Si es que tiene que haber un homenaje es a los cientos de miles de estudiantes que a lo largo del país se movilizaron contra el lucro en la educación, que ni Bachelet ni Boric han terminado.
Martes 20 de agosto
En la Casa Central de la Universidad de Chile realizaron una conmemoración por los 70 años del Consejo de Rectoras y Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), es decir, del organismo en el cual se organizan los administradores de la educación de mercado, presidida por nada más ni nada menos que el Ministro de Educación Nicolás Cataldo (PC).
En la instancia estuvieron el presidente Gabriel Boric y la rectora de la Universidad de Chile Rosa Devés Alessandri. Juntos, premiaron a la ex presidenta Michelle Bachelet con un “Reconocimiento a la Contribución a la Educación Superior". “Es un reconocimiento, pero las cosas las hacemos porque creemos que era necesario para que nuestros jóvenes pudieran acceder a lo que cualquier joven merece, que es una educación de calidad”, dijo la también ex alta comisionada de la ONU (institución imperialista).
En tiempos electorales todos dicen que sus legados son los mejores. Y no es casualidad en el contexto de un reformismo que carece de figuras presidenciales y corre en círculos enalteciendo a Bachelet, subordinados completamente a la Concertación, quiénes fueron parte de los 30 años de los cuales el pueblo trabajador tiene un profundo hastío debido a que profundizaron en todos los ataques que realizó la dictadura.
En realidad, las y los estudiantes no le deben absolutamente nada a la Concertación ni a Bachelet, quiénes de conjunto jugaron un importante rol en terminar de asegurarle las ganancias a los capitalistas que dominan Chile.
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Si es que tiene que haber un homenaje es a los cientos de miles de estudiantes que a lo largo del país se movilizaron contra el lucro en la educación (que ni Bachelet ni Boric han terminado, es más, la revolución pingüina del 2006 fue contra Bachelet). Hasta hoy, cada año se fortalece más el modelo de educación de mercado que precariza a las y los estudiantes.
Si no es por la movilización de estos cientos de miles, ni Bachelet ni nadie dentro del régimen político-empresarial chileno hubiese siquiera discutido acerca de la gratuidad. Por otro lado, la “beca de gratuidad” de la cual tanto se llenan la boca la militancia de las juventudes de gobierno, no tenía nada que ver con lo que se exigía en las calles.
Esta beca ocurre debido a que tuvieron que otorgar una concesión al movimiento estudiantil, debido a la gran movilización (con grandes paros nacionales y tomas) que exigía en las calles la gratuidad universal financiada por el Estado. Esta concesión significó darle la posibilidad a un sector importante de estudiantes de la clase trabajadora de ir a la universidad, pero a costa de mantener intacto -y de hecho, profundizar- uno de los pilares de la herencia de la dictadura, es decir, la educación de mercado. Por medio del gobierno de Bachelet, la burguesía chilena encontró una fórmula para que se descomprimiera el ánimo en las calles, pero que dejara tranquilos y felices a los grandes empresarios.
El negocio neoliberal -que se hizo con la absoluta complicidad de la burocracia estudiantil del PC y el FA- consiste en entregar cuantiosos recursos a los empresarios de la educación privada por parte del Estado, mientras se desfinancia la educación pública con el sistema de autofinanciamiento que provoca que las universidades suban las tasas de interés y cobros (suban los aranceles año tras año) y que tengan que buscar créditos en los bancos para poder subsistir, provocando precarización para trabajadores, profesores y estudiantes. A este negocio es necesario sumarle el del CAE, un absoluto robo a las familias trabajadoras para llenar los bolsillos de los bancos, el que fue implementado durante el gobierno de Ricardo Lagos y que Boric no ha condonado, mintiendo en la cara a miles de endeudados ya que fue promesa de campaña.
La demanda de educación gratuita no fue “resuelta” por el gobierno de Bachelet, más bien fue una maniobra por parte del Estado empresarial y sus partidos políticos para desmovilizar a un movimiento estudiantil alzado y profundizar en el modelo subsidiario de educación mercantil, lo que llevó a que durante la rebelión del 2019 la demanda de educación gratuita fuera una de las más fuertes nuevamente.
En la “celebración” en la que el presidente y la rectora Rosa Devés Alessandri, quién además pasó a la historia por criminalizar a las y los estudiantes que se movilizaron en contra del genocidio, premiaron a Bachelet, Boric dijo que “quienes fuimos parte del Movimiento Social por la Educación y hoy nos toca estar en la vereda del gobierno, podemos ver la importancia de distinguir entre las posiciones que uno tiene cuando es dirigente de un movimiento social particular y la responsabilidad que uno tiene que asumir cuando tiene a su cargo la Presidencia de la República o cargos de representación que van más allá de un tema particular”.
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Esta declaración es brutalmente vergonzosa y debería generarle náuseas a cualquier persona que se considere de izquierda. Lo que está haciendo el PC y el FA desde el gobierno, es querer reescribir la historia del movimiento estudiantil dejando a Bachelet como heroína. Por otro lado, buscan instalar el sentido común -propio de la derecha- de que en la juventud se es “idealista”, pero que siendo presidente o en “algún cargo” se puede ver “como es la realidad”. Todo esto para justificar su absoluta capitulación ante el sistema capitalista en decadencia del cual son administradores, en total perjuicio de les trabajadores y estudiantes.
A diferencia de las juventudes de gobierno (JJCC-FA-PS) que admiran e idolatran a una neoliberal como Bachelet, desde la Agrupación Anticapitalista VENCER creemos que la fuerza del movimiento estudiantil, en unidad con la clase trabajadora y el movimiento de mujeres, tiene la potencialidad para arrancarle a los empresarios y al Estado nuestras demandas tales como la educación gratuita, sin confiar en ninguna de las variantes empresariales que nos venden como “mal menor” como lo son Bachelet y Boric.
Si nos organizamos, por medio de la democracia directa y las asambleas de base, recuperando nuestros organismos como la Fech y la Confech de las manos de la burocracia, podemos retomar esta lucha por una educación al servicio del pueblo y los trabajadores, la que creemos que debe ser gratuita, de calidad, democrática y no sexista, 100% financiada por el Estado mediante aportes basales directos que provengan de la nacionalización de los recursos naturales bajo gestión de sus trabajadores e impuestos a las grandes fortunas.
Pelea que damos en todos los espacios en donde nos encontramos, por ejemplo, hoy participando de las elecciones del Senado Universitario de la Universidad de Chile, en donde inscribimos la candidatura de Amanda Baeza, estudiante de Literatura Hispánica (Filosofía y Humanidades) que denuncia fuertemente la estructura autoritaria y antidemocrática de las universidades. Desde esta candidatura, donde buscamos mostrar a las y los estudiantes una alternativa de izquierda a las juventudes de gobierno, planteamos, por ejemplo, que la universidad debería organizarse por medio de un co-gobierno triestamental en donde sean estudiantes, funcionarios y académicos quiénes tomen todas las decisiones dentro de la universidad, tales como romper los convenios con instituciones de Israel que perfeccionan el genocidio en Palestina o no darle reconocimientos a ex presidentas neoliberales.
Benjamín Vidal
Periodista - Universidad de Chile