La desabrida declaración del gobierno de Boric respecto a que ayer se cumplió un año de la invasión Rusa a Ucrania no es solo cortesía, mucho menos "respeto hacia los derechos humanos", se trata de un silencio cómplice que condena la invasión pero que apoya la escalada militar de la OTAN, es decir, detrás del apoyo del gobierno de Chile a Zelensky y a las potencias que integran esta organización, junto con una omisión a apuntar las responsabilidades que corresponden respecto a una guerra que ha subido los precios de alimentos y el gas en todo el mundo, se asoma el visto bueno a los intereses imperialistas que han mostrado sus dientes el año pasado.
Sábado 25 de febrero de 2023
El régimen reaccionario de Putin, al servicio de los intereses capitalistas de la oligarquía Rusa, intentó con la invasión a Ucrania, preservar su zona de influencia geopolítica, frente a la política hostil de la OTAN, que a lo largo de los años (desde la disolución de la URSS) viene expandiéndose hacia el este europeo y en América Latina.
Desde su creación, la OTAN ha servido mucho a EE.UU para instalar bases militares en todo el mundo, para ser más específicos; "A través del Tratado AUKUS (Australia, Reino Unidos y Estados Unidos), la creación del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD) formado por Australia, India, Japón y Estados Unidos y la Alianza de inteligencia de los Cinco Ojos (Estados Unidos, Reino Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia) han servido como instrumentos de expansión militar de la OTAN en Asia y Oceanía. con tropas y misiles apuntando hacia Rusia. Ucrania, con el gobierno abiertamente pro imperialista de Zelensky, se encuentra en medio de esa disputa". [1]
Hoy el mundo puede observar cómo son las potencias imperialistas, con Estados Unidos a la cabeza, quienes dirigen política y militarmente las acciones que lleva adelante el gobierno Ucraniano. Un imperialismo estadounidense, que había salido de la guerra de Afganistán herido en su hegemonía y que encontró en esta reaccionaria guerra la posibilidad de reubicarse frente a las demás potencias. Mientras los costos los paga no solamente el pueblo trabajador ucraniano -en primer lugar- y el ruso, sino también millones en el mundo que sufren el alza inflacionaria de alimentos y otros productos básicos y la crisis energética, debido a este enfrentamiento bélico y a las sanciones impuestas a Rusia por parte de la potencias imperialistas.
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En este marco, el silencio de Gabriel Boric en una declaración de cuatro párrafos que reza por el diálogo, legítima una escalada armamentista.
El Congreso de Estados Unidos aprobó el 23 de diciembre de 2022 45 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania junto con una ley de presupuesto que destina 858 mil millones de dólares en gastos militares. Alemania por otro lado, en la misma línea de amistad con la OTAN aunque no integre el organismo, ha aprobado el mayor gasto en Defensa desde la Segunda Guerra Mundial: 100 mil millones de Euros, monto que ya a inicios del 2023 han declarado insuficiente.
La historia de cooperación militar del Estado Chileno con potencias imperialistas tiene casos insignes, como con Estados Unidos (por ejemplo en Haití o incluso con comandos mercenarios en Irak) y Reino Unido (las Malvinas durante la dictadura de Pinochet).
Sin dudas la política de Apruebo Dignidad es la del silencio cómplice con el armamentismo, con los intereses de EE.UU y la OTAN, una postura que agrada a las grandes potencias imperialistas, a los ganadores con la guerra de Ucrania (como Shell, que aumentó sus ganancias el 2022 en un 50% y a quienes tanto Biden como Boric apelaron a financiar para "apalear costos" de la inflación) no molesta tampoco a las dictaduras que apuestan a mantener el orden empresarial en un contexto de guerras crisis e inflación, mas bien les beneficia y legítima.
Por ejemplo el gobierno de Dina Boluarte en Perú, Boric ha reconocido este gobierno como legítimo validando su giro dictatorial, aunque reprochando el poco diálogo y la "pasada de mano" con las violaciones a los derechos humanos.
Ésta es la política internacional de Apruebo Dignidad y su hipocresía respecto al respeto de los derechos humanos.