La compra de Panrico por parte de Bimbo afronta un reto que era previsible. Debe cerrar una de las dos plantas por duplicidad en innumerables puestos de trabajo.
Miércoles 1ro de febrero de 2017
Existe un solapamiento evidente en la fusión de dos empresas que históricamente vienen peleando por liderar el mismo sector y que además se nutren del mismo tipo de cliente.
Canales de distribución, administración, parte de la producción, todos ellos puestos de trabajo que están en este momento en evidente riesgo.
Parece que la planta que Bimbo tiene en Granollers es la candidata a desaparecer por tener instalaciones más antiguas en favor de las que pertenecían a Panrico, más renovadas y con una capacidad de producción enorme, lo que rentabilizaba la planta de Santa Perpétua de la Mogoda hasta que la maquinaria financiera decidió deslocalizar producciones dejándola al 30 o 40% de su capacidad y por lo tanto en números rojos.
No parece ninguna locura pensar que la venta de Panrico estaba ya gestada mucho tiempo atrás, rumores siempre ha habido, y todo forme realmente parte de una estudiada maniobra entre financieros buitres.
Por un lado Panrico provoca un Ere que deja al 75% de la plantilla en el paro y al mismo tiempo facilita la llegada de Bimbo y su reubicación y ajuste de plantilla.
Los sindicatos temen recortes en las áreas donde se produzca esa duplicidad, pero tristemente no parecen capaces de evitarlo, no hace falta ser un entendido para ver el papel que juegan las direcciones sindicales mayoritarias CCOO y UGT en esa comparsa que denominamos “negociación”.
Esto me sugiere alguna pregunta: ¿ habrá también duplicidad de cargos sindicales?, ¿veremos un ERE sindical?, ¿hasta donde serán capaces de ceder por mantener su sillón?, los que yo conozco fueron capaces de todo. La traición a la clase trabajadora, a sus afiliados, no tiene justificación posible.
