Detrás de la supuesta revalorización del parque hay un servicio a los negocios inmobiliarios.
Miércoles 13 de mayo de 2020 14:51
La municipalidad de Córdoba, está avanzando en realizar tareas de mejoras y puesta en valor del Parque Las Heras, este parque se encuentra en la entrada al centro de la ciudad, sobre la costanera del río, y es uno de los parques tradicionales y más antiguos de la capital cordobesa.
Pero detrás de esta propuesta se encuentra una realidad mucho más cruda. Desde hace 8 años, luego de una larga controversia, se desalojó a los vendedores ambulantes del centro de la ciudad, permitiendo que se instalen los fines de semana y feriados en el Parque Las Heras. La profundización de la crisis hizo que se multiplicara la cantidad de puesteros y al día de hoy son 4 mil familias que, o viven de lo que venden en la feria, o complementan sus ingresos disminuidos. La Feria, con el paso de los años, se ha convertido en un verdadero paseo para las familias populares de la ciudad.
Con el Aislamiento Social Obligatorio, la feria no se estuvo realizando. Es el momento que aprovecha la municipalidad, al igual que con los derechos de los empleados municipales, para avanzar en su plan.
La zona que circunda el Parque Las Heras, que fuera en su mayor parte depósitos y talleres, tiene un alto valor urbanístico. La mayor parcela, de unos 22 mil metros cuadrados era propiedad del Grupo Roggio y, luego de obtener la autorización para construir a una mayor altura de la permitida, le vendió, en el año 2014, los terrenos a Electroingenieria. La gestión del radical Ramón Mestre en la municipalidad se caracterizó por dar excepciones a los grupos inmobiliarios para que desarrollen sus torres de lujo, muchas de ellas quedaron a medio terminar y estafando a sus clientes.
Entonces nos encontramos con dos problemas, el más urgente, el de los y las feriantes, que seguramente se multiplicaran por la cantidad de despidos y puestos de trabajo que se están perdiendo. Por otro lado, la puesta de la ciudad en función de uno o más grupos inmobiliarios para que hagan grandes negocios, saturando las ya precarias redes de servicios e infraestructura con las que cuenta la capital.
Para esto cuenta con el apoyo total de la provincia, el cual confirma, una vez más, que la gestión Llaryora, no es más que una dependencia más del gobierno provincial. Electroingenieria, dueña de los terrenos, recordemos que comenzó su escalada empresarial con la construcción de escuelas durante las primeras gestiones del peronismo en la provincia, lo que le permitió luego ser una de las principales contratistas de obra pública durante los gobiernos kirchneristas. El convenio urbanístico que firmo Mestre es tan ventajoso que permite construir el triple de terreno permitido e incluye la cesión de tramos de las calles Sucre y Tucumán para realizar pasos peatonales al interior del complejo previsto.
Quiero resaltar la decisión del intendente @MartinLlaryora de recuperar el Parque Las Heras para nuestra ciudad. Es un proyecto que suma más calidad de vida comunitaria al gran proyecto del Gobierno Provincial, que incluyó el Parque del Kempes y Parque del Chateau. pic.twitter.com/pn7RgH5M3y
— Alejandra Vigo (@alevigo) May 12, 2020
Es claro que la permanencia de una feria con miles de puesteros, y otros tantos miles de visitantes que pueden acceder a vestimenta, calzado u otros productos a precios populares, atenta contra la instalación de torres de lujo. El peronismo cordobés, a pesar de tener un discurso sobre la valorización de las economías populares, en realidad las desprecia y prioriza los negociados de las grandes fortunas de la ciudad, a las cuales incluso es incapaz de cobrar una tasa extraordinaria por la crisis que estamos viviendo.
Hasta el momento es incapaz de dar una respuesta satisfactoria a los feriantes, todas las promesas de reubicación son opciones que no permitirían que ingrese la cantidad de personas que participan actualmente ni los que la visitan, o se barajan otras opciones en zonas deprimidas de la ciudad, donde claramente bajaría la afluencia de gente.
Cuesta creer por otro lado, que con la crisis que hay, y la economía paralizada, la puesta en valor del parque no pase más allá de alguna mano de pintura y el enrejado. Las imágenes que prometen la creación de un puente peatonal o un túnel, parecen ciencia ficción frente a un municipio que alega ni siquiera poder cumplir con los sueldos de sus empleados.
Resulta indispensable, más en este momento que el Estado no está dando respuestas satisfactorias, que se garanticen los puestos para que, el alrededor de 5 mil puesteros, que se encuentran organizados, pueda mantener sus fuentes de ingresos frente al hambre y la desocupación.