Publicamos a continuación un artículo de Esqueda Diario, parte de la red internacional La Izquierda Diario, impulsado por el Movimiento Revolucionario de Trabajadores de Brasil.
Domingo 8 de enero de 2023 19:41
Ante la invasión y ocupación de la sede de los tres poderes en Brasilia por la extrema derecha bolsonarista y la declaración de intervención federal de Lula, es urgente que las centrales sindicales, como la CUT y la CTB, y otras organizaciones sociales llamen a movilizar contra los golpistas, los militares y por la derogación inmediata de todas las reformas antiobreras y antipopulares de los últimos años. Solo nuestra fuerza independiente en las calles puede inclinar la balanza, sin amnistía para Bolsonaro, los militares y los ataques de los capitalistas.
Con 80 autobuses financiados por empresarios golpistas que llevaron a miles de bolsonaristas a hacer una "toma del Capitolio" en Brasilia, bajo la connivencia del gobernador del Distrito Federal Ibaneis Rocha y su secretario Anderson Torres, exministro de Bolsonaro, urge una respuesta de la clase obrera y los movimientos sociales. La política reaccionaria de la extrema derecha y sus seguidores movilizados no será combatida por las fuerzas represivas que integraron el gobierno de Bolsonaro durante 4 años y a quienes los golpistas vienen pidiendo la intervención militar con acampes en las puertas de los cuarteles.
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Ante este ataque histórico, es urgente que las centrales sindicales, las organizaciones estudiantiles y los movimientos sociales movilicemos a nuestra clase contra los golpistas y por la revocación inmediata de todas las reformas de los últimos años como la laboral, la previsional y las privatizaciones. Solo nuestra fuerza independiente en las calles puede inclinar la balanza, sin amnistía para Bolsonaro, los militares y los ataques de los capitalistas.
Centrales sindicales como la CUT y la CTB, que dirigen a nivel nacional a millones de trabajadores, deben romper la política de paz social de la coalición de frente amplio con la que Lula llegó al Gobierno y convocar a una fuerte movilización, única vía capaz de ofrecer una salida independiente a la derecha y que plantee un programa en defensa de los trabajadores y de todos los sectores oprimidos.
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Por lo tanto, es necesario repudiar la intervención federal decretada por Lula, con el apoyo del reaccionario Supremo Tribunal Federal (STF), que pretende militarizar Brasilia a través de mecanismos similares a los utilizados durante la intervención en Río de Janeiro, que llevó a la violencia contra los afrodescendiente, los pobres de las favelas y que incluyó el brutal asesinato de Marielle Franco. Las centrales sindicales no pueden seguir el camino que han venido recorriendo durante todo el gobierno de Bolsonaro, sin organizar una lucha seria contra la extrema derecha golpista. Es necesario seguir el ejemplo del paro de los repartidores previsto para el 25 de enero y dar un paso adelante en nuestra organización, exigiendo un plan de lucha consecuente que ponga contra la pared a este golpismo de extrema derecha, los militares, y por la revocación de todas las reformas y ataques a los trabajadores y el pueblo.
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