El gran número de diputados que le retiraron la confianza siembra enormes dudas sobre su su futuro.
Diego Sacchi @sac_diego
Lunes 6 de junio de 2022 20:33
El primer ministro británico, Boris Johnson, logró evitar la moción de censura en su contra, a pesar de la “rebelión” de su propio partido, el Conservador conocidos como los “tories”, pero el gran número de diputados que le retiraron la confianza siembra enormes dudas sobre su su futuro.
Aunque consiguió que 211 parlamentarios "tories" le apoyaran, el dato más relevante fue que 148 (el 41% de los parlamentarios de ese partido) votaron contra él. Este resultado coloca a Johnson en una posición frágil de la que le resultará complicado salir.
El porcentaje de diputados que respaldaron a Johnson fue del 59 %. A modo de comparación, su predecesora, la exprimer ministra Theresa May, consiguió el apoyo del 63 % en 2018 cuando era asediada por sus problemas para sacar adelante el Brexit.
También ha salido peor parado que otros ex líderes conservadores, como Margaret Thatcher o John Major, que afrontaron rebeliones internas. Para todos ellos, la votación fue el principio del fin.
Para Johnson, sin embargo, fue un resultado "decisivo" y "convincente". "Lo que debemos hacer ahora es unirnos, como gobierno y como partido", para "centrarnos en las cosas que creo que realmente le importan a la gente", dijo.
La votación llega después de la investigación sobre las fiestas en la residencia oficial de Downing Street durante la pandemia, lo que generó una crisis por lo que en Reino Unido llaman el "partygate”..
El triunfo del Primer Ministro se transforma en una victoria pírrica, cuando el vencedor sale peor parado que el vencido, y la división interna entre los Conservadores refleja la situación.
La votación había sido anunciada por el diputado conservador Graham Brady, actualmente presidente del 1922 Comitee, formado por los diputados tories que no están en un ministerio, con el apoyo de al menos 54 diputados, la cifra mínima necesaria para presentar la moción de censura.
En un último esfuerzo por ganarse el apoyo de sus diputados, Johnson los reunió a puerta cerrada antes de la votación para dirigirles un discurso Allí recurrió dudó en prometer una bajada de impuestos, como recurso a la desesperada.
Sin embargo, los parlamentarios “rebeldes” dijeron que Johnson debería renunciar por el bien del partido y del país. Sir Roger Gale, uno de los principales críticos del actual jefe del Ejecutivo, dijo que un "primer ministro de honor" debería darse cuenta de que había perdido el apoyo de un número considerable de sus parlamentarios.
La escala de la “rebelión” desnuda que algunos ministros y asistentes del gobierno deben haber votado en contra de Johnson en la votación secreta, mientras permanecían públicamente apoyándolos.
El diario The Guardian asegura que un exministro del gabinete dijo que creía que Johnson pronto podría enfrentar otros intentos de derrocarlo si los “tories” pierden en dos elecciones parciales el 23 de junio, o si una investigación parlamentaria determina que el primer ministro engañó al parlamento.
La “rebelión” interna es también expresión de la caída en la popularidad del Ejecutivo, que viene en crisis desde que se conoció el escándalo de las fiestas en la residencia del Primer Ministro, y que se sintió en las elecciones municipales parciales en Reino Unido en las que el primer ministro conservador, Boris Johnson.
En Inglaterra se eligieron 4.360 concejales en 146 municipios (de un total de 333) disputados por última vez en 2018, muchos de ellos dentro de Londres, con una gran caída del caudal de votos al partido de Johnson, que también se explica por la pérdida de poder adquisitivo de la población debido a una creciente inflación, sobre todo en los precios de la energía y los alimentos.
El Financial Times destaca que el descontento entre los trabajadores sindicalizados comienza a crecer. Una amenaza de huelga ferroviaria nacional, junto con una acción que afecta al aeropuerto de Heathrow, uno de los principales del país, también en la empresa de telecomunicaciones BT y a las universidades, son algunas de las expresiones.
El sitio destaca que “la causa de los conflictos de hoy es fácil de identificar. Fuertes aumentos de precios significan una caída en el nivel de vida” de los trabajadores.
Esto se suma al descontento contra el gobierno que, mientras miles de británicos sufrían las consecuencias de las duras restricciones impuestas por las autoridades, lejos de sus familiares hospitalizados o sin poder despedirse antes de morir, la casta política aprovechó su lugar de privilegio para no acatar las normas. A su vez, los gobiernos siguieron favoreciendo a las grandes empresas y los laboratorios se enriquecieron aún más con esta crisis.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.