Esto claro está, hasta que su padre se entere de todo lo que ha estado sucediendo a espaldas de él.
Una discusión con el machismo en la clase obrera y la exploración de la sexualidad
Uno de los puntos centrales de la película se relaciona al prejuicio instalado en la clase obrera sobre la masculinidad, la cual en este caso parecería abiertamente puesta en cuestión, producto de la división que se hace generalmente entre los deportes y manifestaciones artísticas que corresponden a los niños y a las niñas. Esto genera un tensionamiento permanente a través de la película, donde los sentimientos y convicciones de Billy se pondrán a prueba.
Por otra parte también dentro de la película se indaga la exploración de la sexualidad en la niñez, el descubrimiento de Billy a través del baile, su relación con las niñas y amigos, donde pareciera que aquellos prejuicios y concepciones machistas sobre las generalidades que recurrentemente podemos hacer, se ponen en tela de juicio.
Los sueños de la clase obrera en tiempos de crisis
Así también otra arista fundamental dentro de la película se orienta en la precarización a la cual se encuentra sometida la clase obrera, en un hecho tremendamente significativo en la lucha de los trabajadores, como la huelga de los mineros en los años ochenta, la que dejó tres muertos y una derrota importante para el sindicalismo inglés.
Muestra como aquellas concepciones que parecieran pesar mayormente, en ciertos sectores de trabajadores, comienzan a resquebrajarse y comienza a surgir una nueva mirada de nuestra vida cotidiana y la naturalización que existe de nuestra violencia contra los demás, en este caso en el seno mismo de la familia proletaria.
También se expresa el apoyo entre los trabajadores y los espacios vecinales, donde el sindicato como espacio de organización, consigue ser un organismo capaz de responder solidariamente con las familias de los trabajadores y sus necesidades.
El cine como expresión de la historia de la clase obrera y sus luchas
Por último la película es claramente una expresión del cine británico que vuelve a colocar en escena, la historia de los trabajadores a través de los ojos de los niños y sus familias. Habla del recambio generacional y la apertura a nuevas formas de enfrentar los prejuicios instalados en este sistema capitalista. Como aquellas ideas instaladas profundamente en la clase obrera son puestas en tensión por un niño marginado del mundo, y una oportunidad que se le abre, para poder descubrir la vida a través de su pasión por la música y el baile. Stephen Daldry, consigue en casi dos horas de escenas atravesadas por la música de Los Clash, T. Rex o The Jam, mostrar la realidad a través los ojos de un niño, que debe lidiar con una abuela que se escapa diariamente de la casa, un papá que resiste los ataques de la patronal, y un hermano perseguido por la policía como referente del sindicato. Pero Billy es un niño que jamás renunciará, a la sensación de electricidad cada vez que baila.