El candidato a diputado nacional por Fuerza Republicana lanzó un spot televisivo donde impulsa que “aquellos que ni trabajan ni estudian accedan al servicio militar obligatorio”.
Sábado 30 de septiembre de 2017
El hijo del genocida Antonio Domingo Bussi inició la campaña electoral hacia octubre con un spot televisivo donde propone el servicio obligatorio de “aquellos que no trabajen ni estudien”. La idea, en términos de legislación, atrasa más de veinte años. En 1994 Menem debió ponerle fin a la conscripción obligatoria tras la muerte del soldado Omar Carrasco producto de los tratos inhumanos en una unidad militar de Neuquén.
Ya en la campaña hacia las PASO, en medio de la conmoción nacional e internacional que causó la desaparición de Santiago Maldonado, el concejal por Fuerza Republicana insistía en la necesidad de sacar el Ejército a las calles. Es decir, militarizar las barriadas obreras y populares alimentando la criminalización de la pobreza. A esa fórmula, hoy le agrega la estigmatización de la juventud.
Correlatos del bussismo
La campaña del bussismo encuentra correlación en las otras fuerzas políticas. A nivel nacional, coincide con la política de Cambiemos para incrementar el poder de fuego de las fuerzas represivas. Son conscientes, que no hay ajuste que no conlleve represión.
El diálogo también tiene eco en la provincia. Históricamente, el peronismo fue un muro de contención para garantizar impunidad de las fuerzas represivas y que, en todo caso, sólo se juzgue a un puñado de ex militares y policías, dejando de lado las responsabilidades políticas y civiles (tal como pasó en la vergonzosa sentencia por el juicio del Operativo Independencia). El peronismo, tomando por caso al alperovichismo, no sólo ha incorporado a sus filas a bussistas sino que ha fortalecido a una policía formada por la dictadura (impulsando además escuadrones parapoliciales en los municipios).
El oficialismo provincial tampoco ofrece alternativas superadoras para la juventud.. La campaña de la candidata a diputada por el Frente Justicialista, Gladys Medina, consiste en un programa para becar apenas a dos alumnos por escuela en el distrito de Banda del Río Salí. Se trata de fomentar una competencia insana donde sólo 34 alumnos de los 17 establecimientos podrán tener garantizado el acceso a una carrera universitaria o terciaria. Para los miles restantes, el trabajo precario es un destino.
El jardín de la precarización
Sumado a esto, en la provincia 8 de cada 10 jóvenes trabajan en negro y la desocupación pesa sobre la juventud con cifras sólo comparables con la crisis del 2001. Tres de cada cuatro que ingresan a la universidad o a terciarios con el sueño de recibirse, terminan abandonando. Es que los jóvenes siempre tenemos los peores trabajos, las jornadas extenuantes y el sueldo que no alcanza hacen imposible sostener una carrera.
El candidato Bussi, es parte de sostener este esquema, que ofrece miles de manos disponibles para trabajar en forma precaria y nutrir las inmensas fortunas de los dueños de la provincia, los terratenientes, empresarios de la agroindustria y a sus políticos millonarios. Para él una joven de La Cocha no tiene por qué estudiar matemáticas, ya que está condenada a ser cosechera o empacadora trabajar en la tierra de otro y conformarse con sobrevivir.
La educación como un negocio
Los últimos índices de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC registraron un fuerte incremento en la deserción escolar, dando cuenta que durante el último año, 19 mil personas que abandonaron los estudios antes de completar la educación secundaria. Con este dato, Tucumán quedó muy por encima del promedio nacional, con un 41% por ciento de la población económicamente activa con estudios primarios o secundarios incompletos.
El ministro de Educación, Litchmajer aún no se ha pronunciado respecto de este último informe. Pocas explicaciones podría dar, ya que estos datos contrastan con la suma millonaria con la se subsidia anualmente a la educación privada y que podría utilizarse para becar a 10.000 alumnos con $10.000 mensuales para que puedan completar sus estudios.
Para la juventud, todos los derechos
No vamos a naturalizar que en una provincia que cuenta con 13 facultades públicas, 65 carreras de grado y decenas de terciarios, salir de la escuela e ir a trabajar a los 17 años (o antes) sea un destino para miles. Tampoco vamos a permitir que los jóvenes seamos la mano de obra descartable, de los contratos basura, de la precarización para terminar dejando la vida en un laburo. Mientras ellos quieren retrasar décadas, nos niegan el derecho a la educación y al trabajo, nos proponen palos y mano dura nosotros decimos que los mismos que nos roban el futuro nos quieren estigmatizar, criminalizan a la juventud para denigrar a los sectores populares.
Los jóvenes que militamos en el Frente de Izquierda y el PTS tenemos el orgullo de ser parte de una juventud que se pone de pie en todo el mundo. Que está dispuesta a recuperar el futuro, a pelear por nuestro derecho a la educación, a un trabajo digno, a la diversión, al deporte, a la cultura.
Por eso proponemos un plan integral de becas para que todos puedan estudiar financiado con los subsidios que recibe la educación privada, boleto estudiantil gratuito en todos los niveles, reducir la jornada laboral sin afectar el salario para que trabajar y estudiar no sea imposible. En octubre hay que darle un claro mensaje político al bussismo y sus otras versiones en la provincia. Porque nuestras vidas y nuestra educación valen más que sus ganancias