A casi un mes del golpe, la Operación Lava Jato sigue barajando las cartas. El nuevo “as en la manga” son los testimonios de los “arrepentidos” de Odebrecht a cambio de protección de sus intereses.
Jueves 2 de junio de 2016
Después de casi un mes de consumado el golpe institucional, la Operación Lava Jato sigue barajando las cartas bajo el gobierno golpista de Temer. El nuevo “as en la manga” será provisto esta vez por los delatores premiados (“arrepentidos”) de la empresa Odebrecht, que ofrecieron declarar a cambio de proteger sus intereses empresariales. En los testimonios ya aparecen las siglas del PT, del PMDB y el PSDB. Sin embargo, las incriminaciones deberán pasar por el filtro del “Partido judicial” y el “Partido de los medios”. De los 300 nombres que aparecen en la lista de sobornos de la compañía, los medios afirman que el acuerdo prevé la entrega de 50.
El pasado 25 de mayo, el presidente de la empresa Marcelo Odebrecht firmó el acuerdo de su delación. Además de su testimonio, el acuerdo también prevé el de su padre, Emilio Odebrecht, y otros 50 ejecutivos de la empresa. Los testimonios fueron arreglados a cambio de la disminución de las penas a las empresas por su participación en los casos de corrupción. Podrían, de este modo, volver a participar en las licitaciones de obras públicas y adquirir líneas de crédito facilitadas por los bancos. Para lograr tal retribución se presentó anticipadamente un resumen de todos los temas más importantes que serán mencionados en las declaraciones.
La empresa promete revelar los esquemas de financiamiento de las campañas políticas de los tres principales partidos del actual régimen político: del PT, el PMDB y el PSDB. Es parte del acuerdo no olvidar a ninguno de esos partidos y la apertura de la contabilidad de las cuentas irregulares, con la posible exposición de cientos de políticos. Este es el inestable potencial que contienen los testimonios de Odebrecht aunque no se detiene ahí. El contenido de estas delaciones puede impactar profundamente no solo sobre el actual escenario político, en la medida en que podrían involucrar a nuevos políticos del gobierno golpista de Temer, sino también en las futuras campañas electorales. Las declaraciones involucrarían no solo al PT, centro del ataque unánime entre las fuerzas golpistas, sino también a los principales partidos articuladores del golpe como el PMDB y el PSDB, lo que puede dejar un escenario electoral bastante incierto.
Sin embargo, el real impacto de estas delaciones no estará determinado por su contenido, los nombres y siglas mencionados o la profundidad y podredumbre de los esquemas de corrupción expuestos, sino por los intereses entre bastidores del “Partido judicial” y del “Partido de los medios”, que tal como han hecho en todas las operaciones, seleccionan qué se investiga, qué se difunde y a quién se condena, según sus intereses políticos. En uno de los audios divulgados la semana pasada entre Sergio Machado y Sarney, el expresidente afirma que la única prueba de corrupción posible contra Dilma se obtendría de una propina de los Odebrecht a su publicista. Se espera que las nuevas delaciones revelen esta información, alcanzando también a otros partidos.
El carácter selectivo de las investigaciones sobre los políticos corruptos se hace cada día más evidente. Figuras y nombres revelados y no revelados por la Operación Lava Jato se esconden bajo las alas del gobierno de Temer. La saga de audios que se hicieron públicos, en capítulos como si se tratase de una novela, cuidadosamente ocultos hasta consumarse el golpe, revelan que existe dentro de los sectores golpistas perspectivas diferentes para el desarrollo de esta trama.
Por un lado el “sector Jucá” del PMDB (en referencia al exministro de Planificación y brazo derecho de Temer), temeroso de que esté en curso un posible “reciclaje de toda la casta política”, busca a toda costa un acuerdo para salvar la piel de todos los corruptos, a excepción de aquellos que tendrán que ser sacrificados “por el bien de todos”. Por otro lado, aunque la revelación de los audios venga afectando a ministros y políticos del PMDB e importantes piezas en el gobierno de Temer, aún predomina el método selectivo. Por ejemplo el PSDB sigue relativamente exceptuado, sin ningún peso pesado sobre sus espaldas, a excepción de Aécio Neves (excandidato presidencial del PSDB). Los afectados y casos siguen siendo seleccionados a dedo. Mientras uno u otro cae, centenas permanecen intocables.
Hay dos escenarios posibles. El “reciclaje” de la tradicional casta política brasilera, para intentar mostrar un rostro menos sucio para los futuros gobiernos pos-golpe y evitar el despertar del movimiento de masas en las calles; o un pacto que sacrifique a algunos para salvar a muchos y abra camino a la emergencia de una derecha más pura, como el PSDB. Cuál de los dos prevalecerá dependerá del rumbo selectivo de las investigaciones, de los intereses ocultos entre bastidores y de un sinnúmero de consideraciones como si el gobierno podrá aplicar más ajustes y cómo intervendrá la clase trabajadora. Lo que es seguro es que hay un consenso e interés común en aplicar duros ajustes económicos sobre la clase trabajadora y el pueblo pobre, y que no debemos esperar de ninguna de estas opciones una verdadera investigación o castigo a los corruptos.