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Red Internacional
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Editorial. Boric encabeza las encuestas, ¿gana el 19 de diciembre?

Ha iniciado con todo la campaña a la segunda vuelta. Y en estas casi dos semanas, 5 encuestas, con distinto margen, le dieron el triunfo Gabriel Boric. Junto a él parece reeditarse la restauración de una nueva Concertación, la del acuerdo por la paz.

Pablo Torres

Pablo Torres Comité de redacción La Izquierda Diario Chile

Viernes 3 de diciembre de 2021

Estas semanas se ha producido un fuerte viento a favor de Boric. Primero fue el apoyo desde la ex Concertación. Luego la mayoría de la izquierda. Y se ha formado una especie de movimiento pro-Boric por un amplio sector del mundo de la cultura, de las artes, de la música y de las ciencias. También sectores independientes han formado comandos e iniciativas por redes sociales. Sindicatos y organizaciones feministas por Boric. En el comando fortalecieron nuevas vocerías con el refuerzo de Izkia Siches del Colegio Médico. El rechazo (“evaluación negativa” en imagen como dicen las encuestas) a José Antonio Kast en un amplio sector del mundo popular, joven y de las mujeres se ha “activado” electoralmente.

Nadie sabe cuánto de todo esto se expresará electoralmente (o si bajará el 53% de abstención que hubo en primera vuelta), pero lo cierto es Boric se ha transformado en una especie de liderazgo de un frente democrático de toda la "oposición" (izquierdas, liberales, centro-izquierdistas, etc.) contra la derecha. De ahí que muchos analistas señalan que ahora sí que hay mística y relato. Otros que esta campaña recuerda a la campaña del “No” del plebiscito de 1988 que estableció la transición pactada, donde se enfrentaba democracia versus dictadura”.

En la derecha recriminan a Kast sus errores como el viaje a Estados Unidos. Y si bien casi toda la clase empresarial (como Luksic) y la derecha se unieron a su campaña, no toda la derecha se plegó de buena manera. El candidato Sichel le exigió 9 condiciones para su apoyo. Desde el círculo de Briones varios no apoyan a Kast. Pero no pareciera tener el apoyo social que necesita para derrotar a Boric. Hasta el Washington Post, un conocido diario de la derecha republicana en Estados Unidos publicó una columna donde llaman a no apoyarlo por ser “fascista”. No es que lo sea, sino que consideran que está muy por fuera de la relación de fuerzas para hacer al país gobernable. Otro dato a tener en cuenta es que en un bastión de la derecha los últimos 30 años, la Universidad Católica, el NAU (agrupación ligada a RD de Giorgio Jackson) acaba de derrotar en segunda vuelta al gremialismo. La salida Kast como intento de restauración o reacción más “bonapartista” o autoritaria al ciclo abierto con la revuelta ha generado un amplio rechazo en sectores.

Este frente de “todos con Boric” vio desde el día 1 el desembarco de todos los partidos de la ex Concertación, de aquellos que co-gobernaron con la derecha estos 30 años de transición, y todas las viejas figuras como los ex presidentes Ricardo Lagos o Michelle Bachelet, lo que un viejo analista como Tironi señaló como la “reconciliación” de la centro-izquierda. Los viejos economistas de los 90 aterrizaron en el programa económico para moderarlo, hacer reformas “graduales” como ellos dicen (como decían en los años 90 porque había que mantener la “paz” y “gobernabilidad”). En otros temas, la “moderación” ha llegado a conceder que no hay que indultar a todos los presos de la revuelta como señaló Boric, a pedir “más policías” y una recargada agenda de seguridad junto al viejo personal político de la vieja Concertación. Esta reconfiguración se trata de una vía de restauración de la vieja concertación, que consolidando el desvío institucional del acuerdo por la paz, busca cerrar el ciclo abierto con la rebelión.

Una jerga que se habla en muchos “opositores” a la derecha es que frente al peligro de Kast, que claramente significaría un retroceso en muchos derechos, uno de los principales peligros sería que estaría en juego la defensa de la Convención Constitucional y nueva constitución que garantice derechos que se lucharon en movilizaciones del 2019 es más o menos el discurso.

Este “frente democrático de todos con Boric” (es decir, en común con aquellos que gobernaron junto a la derecha estos 30 años) busca fortalecer eldesvío institucional que se inició con el Acuerdo por la Paz, iniciar un proceso de cambios en una nueva constitución sin tocar los pilares del sistema. Avanzar a cambios, pero graduales, menores y no estructurales. De reformas dentro del sistema, con estabilidad. Y que todo sea dentro de un marco de orden público, estabilidad económica y paz social, con un orden de reglas claras para los inversionistas, como dejó claro en su reunión con Juan Sutil representante de la Confederación de la Producción y el Comercio.

