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Red Internacional
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PROTOCOLO BULLRICH. Bullrich sigue justificando el protocolo que habilita el gatillo fácil

En una entrevista con Luis Novaresio, la ministra de Seguridad defendió el protocolo que pretende legalizar el “gatillo fácil”.

Jueves 27 de diciembre de 2018 11:32

En declaraciones en radio La Red, la ministra volvió a defender el nuevo protocolo que quiere implementar el Gobierno para darle mayor impunidad a las fuerzas represivas. El protocolo, recordemos, había sido declarada inconstitucional por un juez en Capital Federal, por un amparo presentado por Myriam Bregman, Carla Lacorte y María del Carmen Verdú.

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Bullrich defendió el protocolo afirmando que “(el protocolo) defiende la vida de las personas, de los policías y de la ciudadanía. Muchas veces, para defender la vida de un ciudadano es necesario el uso de armas de fuego”.

La ministra deja de lado, primero, el hecho de que los que mueren por balas policiales también deberían ser considerados “ciudadanos”. Todos somos iguales ante la ley, dice la constitución, aunque para Bullrich habría personas más “ciudadanas” que otras.

Segundo, los “no ciudadanos” de la ministra, asesinados sin juicio como se pretende institucionalizar con el nuevo protocolo, siempre son jóvenes pobres continuamente perseguidos por las fuerzas del orden, donde desde hace décadas son asesinados por la mano represiva del Estado, como el final de una larga cadena de vejámenes que sufren como torturas, detenciones arbitrarias, golpizas brutales y un largo y terrible etcétera.

Esto es justamente lo que el “Protocolo Bullrich” quiere elevar a rango institucional, lo que no puede significar más que la multiplicación de la persecución policial a los jóvenes de las barriadas populares.

En palabras de la misma ministra, proteger a los ciudadanos “bien” de los “ciudadanos de segunda”.

En momentos donde la pobreza se extiende como un veneno por todo el entramado social, donde las últimas cifras revelan que los indicadores sociales son cada más terribles, donde un millón y medio de niños y niñas pasan hambre, controlar a los sectores que son potencialmente más explosivos mientras se profundiza el ajuste, es una necesidad de Estado.

El discurso de Bullrich abona la construcción de un “otro”, peligroso, criminal, que ni siquiera se merece un juicio justo, contra una sociedad de buenas costumbres que es víctima de la “violencia”, para justificar el fortalecimiento de las fuerzas represivas y llenar las calles de Policía Federal, de la Ciudad, Gendarmería, Prefectura, etc. Todas fuerzas que pegarán como un solo puño contra los trabajadores y los sectores populares cuando salgan a enfrentar el ajuste del FMI, Macri y los gobernadores.