El canciller argentino Felipe Solá mantuvo este miércoles una reunión con Bolsonaro y aseguró que ambos gobiernos tienen posiciones similares sobre Venezuela.
Miércoles 12 de febrero de 2020 22:23
BRASILIA (BRASIL), 12/02/2020. EFE/ Carolina Antunes Presidencia De Brasil
Este miércoles el canciller argentino, Felipe Solá, se reunió por primera vez con su par, Ernesto Araújo, que fue el primer paso del deshielo de la relación bilateral. Durante la tarde Solá fue recibido en el palacio del Planalto por Bolsonaro donde, según el canciller, discutieron sus acuerdos sobre la situación Venezolana.
La foto lo dice todo, Solá y Bolsonaro estrechando sus manos y sonriendo a la cámara. El representante de uno de los gobiernos “progresistas” de la región sonriendo junto al ultraderechista presidente de Brasil, uno de los principales aliados del imperialismo en américa latina. Dos meses después de las declaraciones de Bolsonaro sobre la catástrofe que caería sobre Argentina si ganaba Fernandez, la relación parece estar encaminandose, lo cual dice mucho no solo sobre la política exterior argentina sino también sobre la interior.
En declaraciones a la prensa Solá sostuvo que las posiciones argentinas sobre Venezuela no distan mucho de las posiciones brasileñas, lo que es toda una declaración de principios. Desde el momento cero, Bolsonaro apoyó furiosamente el intento de golpe de estado en Venezuela orquestado por EE.UU. y reconoció a Guaidó como presidente legítimo del país.
El marzo del año pasado Bolsonaro anunció que congelaría los activos de la petrolera venezolana PDVSA y otras medidas de “sanción” contra el gobierno de Maduro que, en realidad, son medidas contra el pueblo venezolano que solo aumentan sus padecimientos. Estos anuncios fueron pedidos por Trump a los países miembros del Grupo de Lima, del cual Argentina es parte. Más tarde en un viaje a EE.UU Bolsonaro afirmó que la situación "No puede seguir así, debemos liberar a Venezuela".
"No somos favorables a Maduro. Somos favorables a la democracia y democracia significa cumplir condiciones" afirmó Solá y citó los derechos humanos como una de esas condiciones. Es verdad que el régimen de Maduro es cada vez más autoritario y las penurias que sufre el pueblo venezolano no dejan de crecer, pero hablar de derechos humanos luego de darse la mano con Bolsonaro parece un chiste de mal gusto.
En ese marco, Solá subrayó que, a pesar de sus diferencias, el Brasil del ultraderechista Bolsonaro y la Argentina del peronista Fernández tienen "el mismo objetivo" y es que Venezuela "recupere plenamente la democracia". Pero no será con golpes de estado de la mano del imperialismo yanqui como se logre, sino que es el propio pueblo trabajador venezolano que debe darse su salida, que debe empezar por una política independiente tanto del imperialismo como de quienes se apoyan en un falso socialismo para hacer pagar la crisis a la clase trabajadora.
La política exterior de Fernández es una muestra de lo que pretende hacer en política interior. El viaje y las declaraciones de Solá muestran un alineamiento cada vez mayor con Washington, que también se comprueba en que Argentina sigue siendo parte del Grupo de Lima, que fue creado para apoyar la intentona golpista.
Pero este alineamiento se ve también en las relaciones con el estado sionista de Israel, el primer país que Fernández visitó oficialmente. Fernández habló de un país moderno y exitoso sin decir una palabra del genocidio contra el pueblo palestino, siendo que Argentina fue uno de los primeros en reconocer a Palestina como un estado ante la ONU en 2010.
Impresiona la capacidad de hacerse el distraído sobre la masacre al pueblo palestino, de la que Netanyahu es uno de sus responsanbles. #PalestinaLibre https://t.co/sfrakk13DC
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) January 24, 2020
Durante el viaje Netanyahu le agradeció a Fernández por el mantenimiento de la sanción a Hezbollah, que Argentina reconoce como “grupo terrorista” desde el gobierno de Macri.
Este mayor alineamiento con los intereses de EE.UU es un intento de ganar alguna posición en la negociación con el FMI, cuya misión internacional arribó este miércoles a Argentina. Fernández hizo demagogia durante la campaña presidencial denunciando los negociados entre el FMI y el gobierno anterior y ahora está pasando un plan de ajuste draconiano que permita pagar la usuraria deuda externa, que será a costa del sufrimiento del pueblo trabajador.