En el cuarto día de huelga, miles de trabajadores copan el patio de la Mercedes Benz durante la mañana del jueves pasado. La montadora aun no da señales de negociación.
Sábado 29 de agosto de 2015
Los trabajadores de Mercedes Benz una vez más se encontraron desde las 7 de la mañana en el patio de la empresa por una asamblea que votó la continuidad de la huelga. La asamblea contó con al solidaridad del Sindicato de los Bancarios del ABC, representado en la figura de Gilson, quien declaró: “es necesario invertir la lógica que está planteada en el país, no podemos hacer que el sector financiero tenga tan altas ganancias en detrimento de la producción, tenemos que tasar al capital especulativo para que se genere empleo y renta para construir una sociedad justa.”
Antes de ser presentadas las votaciones del día, hizo uso de la palabra Tarcísio Secoli, ex trabajador de Mercedes y actual secretario de Servicios Urbanos de San Bernardo do Campo, que dijo que el último gran despido en masa que se dio en la montadora fue en 1981 cuando 5100 trabajadores perdieron sus empleos. Después de eso, según el dirigente, siempre fue posible negociar e impedir que la crisis instalada en la economía fuese tan perjudicial para los trabajadores.
En la misma semana en la que Dilma afirmó haber subestimado los efectos de la crisis económica en Brasil, está claro que la multinacional no está dispuesta a negociar y cuenta con el aval de los gobiernos que siguen dispuestos a atacar a los trabajadores para no afectar las inmensas ganancias empresarias.
Bajo la lluvia Moisés Salerges, integrante del Comité Sindical de Empresa y del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC, pidió paciencia a los trabajadores, solicitando un aplauso a todos los que participaron de la movilización del día anterior que bloqueó la avenida Anchieta, afirmando que los trabajadores de la Mercedes representaban en este momento a los trabajadores de todo el país que luchan contra la crisis, “incluso el gobierno necesita cambiar el rumbo de la economía, no puede continuar de esta manera. Ajuste fiscal de la forma en que siendo hecho, es equivocado”, denunció el sindicalista.
Al final, Moisés justificó la ausencia de Rafael Marques, presidente del Sindicato de los Metalúrgicos, explicando que se encuentra en Brasilia exigiendo al gobierno la renovación de la flota. El sindicalista explicó que Mercedes es “una gran vaca, una gran vaca que patea. Cuando tiene algo para comer, sigue pastoreando, está gorda, tranquila. El pasto se secó y da una patada. Quién piensa, ah no me toca, puede estar seguro, se deshace de uno hoy y de otro mañana, aquí somos un número”. Planteó que a la empresa no le interesa nada la vida del trabajador y de su familia, afirmando que el sindicato hizo varios esfuerzos y que pueden estar seguros de que la huelga saldrá triunfante y que se luchará hasta el último minuto.
Cuando la lluvia era fuerte Moisés resolvió la tarea del día que todos volvieran a sus casas ya que se estaba percibiendo buena energía para la lucha. Pidió a los trabajadores que piensen en positivo y que deberían llegar a sus casas y reflexionar con sus familias y regresar para la próxima asamblea a las 7 de la mañana.
La lucha de la Mercedes continúa y será necesario rodearla de solidaridad para que los trabajadores triunfen, ya que por el rumbo de la economía y la unidad entre los gobiernos y los patrones para descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores será necesario mucho más que fe. Los empresarios ganaron millones en los últimos años de crecimiento económico y ahora para sostener esos niveles de lucro despiden a miles de trabajadores, dejando a innumerables familias sin sustento. La unidad de los trabajadores y su protagonismo en las luchas es lo que puede poner fin a esta lógica y obligar a los capitalistas a pagar por la crisis que ellos crearon.