El país el mayor colapso del sistema sanitario de su historia. La responsabilidad de Bolsonaro y los gobernadores, qué puede pasar y por qué no llegan las vacunas.
Diego Sacchi @sac_diego
Viernes 19 de marzo de 2021 08:24
De esos temas hablamos en la columna sobre noticias internacionales del programa de radio El Círculo Rojo, que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs por Radio Con Vos.
Los datos que llegan por contagios, internados y muertes producto de la pandemia impactan.
Brasil superó los 11.700.000 casos y se confirma como el epicentro global de la pandemia. Por día los fallecidos por el virus superan las 2000 personas, y el total ya pasa las 285.000 víctimas, según el boletín divulgado por el Ministerio de Salud.
El desastre es de tal magnitud que Bolsonaro, negacionista de la pandemia desde la primera hora, ya tuvo que cambiar a su ministro de Salud cuatro veces, aunque la política criminal nunca se modificó
Un informe de la Fundación Oswaldo Cruz dice que 19 de las principales ciudades tiene una ocupación de UTI superior al 90%. Por ejemplo Fortaleza (94%), Salvador (87%), Belo Horizonte (93%), Rio de Janeiro (90%), São Paulo (91%), Florianópolis (98%) o Porto Alegre (103%)
Hoy se conoció que una persona falleció en San Pablo por no poder acceder a una cama de terapia intensiva. San Pablo es la ciudad más rica del país, que muestra la falta de alternativas serias de los gobernadores de opositores, tanto de la derecha como los lugares donde gobierna el PT.
En este contexto, a la falta de medidas sanitarias, la precariedad del sistema de salud, el negacionismo de Bolsonaro,, se suma la "variante P" del virus, conocida como la variante brasileña. Según las investigaciones se trata de una mutación más agresiva y con una tasa de contagio más alta, lo que lleva a una saturación más rápida del sistema de salud.
Estos factores hacen que Brasil sea una "fábrica" de mutaciones. La baja tasa de vacunación, al 11 de marzo, el 5.6% de la población había recibido una dosis, y apenas 2.3%, las dos, sumado a la falta de otras medidas hacer perder los beneficios de la aplicación de la vacuna.
La solución que proponen algunos gobernadores opositores es mayores confinamientos, pero esta medida por sí sola choca con otro problema, la situación económica. El pasado enero, casi 27 millones el 12,8% de los brasileños empezó a vivir con menos de R$ 246 mensuales (8,20 reales por día), la línea de pobreza extrema calculada por la FGV Social, esto es más que la población de Australia.
La situación en Brasil genera un preocupación más allá de la sus fronteras, solo en la región ya tenemos el aumento de contagios en Chile donde el gobierno decretó el paso a la cuarentena en 28 comunas a nivel nacional. o Paraguay que vivió jornadas de protestas por la falta de insumos y camas en los hospitales.
Esto que estamos viviendo surge de un problema mayor, la falta de vacunas. Al quedar reducida la producción a un grupo de grandes farmacéuticas el acceso a nivel global es restringido. Incluso Europa vuelve a las cuarentenas, como Italia o Francia, por la de vacunas.
Hace unos días leí en el sitio español ctxt que investigadores de la universidad de Helsinki, Finlandia, vienen desarrollando una vacuna contra el covid-19 sin patente, la llamaron “el Linux de las vacunas” porque tendría el código abierto ¿Por qué no avanzó? El ensayo clínico en Fase III costaba 50 millones de dólares menos de un 3% de los 18.000 millones de euros de deuda que tomó Finlandia, por ejemplo para comprar vacunas a las grandes farmacéuticas
El monopolio de las patentes es lo que impide la producción masiva de vacunas. Pero hay ejemplos de como terminar con ese monopolio. Uno es la lucha y las campañas por el acceso a las patentes de los medicamentos para el HIV. Esa lucha llevó a que en 2001, en el apogeo de la epidemia de VIH, se firmará la “Declaración de Doha relativa al acuerdo sobre los Aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio) y la salud pública” que reconoció el derecho de los gobiernos a tomar todas las medidas necesarias para eliminar las patentes.
Lo que pasa en Brasil y también otros lugares del mundo deja algo claro, eliminar las patentes afectando sólo a un puñado de laboratorios, es esencial para el acceso universa a una vacuna
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.
