Una vez más corren rumores de despidos en la salas de juego de azar manejadas por Codere. Pretenden usar a los trabajadores como moneda de cambio contra el aumento del canon al juego que se discute en el nuevo presupuesto.
Jueves 24 de noviembre de 2016 10:54
A partir del rumor que comenzó a circular días atrás sobre un posible aumento -por ley- del canon a los bingos provinciales, la multinacional española Codere, dueña de una docena de salas de juegos en toda la provincia, puso el grito en el cielo. La empresa, que gana millones de pesos al año, se declaró insolvente para afrontar un posible aumento al impuesto al juego y dejó correr la posibilidad de nuevos despidos. La intención del grupo español es poner al conjunto de los trabajadores y sus familias como prenda de negociación con el gobierno y así evitar una suba al canon.
En medio del juego de negociación entre la empresa y el gobierno un trabajador de sala de Bingo, dijo: "Tenemos que organizarnos de forma independiente de la empresa y nuestros sindicatos tienen que estar a la cabeza de impulsar una asamblea general de todos los trabajadores de salas de Bingo, uniéndonos los gastronómicos con los trabajadores nucleados en Aleara. Tenemos que discutir cómo pelearla, sobre la base de acordar cuáles son nuestras reivindicaciones. Esa es la única forma de lograr que la empresa no descargue su crisis sobre nuestras espaldas. Con la empresa no se defienden los derechos de los trabajadores".
La empresa vs. los trabajadores
La multinacional Codere tiene la concesión de 14 salas de juego en la provincia de Buenos Aires y la realidad es que la empresa goza de buena salud. Luego de un proceso de restructuración, mejoró su liquidez, redujo su endeudamiento (5,2% a un 2,1%) aumentando sus ingresos un 20%. En Argentina -su principal fuente de divisas- el grupo facturó 126,1 millón de dólares. En España la realidad no es muy diferente, la empresa acaba de realizar un acuerdo lucrativo para convertirse en el nuevo sponsor del Real Madrid.
Sin embargo, una realidad muy diferente es la que viven a diario los trabajadores que son un engranaje fundamental para que la empresa se haga multimillonaria.
Son los que sufren las peores condiciones laborales: hacen el trabajo de dos y hasta tres personas, sufriendo enfermedades como tendinitis, hernias de disco, lumbalgias debido a los altos ritmos de trabajo, problemas respiratorios -trabajan en espacios de fumadores-, las mujeres sufren el acoso y el maltrato de los supervisores, entre otros padecimientos. Para Codere las ganancias valen más que la salud de sus trabajadores.
Otro ejemplo son los salarios. Este año, los aumentos fueron solamente de un 25%, cuando la inflación supera el 40%.
Bajo los gobiernos kirchneristas estas multinacionales vinieron al país para “levantarla en pala”. Ahora con el nuevo gobierno de Macri, quieren agotar todas las posibilidades para seguir enriqueciéndose a costa de sus trabajadores.
El papel de los sindicatos
Tanto Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (ALEARA) como la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA), están organizando la participación de trabajadores y trabajadoras en un reclamo empresarial, disfrazando la negativa de Codere de pagar un mayor canon, con el miedo a la pérdida de las fuentes de trabajo.
Desde la empresa están haciendo listas para dejar guardias mínimas en los sectores de trabajo y a los demás obligándolos a participar de la marcha. Ese día no se va a pasar falta.
La opinión de los trabajadores
La mayoría de los trabajadores expresaron el rechazo a la maniobra de la empresa y los sindicatos de encubrir la negativa de Codere de pagar un aumento en el canon con amenazas de despidos, para que los empleados movilicen defendiendo los intereses de la patronal.
"Todo bien con la protesta pero me parece que la empresa nos quiere usar para proteger sus propios intereses. Los boludos ponemos la cara y cuando nos quieran echar lo van a hacer sin dudarlo", señaló D. enojado.
Por su parte, C. dijo que "acá lo que se tiene que reclamar es el puesto de trabajo de los compañeros. No hay que marchar a favor de la empresa, que en la primera de cambio amenaza con el trabajo”.
Y F. agregó: "Más allá de que podemos opinar diferente, tendríamos que haber tenido la posibilidad de hablar todos y debatir. Me parece hipócrita salir a reclamar por esto, mientras hubo motivos todo el año para salir a reclamar".
"Tienen la cara más dura que un mármol! yo cuando me sumo a algún tipo de protesta es para mejorar las condiciones de trabajo o para defender a algún compañero, pero no me voy a dejar usar por los gremios y la empresa", expresó F.
Por su parte M., dijo que esta maniobra ya es conocida por todos: "La verdad es una boludez, todos los años pasa lo mismo. En octubre o noviembre inventan algo para generar miedo y después sacar más retiros".
“El Bingo no está a favor nuestro como empleados, desde mi punto de vista aprovechan la movida de que nosotros tenemos que salir a defender nuestro puesto de trabajo y de paso le hacemos el favor a ellos”, grafícó claramente M.
“Ellos tienen que justificar los despidos, si a la empresa le aumentan es problema de ellos. ¿Nosotros tenemos que defender a alguien que se caga en nosotros? –se preguntó N.- Y si nos echan, los delegados no hacen nada, como pasó con muchos compañeros”.
Y L. justificó el aumento del canon: “Es una multinacional millonaria, por mí que les aumenten los impuestos, es la plata del pueblo que se va ahí”.
Por su parte F. puso un manto de sospecha sobre la maniobra sindical: “Me parecía raro que los delegados nos digan de hacer una manifestación por que jamás hicieron algo por nosotros y ahora están convocando. Es evidente que la empresa está de tras de todo esto”.
En tanto, N. acordó con su compañero: “Al principio me sonó raro, ir por los compañeros es una cosa, pero por la empresa es otra. Es un negocio del cual nosotros como trabajadores no participamos”.
“Si vas a la movilización es porque querés defender a la empresa y los puestos de trabajo y si no vas te da lo mismo que te echen, pero en realidad es la misma empresa que nos quiere echar”, trató de explicar S.
Por último, G. dijo la posta: “Los trabajadores no podemos apoyar a una empresa que nos usa todo el tiempo. El sindicato no convoca a asamblea y no da información, por eso pienso que no tenemos que ir”.