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Red Internacional
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EDITORIAL - SANTA FE. Bonfatti y Chaumont: la agenda de la izquierda en una provincia militarizada

Octavio Crivaro

Octavio Crivaro @OctavioCrivaro

Miércoles 22 de octubre de 2014

Los últimos días los diarios de Santa Fe se debaten en dos tipos de lo que el marxista Antonio Gramsci llamaba “pequeña política” como definición opuesta a la “gran política” de las grandes campañas estatales, de largo alcance. Por un lado, contrarios a la resolución de la enorme crisis habitacional que sufre el pueblo trabajador, en Rosario hay planes para inaugurar dos hoteles cinco estrellas (¡dos más!). Las villas crecen, los trabajadores no pueden pagar los alquileres pero la burbuja inmobiliaria acumula adefesios de proporciones egipcias, parafraseando a la reciente Bienal de Arquitectura. Por otro lado la politiquería pre electoral, la “danza de las candidaturas”, acumula episodios como para apilarlos en una repisa que llega hasta la órbita del satélite Ar Sat-1.

Pero una vez más, en esa toma y daca, como veremos, están ausentes los grandes problemas de los trabajadores y del pueblo pobre.

Chaumont y la militarización de la provincia

Entre tanto discurso, flirteo electoralero y política de manos vacías, cada tanto el gobierno de Antonio Bonfatti muestra sus verdaderas cartas. Bah, muestra los dientes. La asunción del Gendarme (R) Gerardo Chaumont como Secretario de Seguridad, confirma que la agenda estratégica de Bonfatti es la militarización de la política provincial. Y no nos confundamos: no es para combatir el narcotráfico. Es para puro y exclusivo control social.

Chaumont, como se describió desde La Izquierda Diario, es un gendarme en retiro, apartado por el kirchnerismo por denuncias de corrupción. Pero el currículum de Chaumont habla a las claras del carácter del nombramiento del socialismo entre comillas. En el temprano 2003 comandó la militarización de Fuerte Apache en la Provincia de Buenos Aires; pero además, lideró tropas de ocupación en Haití, esas que fueron denunciadas por torturas y violaciones, y entrenó fuerzas policiales en Sierra Leona. Un verdadero militar de ocupación, un represor hecho y derecho al servicio del socialismo-macrista del Frente Progresista-FA-UNEN.

Este nombramiento podría sorprender a algún desprevenido, pero en realidad tiene profunda lógica: la Seguridad es la segunda cartera en absorber presupuesto a nivel provincial, teniendo además partidas especiales que pueden aumentar las arcas de la Policía Santafesina (sí, la del narcotráfico) permanentemente y sin más trámite. Por otro lado, cuando arribaron los 3 mil gendarmes a Rosario, con la excusa de combatir a los narcos (un operativo risueño, a esta altura), Bonfatti y el Ministro Lamberto dejaron en claro que la intención del desembarco de una fuerza federal era la ocupación del territorio, el cercamiento de los barrios donde viven los pobres, verdaderas amenazas para este socialismo-champán.

Sí, como en Fuerte Apache. Como en Haití: los barrios populares de Rosario (y de Santa Fe) padecen no solamente el control mafioso de la Policía Santafesina con sus punteros, narcos y bunkers, sino también la ocupación de la Gendarmería carancho de Berni, del Proyecto X. El objetivo es uno solo: someter, sojuzgar, controlar a un pueblo trabajador que por padecer salarios de hambre, tercerización laboral y falta de vivienda, acumula motivos de bronca en un fin de año caliente. Para las cámaras de construcción, todo. Para el pueblo pobre, milicos.

Reutemismo para todos y todas

La oposición peronista, si bien cacarea por motivos puramente electoralistas, silencia (y apoya, por omisión) ante estas decisiones socialistas que derechizan y militarizan la política. No hubo cuestionamientos a Chaumont, y el kirchnerismo aplaudió a rabiar el desembarco de los 3 mil rambos de la Gendarmería, hace nueve meses. Es más: la única campaña audible que hace el candidato a intendente por el Frente Para la Victoria, Roberto Sukerman, es la de crear una Policía Comunal. ¡Más policías! Ante la pobreza y la saturación policial el peronismo ofrece una solución: más saturación policial.

Pero esto es todo menos casual: el peronismo santafesino ha decidido que la contienda del 2015 la pelearán por derecha. Lejos de todo halo progresista, esto lo confirma el reciente “sínodo” de los principales referentes del peronismo local, que se reunieron en un (ups) hotel cinco estrellas para discutir la “unidad”.

Las voces que se escucharon en esta reunión entre Agustín Rossi, Alejandro Ramos, Omar Perotti y el presidente del PJ de Santa Fe, José Luis Freyre, apuntaban a un solo lado: hay que seducir al reutemismo, por no decir al propio Lole Reutemann. Para ser “competitivos” electoralmente y no dejarle terreno a Miguel Del Sel y al PRO, hay que volver, en definitiva, a las fuentes de donde vienen todos los K de primera plana: al menemismo, al peronismo conservador, a la política amigable con empresarios, sojeros y aceiteras.

Lo que busca expresar la izquierda, el Frente de Izquierda

No se le escapa a nadie que todos los cañones y obuses en Santa Fe apuntan hacia las elecciones del 2015. En todas las discusiones, en debates ya vaciados de alma y de contenido, las penurias del pueblo trabajador, no existen, están ausentes. Entre tanta política de “palacio”, sin embargo, la “calle” también habla.

Esta misma semana, una medida de lucha de combativos trabajadores portuarios, paralizó uno de los puertos más importantes de la región, arrancando una conciliación obligatoria para reincorporar a su dirigente Raúl Mamani. Los trabajadores metalúrgicos de Liliana, por su lado, a fuerza de tenacidad han logrado un fallo judicial que indica reinstalar al joven dirigente Lucas Castillo, uno de los líderes de la lucha que desnudó la precarización laboral y conquistó la planta permanente de todos sus compañeros, conquista que persiste a pesar de que la empresa echó a los referentes. Estos compañeros, con el sostén de numerosas organizaciones, entre ellas el PTS en el Frente de Izquierda, y con el reciente apoyo de comisiones de la Cámara de Diputados y del Concejo Municipal, han rechazado los billetes que les ofrecen para resignar su lucha y siguen reclamando lo suyo: volver a la fuente de trabajo, continuar la pelea y la organización por justas demandas que los gobiernos boicotean.

No existe construcción de una fuerza política o una alternativa electoral que no parta de estas luchas y de este carácter de clase, o que busque diluir el supuesto apoyo a la lucha de los trabajadores, con el sostén a sojeros glotones o “empresarios y curas buenos”. La candidatura de Victor De Gennaro, en ese sentido, es la de un binnerismo desencantado, una rueda de auxilio del bipartidismo patronal. Nada que ver con la izquierda.

La lucha aguerrida de los trabajadores, la defensa de las libertades democráticas contra la represión estatal, la puja por demandas populares sentidas como la vivienda, la salud y la ocupación, así como por los derechos de las mujeres, gays, lesbianas y trans: esa es nuestra agenda, los 365 días del año. Y buscamos que se exprese con plena independencia de los partidos burgueses y de las distintas fracciones de Estado. En definitiva ese es lo central para una izquierda verdaderamente socialista.


Octavio Crivaro

Sociólogo, dirigente del PTS y candidato nacional por el Frente de Izquierda-Unidad en Santa Fe.

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