Luego de hacerse parte del acuerdo por la paz que salvo a Sebastián Piñera en el estallido y de aprobar la ley anti-barricadas, Boric se lanza como candidato presidencial con Daniel Jadue por parte de la oposición.
Viernes 21 de mayo de 2021
El pasado miércoles 19 de mayo venció el plazo para inscribir primarias ante el Servel. Gabriel Boric juntó las 34 mil militancias requeridas para legalizar su partido -Convergencia Social- a nivel nacional, permitiéndole así sumarse a la carrera presidencial.
Demás esta decir que estas presidenciales se realizan en el marco de una profunda crisis de credibilidad que vive el régimen luego de que el 18 de octubre del 2019 se generara un estallido social debido a las muchas injusticias que se viven en Chile donde era evidente que no solo eran los 30 pesos del pasaje, sino más bien por los 30 años de saqueo que hemos vivido como trabajadores, precarizando paulatinamente nuestras condiciones de vida.
Por muchos lugares las demandas por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana se escuchaban en las calles, hasta que el 15 de noviembre se hiciera entre 4 paredes el acuerdo por la paz, acuerdo que institucionalizó el proceso constituyente y permitió que se encerrara a miles de jóvenes injustamente y hasta el día de hoy se siguen encerrando debido a las leyes anti-barricada y anti saqueo.
Gabriel Boric fue parte de ambos, tanto del acuerdo por la paz, como de la aprobación de la ley anti-barricada y hoy se presenta sin pudor alguno como candidato a la presidencia y aferrándose a viejas figuras del régimen.
En entrevista con la tercera indico que: “Creemos que hubiese sido una lectura equivocada de nuestra parte que tras las votaciones del domingo pasado hubiésemos ido a primarias con todo el espectro de los partidos políticos, y eso hubiese cerrado la puerta a todos los independientes que, organizados en las diferentes formas, son hoy día un actor relevante en la política chilena”
Sabemos que gran parte de lo que sucede actualmente no es más que otro de los muchos oportunismos que ha tenido a lo largo de su carrera política, a su vez pretende que olvidemos el rol fundamental que tuvo en la cocina constitucional y en la injusta encarcelación de miles de jóvenes presos de la revuelta.
Además en esta carrera presidencial ha dejado en evidencia como sigue replicando las mismas lógicas demagógicas de los viejos partidos políticos tradicionales que se encuentran tan cuestionados hoy en día, afirmando que:
"Daniel y yo no somos lo mismo, hay coincidencias programáticas, pero no somos lo mismo, así como el FA y el PC no son lo mismo. La posición del PC habrá que preguntársela a ellos. Mi postura es que hay que dialogar. No considero al PS y PPD enemigos irreconciliables. Y todos los que fueron elegidos en la constituyente son representantes legítimos del pueblo”.
Es por esto que debemos seguir organizándonos las y los trabajadores y retomar las demandas de octubre para realizar verdaderos y profundos cambios que claramente no vendrán dados de la mano de los partidos tradicionales que fueron los principales gestores de la actual crisis y responsables del encarcelamiento de miles de jóvenes que lucharon en el estallido.