En las últimas semanas una seguidilla de discursos proteccionistas, racistas y nacionalistas viene invadiendo la vida política nacional. Sus protagonistas están en todos los partidos patronales.
Jueves 26 de enero de 2017
En las últimas semanas una seguidilla de discursos proteccionistas, racistas y nacionalistas viene invadiendo la vida política nacional. Los partidos patronales y sus referentes hacen cola para tomar parte del discurso de Donald Trump. Quienes lo hacen integran tanto las filas del Frente para la Victoria como de Cambiemos y el Frente Renovador.
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Un ejemplo de este miércoles fueron las declaraciones del senador Miguel Ángel Pichetto. El senador rionegrino admitió “estar de acuerdo” con algunas de las premisas del nuevo presidente de EE.UU. A partir de eso le pidió a Macri favorecer las industrias nacionales y frenar las importaciones desde China.
“La industria nacional está jaqueada por las importaciones, fundamentalmente por los chinos” afirmó el jefe de bancada de los senadores del FpV, que agregó “se van a perder empleos en la industria. Nadie ve que el mundo está cambiando, que hay que defender de los intereses nacionales”. Pichetto sostuvo además que el modelo económico del Gobierno “se debe pensar en función del mundo”, dando como ejemplos lo que pasó con el Brexit y la asunción de Trump. “Yo bregaría por la defensa de la industria nacional.
Pichetto, para que no queden dudas, reafirma que coincide con una de las premisas del magnate: “¿Qué dijo Trump? Primero, Estados Unidos; segundo, las empresas norteamericanas; tercero, el empleo norteamericano. Yo a eso te lo firmaría para la Argentina...”.
“¿Qué dijo Perón?”, le faltó decir al rionegrino en consonancia con el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, cuando manifestó que Trump “era peronista”.
Pero el verborrágico senador tiene sus antecedentes en este tipo de definiciones nacionalistas. Poco antes de que se impusiera Trump se preguntó “¿cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres? La Argentina tiene que controlar” había expresado. Por ese entonces también decía "Perú resolvió su problema de seguridad y transfirió todo el esquema narcotraficante a las principales villas de la Argentina, están tomadas por peruanos. La Argentina incorpora toda esta resaca".
Nacionalismo oficial
Estos comentarios de Pichetto no desentonan para nada con las últimas manifestaciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Ella tampoco se queda corta y se sube a la “ola trumpista”.
En la mañana de este lunes aseguró que hay que endurecer los controles migratorios y que "aquel que tenga antecedentes de delitos federales, como trata, narcotráfico, no va a poder entrar”. La (ex) “piba” peronista agregó que es necesario "ordenar las relaciones con Paraguay, Bolivia y Perú" porque el 33% de los presos por narcotráfico son extranjeros”.
La acusación no pasó desapercibida. Rápidamente el cónsul de Bolivia en Argentina, Jorge Ramiro Tapia Sainz, cuestionó la “ligereza” de las declaraciones de la ministra.
“Estamos indignados con estas apreciaciones, y no es la primera vez, altas autoridades del Estado argentino están hablando con una ligereza que nos alarma”, planteó.
En el mismo camino, pero ya tomando medidas, avanzó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Ayer, al presentar un sistema de aviso de las líneas aéreas sobre sus pasajeros, el funcionario criticó a las "personas que no vienen a trabajar y a dar esfuerzo sino que los echan de otro lado porque tienen procesos penales o antecedentes delictivos. Los que han ingresado, queremos que rápidamente puedan salir". Obviamente, la crítica no va a dirigida a los grandes empresarios que digan millones de dólares o están ligados a los paraísos fiscales, sino a los sectores empobrecidos que cruzan las fronteras.
Queda demostrado que el nuevo presidente norteamericano tiene muchos emuladores en el sur del continente, en todas los partidos patronales.