O sea, un clima para consolidar el desvío institucional de la rebelión. Esto implica no hacer grandes cambios. Por ejemplo en los derechos de las mujeres, no retroceder en lo ya conquistado, pero no ir más allá. Estos días se decidió en el Congreso por el proyecto de despenalización del aborto, presentado por el propio FA. La democracia cristiana que dio su apoyo a Boric votó en contra, y este proyecto quedó “archivado”. Eso será la tónica del proceso. Bachelet en su momento lo llamó “realismo sin renuncias”, justificado porque no daba la relación de fuerzas para hacer grandes cambios. Algo parecido dicen hoy sectores del comando de Boric frente al bloqueo en la relación de fuerzas del nuevo parlamento.

El todos con Boric, sin ninguna crítica a estas alianzas, a los cambios programáticos y en el discurso, ha tomado fuerza. Se trata de un fortalecimiento de la idea mal menor, que había sido duramente criticada en los últimos años pero ha resurgido en una nueva forma de “democracia versus dictadura” (uno de los primeros clivajes de la transición).

Un sector empieza a sacar conclusiones que los cambios solo pueden ser lentos y en orden. Otro sector aunque es más pequeño pero amplio, hace campaña contra Kast pero es más crítico a Boric, y aunque le vote, no está dispuesto a tragarse todo el giro a un discurso de nueva Concertación y no le compran al “amarillo”. El escenario es fluido, combinado y contradictorio. Mientras más desconfianza exista con Boric, aunque le voten contra Kast, estaremos mejor preparados para enfrentar todas las “renuncias” que irá haciendo Boric de ganar apenas le cobren los favores concedidos, que irá fortaleciendo a la propia derecha y los partidos de los 30 años. Mejor preparación para fortalecer un espacio que combata todas las vacilaciones frente a la derecha y los compromisos con los representantes del viejo régimen, y que se disponga luchar de forma consecuente, con organización y movilización, por las demandas que venimos peleando desde la rebelión y antes.

No se puede enfrentar de forma consecuente a Kast, la derecha y la clase empresarial, confiando en Boric y apruebo dignidad. Es necesario fortalecer una alternativa de las y los trabajadores, con un programa que enfrente a Kast, la derecha y todos los partidos de los 30 años y fortalezca la autoorganización y movilización para conquistar las demandas por las que hemos luchado.

En vez de la agenda “securitaria” hay que luchar por un programa que responda a las necesidades sociales de las grandes mayorías obreras y populares: por aumento general de salarios e indexado según inflación, por trabajo digno y genuino sin precariedad, por educación y salud pública de calidad al servicio del pueblo, por el fin de las AFP y una pensión básica de 600 mil pesos, por vivienda digna para todxs poniendo fin al negocio de bancos e inmobiliarias. Por la libertad de los presos políticos, el juicio y castigo a los represores, la disolución de la policía. Para enfrentar la agenda y ofensiva criminalizadora con amplias campañas por la desmilitarización del Wallmapu y en definitiva por la devolución de las tierras ancestrales al pueblo mapuche. Por los derechos de las mujeres como el aborto legal, libre seguro y gratuito. Para luchar por poner fin al saqueo de los recursos, nacionalizado el agua, el cobre, el litio y recuperando las empresas privatizadas del gas y la luz, a precio costo para los usuarios, y poner esos recursos al servicio de las necesidades sociales y no del lucro.

Enfrentando a Kast, la derecha y los grandes empresarios, retomando el camino de la organización y movilización amplia y unitaria de la clase trabajadora y el pueblo, las mujeres, la juventud, las poblaciones y pueblos originarios. Muchos sectores se han activado, pero las conducciones burocráticas buscan llevarlo al apoyo acrítico a Boric, para después de las elecciones, desmovilizar y pasivizar nuevamente.

No sabemos cuánto sector votará. Existe un sector mayoritario que probablemente no voten (Kast representó solo 13% y Boric el 12% del padrón electoral en la primera vuelta). Eso refleja que aún seguirá en curso una crisis orgánica irresuelta, y terminándose este mes las ayudas sociales de pandemia como el IFE, se avizora un escenario de estancamiento económico y donde los empresarios nos buscarán ajustar como ya se ve con los despidos en Walmart que enfrentan sus trabajadores. Debemos prepararnos para mayores luchas y choques.

Hay que fortalecer una alternativa anti derecha anti Kast y grandes empresarios, sin confianza en el reformismo de Boric y AD, una izquierda consecuente que luche por una salida obrera y popular a la crisis en la perspectiva de un gobierno de los trabajadores de ruptura con el capitalismo.


Pablo Torres

Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.

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