Editorial. Blaquier sonríe, el FdT y Morales están gobernando

La historia se repite como tragedia y luego como farsa decía Marx. En este caso solo como tragedia. Alberto Fernández confirmó luego de una reunión con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, que el próximo viernes el FMI trataría el acuerdo con Argentina. Un día después del 24 de marzo, muy similar al 26 de marzo de 1976 cuando el Fondo destrabó un préstamo a los militares que iniciaron el genocidio de Estado.

Este acuerdo con el FMI fue votado luego de una intensa labor de lobby dentro del Frente de Todos y Juntxs donde el gobernador Gerardo Morales jugó un rol destacado en sumar voluntades positivas en equipo con Massa y los enviados de Larreta. Conformaron un extremo centro político para co-gobernar con el FMI al menos una década y media.

Dijimos también que el apoyo al acuerdo con el Fondo vino de las grandes patronales que a través de sus voceros entre los industriales, banqueros y el campo solicitaron con fervor la aprobación de pacto. Los mismos sectores que idearon y sostuvieron el golpe de Estado, colaborando mano a mano con el Ejército y los funcionarios de la última dictadura que también co-gobernó con el FMI.

Son estos empresarios los que recibieron incluso la estatización de sus deudas privadas de manos del gobierno militar, léase la transferencia de sus deudas a toda la población que al día de hoy la seguimos pagando, los que presionan contra la suba de retenciones o incluso pretenden directamente que se las quiten. Ven a un gobierno fracturado y van por más.

En estas pujas también colaboran quienes hacen de oposición responsable. Es el caso de Morales quien rechazó la tibia suba de retenciones de dos puntos a las harinas y aceite de soja, diciendo que estas medidas van contra el crecimiento. Debería recordar el Gobernador de Jujuy que en enero de 2020 el gobierno nacional le quitó las retenciones al sector de citrus y en el caso del grupo Ledesma, propiedad de la familia Blaquier, quien se jacta de ser el principal exportador de naranjas del país, despiden a obreros que reclaman por los daños en su salud causados durante el trabajo. Si no lo recuerda, al menos, si debería escuchar a los trabajadores rurales que ayer se movilizaron solicitándole una audiencia.

Esto último contrasta con la actitud del propio Blaquier quién armó una carpeta médica adulterada para negarse a declarar en el juicio por lesa humanidad donde están en el banquillo de los acusados. Recordemos que en 1976 las camionetas de la empresa fueron utilizadas en el secuestro de 400 personas en Libertador Gral. San Martín de las cuales 35 permanecen desaparecidas. Pero la impunidad que denuncian los familiares de las víctimas que reclaman por justicia también tiene colaboradores desde el propio Estado, no solo los jueces, sino también la misma Secretaría de DDHH de la Nación que pasó de exigir la aceleración del juicio a convalidar el informe médico a la medida del empresario.

Si todos estos empresarios se sienten con impunidad para evadir los juicios de lesa humanidad o para remarcar todos los días los alimentos y todo lo que consumimos es porque hay un gobierno y un régimen político que se los permite. En el caso de Blaquier, quien supo decir que él consideraba a Morales –cuando era Senador- como a “un muy amigo”, también recibía con los brazos abiertos a Sergio Massa cuando lo dejaba aterrizar con su avión en la pista privada que tiene Ledesma en Jujuy. La historia tiene también a otros integrantes del gobierno nacional que colaboraron con la ampliación de riquezas del grupo Ledesma, la misma vicepresidenta cuando ejercicio su primer mandato presidencial beneficio al empresario con la promoción de la Ley de Biocombustibles que el año pasado retocó Máximo Kirchner preservando las ventajas para los ingenios azucareros.

En estos lineamientos generales de qué negocios se favorecen desde el Estado y qué sectores son los ganadores se nota una continuidad con pocas diferencias no solo con lo actuado durante la dictadura sino con el futuro de un país donde el capital financiero, el agronegocio y la megaminería tengan un rol preponderante con tal de garantizar los dólares para el pago al FMI y al resto de los acreedores.

No se trata entonces de atacar a los moderados del gobierno nacional invocando al pueblo en palabras como se puede leer en una reciente carta publicada por intelectuales kirchneristas. Por el contrario, la posibilidad de juicio y castigo a los responsables civiles, militares y eclesiásticos de la última dictadura militar puede venir de un bloque social y político independiente de los gobiernos y la oposición patronal que vuelven a cogobernar con el FMI. Es la fuerza de la clase trabajadora, la juventud y el movimiento de mujeres puesta en movimiento en las calles la que puede abrir un curso independiente para resolver la impunidad de ayer y de hoy que gozan los dueños del país. Por eso, mañana 24 de marzo, la movilización por los 30.000 compañeros y compañeras detenidos y desaparecidos es con la izquierda.